𓋜 ¡Déjate Querer! || ศгɱıŋ ศɭεt ◌᮫۪۪

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U N O

', (𝐼𝑛𝑡𝑒𝑛𝑡𝑎𝑟 𝑒𝑚𝑝𝑒𝑧𝑎𝑟 𝑑𝑒𝑠𝑑𝑒 𝑐𝑒𝑟𝑜...) ꒱ ↷
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____ Frei.

─Madre, ¿Puedo salir a dar una vuelta?. ─ pregunto, mirando fijamente afuera; el sol chocaba con los techos desgastados de las pequeñas casas, aboliendo cualquier tipo de sombra posible. Por el viento que soplaba desvergonzado y refrescante, pensé que sería buena idea aprovechar un lindo día.

Ella dejó la aburrida vajilla amarilla, y me miró, sonriente.

─Claro. Pero por favor, ten cuidado: aunque estemos protegidos por los milagrosos muros de los titanes, aún hay gente con malas intenciones afuera. ─ respondió, endulzando un poco su suave voz mezclada con tono de preocupación.

Mis cejas hacen un ademán de juntarse por escuchar lo ridículo que suena lo que acaba de decir sobre los malditos muros.

─Como digas, ya me voy. ─ respondí sin más, agravando mi tono de voz.

¿Por qué todos son tan ridículos?.

Por más que trato de entenderlo, no llego a tener la comprensión exacta del por qué a todo el mundo le gusta estar aquí, estoicos en un agujero rodeado de concreto. ¿Por qué creen que estos muros nos protegerán toda la vida?, sé que hasta ahora cumplen su función, lo sé, pero, ¿Con todo lo que han sufrido, cuánto más durarán?, Han sufrido golpes, demasiado a lo largo de los años, nada asegura que con otro golpe más, aunque sea el más débil...

En algún momento tienen que caer.

Y cuando llegue, estaré preparada.

Mientras caminaba, mis ojos intentaban sobrepasar por los bordes grisáceos que obstruian cualquier visión del mundo real. Yo... Yo quiero salir de aquí. No entiendo cómo las personas están felices de estar aquí, enjaulados, como si nosotros fuéramos un virus letal y tuvieramos que ser aislados de la sociedad, del mundo, de nuestras metas... Yo no; yo no quiero estar aquí.

Yo quiero realmente vivir; sin miedo a nada, porque independientemente de que estemos protegidos y sigamos respirando, esto no es vida.

Nunca lo fue.

Pero lo será, lo será cuando tenga en frente a aquello que los libros viejos y mal usados llaman " mar ". Aquella inmensa mancha de agua de color azul intenso.

Y eso sólo lo lograré cuando esté más haya de estos muros.

─¡Vamos, defiendete!.

¿Quién se atreve a interrumpir mi discurso automotivacional?.

─¡Vamos, has algo, marica!.

Confundida y molesta, me dirijo rápidamente al lugar proveniente aquellos gritos furiosos y, por lo bajo, quejidos agudos y lastimeros.

Mis ojos se sorprenden al ver como un chico está golpeando sin descuido a una niña rubia notablemente menor que él, en todos los sentidos.
No sé por qué, pero algo en aquella mirada de ojos celestes hizo que quiera hacer algo por esa chica que no he sentido la necesidad de hacerlo por alguien más en estos pocos míseros años que he vivido.

Ayudar.

─No, tú estás molesto porque sabes que tengo razón. ─ comenzó, dramatizando cada una de sus palabras ─No voy a rebajarme a tu nivel. ─ finalizó, como si se tratara de un monólogo de superioridad sacado de una obra aburrida para un gordo e inútil rey.