Tras el incidente los dos chicos continuaron un camino sin rumbo no tenían comida, o dinero por lo que se vieron obligados a robar.
Buscar entre las sobras o simplemente pedir caridad en tiendas.
Aunque la mayor parte del tiempo eran rechazados, agredidos y repudiados.
Esto solo alimentaba el odio de sombra hacia las personas, pero Rebecca no quería eso.
Trataba de ver el lado positivo de las cosas para no perder la poca humanidad que le quedaba.
Pasados cuatro años de vivir en las calles, habían aprendido mucho y se desempeñaban mejor en la misma.
Tenían mala ropa, pero hacían todo por sobrevivir sin problemas. Un día gracias a un descuido de los propietarios lograron entrar a una casa.
Esta era lujosa y bastante bonita, se veía que los dueños tenían dinero; Los dueños estarían fuera el fin de semana, ellos escucharon esto y entraron por una ventana.
Aprovechando el descuido del sereno, los niños se escabulleron y entraron sombra era bastante astuto.
Y Rebecca muy terca como para dejar pasar esa oportunidad, así que una vez dentro de la casa actuó cual dueños.
Tirándose a la cama y tomando un baño por turnos, primero ella para que el cuidara aunque ella realmente tenía miedo. Por lo que él se sentaba al lado de la tina mirando a la puerta, esto era algo que repetía cada que se bañaba ella.
Por cuatro años el, la cuidaba en todo momento y a toda hora que le era posible respetando su privacidad, al inicio era duro, ella estaba muy traumada y a pesar de que pareciera lo contrario ella no confiaba en sombra, le tomó más de un año comenzar a confiar pero aunque ella se negara él insistía en seguirla y cuidarla, tanto fue el empeño de sombra que Rebecca se resignó a dejarlo hacerlo incluso en el baño por esto ya era normal para ella que la cuidase aun en esa situación tan natural que llegó a darle igual que él, la viera desnuda pues ¿Qué importaba eso?, si él quisiera herirla lo hubiese hecho ya hace tiempo.
La confianza de Rebecca poco a poco fue creciendo hacia sombra y el jamás desconfió de ella, más bien era una especie de piedad que tenía el hacia la pobre chica que perdió todo, era quien lo entendía y pese a todo caminaba a su lado por eso sin quererlo o siquiera saber qué sentía, él comenzó a sentir un aprecio más que fraternal hacia ella, esa noche tras una buena ducha se dispusieron a dormir en esa cama tan grande.
Hace mucho no veían una cama tan cómoda o con tantas mantas y almohadas por lo que disfrutarían al máximo esa noche porque sabían que seguramente serian descubiertos la mañana siguiente y deberían irse, así fue se recostaron con él en la derecha y ella en la izquierda de la cama
Esa noche ella no podía dormir bien así que él se acercó a ella y la abrazo suavemente, esto era algo que el hacía hace un tiempo corto para que ella conciliase el sueño.
No entendía bien por qué ella podía dormir así pero lo lograba, en cambio él siempre era atormentado por sus recuerdos y los muertos que lo visitaban a diario.
Lo culpaban por lo sucedido y le decían que volverían por él, pero el aprendió a asimilar eso y aceptarlo, no le importaba para nada las voces en su cabeza o solo dormir un poco.
A la mañana siguiente fueron despertados abruptamente por unas sirvientas quienes le tiraron agua encima, ellos salieron corriendo apenas lograron escapar mientras ellas llamaban a la policía, tras unas horas de correr fueron a parar en una bodega, esta tenia las paredes manchadas de rojo, una pintura bastante llamativa la verdad, aunque inmediatamente sombra se dio cuenta que no era pintura sino sangre, en ese momento tomo la mano de Rebecca e intento irse pero fue detenido por unos chicos, se preparaba para luchar pero apareció otro atrás de ellos se veía más fuerte que el resto y todos se apartaban al pasar, debía ser el líder estaba claro eso. Entonces Sombra se puso frente a Rebecca y sin miedo dijo.
Sombra: -Se apartan o los matare-
A lo que el recién llegado sonrió y respondió.
Demencia: -¿Cómo te llamas?-
Sombra: -Sombra, pero no me importa presentarme solo irme apártense-
Dijo con mirada decidida y firme, no estaba dispuesto a dejar que hieran a Rebecca.
Demencia: -Soy Demencia, líder de este lugar y no sabes en que te has metido niño-
Sombra no entendía que decía pues parecían de la misma edad pero se notaba en su mirada que no era normal, tenía la mirada de un asesino y eso era peligroso para Rebecca.
Por lo que sin dudarlo soltó la mano de ella y rápidamente, mientras se dejaba dominar por su poder Destroyer arremetió contra Demencia dándole un puñetazo en el estómago.
Sin dejarlo pensar lanzándolo al suelo pero este se incorporó casi al instante, Sombra tenia razón no era normal era un Destroyer igual que ellos, posiblemente todos lo eran en ese lugar.
Sin distraerse lanzo otro ataque hacia Demencia pero fue derribado con un barrido de él, era grande la diferencia de habilidad pues el líder de ese lugar tenía entrenamiento y el chico no.
Aunque se paraba era derribado una y otra vez, golpe tras golpe hasta dejarlo en el suelo sangrando, una vez termino con el Demencia caminaba tranquilo hacia la chica quien se mostraba molesta.
Pero antes que él lo atacara otros la sostuvieron por detrás sometiéndola, ella en ese momento comenzó a llorar y gritar lamentablemente sus traumas se reavivaron al ser sometida de ese modo.
Demencia: -¿Tienes miedo?, eso es bueno porque te hare pedazos-
Dijo mientras tomaba su rostro y lamia su mejilla riendo con fuerza y muy confiado de la situación, entonces de un momento a otro, el quedo paralizado, una gota de sudor recorría su mejilla, mientras volteaba a ver al chico, al cual pensó que había derrotado, pero este se estaba parando rodeado de un aura tan oscura y aterradora que nadie en la sala se movía por miedo.
En un abrir y cerrar de ojos Sombra apareció atrás de los chicos que sometían a Rebecca tomándolos por la parte posterior de la cabeza y destrozándoselas contra el suelo mirando a Demencia y arremetiendo contra él.
Demencia activo su escudo pero eso no impidió recibir una herida entre los ojos y salir disparado, tras esto Sombra tomo a Rebecca y desapareció, Demencia por su parte solo observaba temblando ese chico era el primero que lo había herido y lo había hecho temblar, fue lo mejor que se haya ido de todos modos no quería enfrentar a un hombre como ese, no era humano era un demonio.
Tras alejarse del lugar Sombra estaba exhausto y mal herido pero calmado ya que había salvado a Rebecca de ese matón pero los problemas no se acabaron ahí pues unos que observaban del grupo del matón lo siguieron sin que lo notara.
Y una vez lo encontraron estaban dispuestos a acabar con él y la chica pero fueron detenidos por otro muchacho este vestía una gabardina negra y tenía una mirada seria, apenas lo vieron los anteriores optaron por irse, al parecer le tenían miedo pero eso no importaba, sombra debía proteger a Rebecca así, su cuerpo no soportara por lo que una vez más se incorporó y se puso en posición defensiva, pero de un momento a otro cayo inevitablemente desmayado,
Tras unas horas despertó en una cama exaltado, alguien curo sus heridas y traía vendas, miro hacia todos lados y la reconfortante sonrisa de Rebecca le lleno de paz un momento antes de preguntar.
Sombra: -¿Qué sucedió?-
Rebecca: -Ese hombre nos salvó-
Sombra: -¿Ese hombre?-
En ese instante el chico con la gabardina entro a la habitación.
Jannes: -Me llamo Jannes soy líder de la fracción de la paz, sean bienvenidos.-
Sombra: -No eh aceptado unirme a nada-
Rebecca: -Yo lo hice por ambos, se lo debemos.-
Dijo ella con una mirada seria hacia Sombra quien solo suspiro y acepto sin más, no sabía que sucedía pero era un trato justo, comida, hospedaje y comodidad a cambio de que les presten su poder.
Era muy justo por lo que sombra no se opuso, no por el sino por Rebecca, tras 4años en la calle seria lindo que ella pudiese tener un hogar otra vez, aunque él no confiaba en absoluto en nadie.
Y no confiaría en ellos sin importar nada y si era necesario los mataría a todos por protegerla, en cambio ella veía esto como una nueva oportunidad una familia al fin, donde nadie la maltrataría o la trataría diferente, un lugar al que pertenecer al fin, un lugar al que podían llamar hogar.
No importa que tan solo sientas que estés, mientras haya una persona, aunque sea una sola persona que te entienda y pueda sonreírte sinceramente aun sabiendo cómo eres.
Jamás estarás solo, aférrate a esa persona y cuídala, porque si aun sabiendo cómo eres, está a tu lado es porque esa persona vale la pena.
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El legado de un Destroyer
Science Fiction¿Mi nombre? Ya no recuerdo cuál es, o peor, ya no tengo derecho a portarlo como tal. ¿Mi apodo? Destroyer. Si, soy uno de esos que es perseguido por la ley y los muestra como monstruos. Quiero contarles algo con mi último aliento. Dudo que les impo...