➰ Capitulo 3 ➰

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James acabo suspirando ante aquellos mágicos labios que le ponían la piel de gallina y más aquel bulto que igual se sentía sobre el suyo tocándose apenas por los pantalones, sus orbes se abrieron casi al instante que escuchó la voz gruesa de su parabatai.

—Se... Se siente bien... —Tomó una bocanada de aire al empezar a hablar por lo que se detuvo a mitad del habla.

—Te... Te ves como si lo disfrutaras...—Musitó el mayor intensificando aquello besos que se desbordan por el cuello, raspando sus dientes en aquella tez blanca que al toque de sus incisivos, producirse el cambio a un ligero rojo.

Lamió aquella zona como si fuese un gato y besó dejando un pequeño chupón en esa área, marcando lo que es suyo más allá de la runa que ya mantienen ambos.
Sus manos está vez no quedaron atrás, cuando se sumaron a toda esa excitación llegando de inmediato a donde había sido su boca la cual acaricio el pecho de él, tocando sigilosamente.

En el momento que su boca fue la prioridad comenzó a mover cada vez menos su mano hasta apartarla y sujetarse a William por sus brazos, cerró los ojos al sentir que comienzan a caminar para atrás y con pasos torpes por los pantalones en los tobillos hasta que el trasero de James cayó abruptamente en la cama dejando caer las palmas en el edredón de color negro, suspirando cuando la calidez ahora de sus labios se alejó.

—Está bien. —Murmuró James sin apartar la mirada de sus pupilas dilatadas, mordiendo su labio y tomando en pequeños puños el edredón cuando el contrario comienza a masturbarlo.


—Déjame decirte... que tienes una polla de infarto, vibrante y muy emocionante... y huele...—Susurro Will lamiéndose los labios y cerrando sus ojos deleitándose por el aroma que emana aquel falo. —... De maravilla... ¿Es mío cierto? — Continuo sin esperar su respuesta y el ojiazul asentir por él.
El mayor al verlo así, tan desesperante, tan deseable ante lo que pasara se acabó acercando hasta los pectorales de su parabatai, dejando un besos húmedos, y pequeñas mordidas, mientras sus manos se depositan sobre aquellas que se aferran arduamente sobre la cama, dando una impresión que se resiste ante todo.

—Tendré cuidado... déjame darte placer... veras que queras más...— Dijo subiendo los orbes azules hasta encontrarse con los grises de aquel hombre que le hacer preguntarse si esto es realidad.

En el momento que hablo, dejo de moverse así para demostrarle que tanto como su mente está enfocado en él, su corazón no le deja decir que continúe. Por ende, luego de sus palabras siguió besando hasta llegar al falo. Donde lamio aquellas gotas que salieron con anterioridad.

Todo ese espectáculo le hizo que el miembro de James creciera un poco más en las manos del contrario, gimió mordiendo el labio inferior dejando este ponerse un poco rojo por la presión que ejercía.

—Estoy seguro de que eso así va a ser... —Susurro con la voz áspera y rasposa, más cuando el ojiazul se acercó de esa manera y beso aquella parte de mi cuerpo logrando que toda la piel se erizara. — Will... —Murmuró viéndolo a los ojos, logrando que su espalda se arqueara ante aquella lamida en la cima.


Las manos grades del pelinegro se aferraron a la gran polla que su lengua ya había lamido, probado y con ansias devorar por completo, por lo que comenzó a marcar un ritmo con su mano, llevando desde la base hasta el tope y repetir la acción mientras su boca se saborea por aquel toque que dio ante.
Pero no pudo más, y dejo que la cordura fuese de un pasado y lo cegada completamente la lujuria y el placer. Así que, con una mano en la base de aquel falo, la sostuvo únicamente para ya abalanzarse en ella, bajando sus labios por el glande y lamer alrededor de este, siguió con su propósito llegando a preguntarse si alguna vez James se animaría a chupársela y aún más que William le folle la boca.

—Joder James... Es delicioso... — Murmuró el pelinegro cuando aquella erección iba sometiéndose a su garganta. — Me pones a mil escucharte mi nombre... — Agregó volviendo a su causa esta vez no siendo sutil del todo, es porque se permitió lamer toda su longitud hasta metérsela de una vez en su boca.

Comenzó a marcar una rutina en la que consiste en que su boca se mueve de arriba y abajo, mientras su lengua lubrica y lame, por dentro, el falo que tanto había estado esperando.


Simultáneamente James jadeo sujetándose fuerte del edredón cuando comienza a acariciarle de aquella manera haciéndole estremecer, suspiro dejando caer un poco la cabeza para atrás aun con los ojos cerrados, su parabatai tenía unos movimientos tan... Joder... Aquel pensamiento se fue casi como llego cuando el mayor bajo su rostro y comenzó a mamarle su longitud, haciendo que todo mi cuerpo comenzara temblara por esa boca que ahora era suya, gruñó un poco bajo, cuando su lengua se pasa por todo el tronco mientras la tenía dentro, comenzando a temblar haciendo que caiga un poco en la cama pero utilizando los codos para sostenerse.

— Me... —Jadeo y dejo caer la cabeza atrás. — Pone tu voz... William... —Dijo todo eso lo más rápido que podía por aquella respiración acelerada y la voz rasposa. — Will... Creo que... —Se quedó callado cuando las piernas comenzaban a temblar y el calor comenzaba a recorrer desde la punta de los pies hasta las piernas.

No había que ser adivino para darse cuenta que aquella polla dentro de la cavidad oral del pelinegro había crecido, además de tener un pulso por sí solo, y haciendo que por la parte superior de todo ese falo, el glande, comenzara a generar un calor mayor que antes.
Debido a eso, que sus manos comenzó a estimular las bolas que cuelgan con lo que sería su bebida, aquel líquido, el semen abarcar su boca, le pone más que a mil al ojiazul, saber que ha conseguido llevar a su parabatai a un orgasmo, le deja que su expectativa sea aún mayor.

—No tengáis miedo.... Déjalo... Venir con papi — Lo último lo añadió cuando sus ojos lo miraron detenidamente de quien comenzaba a presentar cosas más allá de una amistad, más allá de una hermandad, y mucho más allá de una runa.

Sin esperar una respuesta de James, volvió con sus acometidas, las mismas que su boca comenzó con euforia mientras su mano se encarga de masajear sus testículos, la otra se dedica a acompañar los movimientos que su boca y lengua dan, siendo en lapsus salirse cuando sus labios comen todo ese falo haciendo que William sienta que se ahoga hasta volver a sacarlo y repetir la secuencia.


~Heronstairs~ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora