El pequeño pelinegro de diez años, llegó a su casa después de salir de la escuela y le pareció raro que su perro no lo recibiera en la puerta,, quizás había estado muy ruidoso y su madre lo había sacado, subió las escaleras dejo las cosas en su habitación y bajó presuroso. Tomó el balde donde guardaban el alimento para su perro y salió al patio con una enorme sonrisa en su rostro.
Seung Gil Lee era un niño respetuoso y bastante serio, tenía muy pocos amigos y casi nadie veía su sonrisa, los únicos que gozaban de ese privilegio eran su madre y padre en algunas ocasiones y el mayor privilegiado era su Husky siberiano Mok.
Su padre se lo había regalado cuando cumplió cuatro años y desde el primer momento aquel pequeño cachorro se convirtió en su mejor amigo, lo hacían todo juntos y Seung era realmente feliz junto a su peludo amigo.
—Mok —llamó a su perro mientras caminaba hasta el plato del animal que estaba a unos pocos metros de distancia de la puerta que daba acceso a la cocina.
Se sorprendió al ver que el plato seguía igual de lleno como lo había dejado esa mañana antes de irse. Miró a su alrededor y al no ver a su amigo, su sonrisa desapareció, volvió a llamarlo, pero seguía sin ninguna respuesta. Dejó el balde y comenzó a buscar por todo el jardín, especialmente entre los arbustos, pues a Mok le gustaba dormir entre ellos. Luego de buscarlo por un rato sin ningún resultado, entró corriendo a la casa y encontró a su madre en la biblioteca, como siempre revisando asuntos de la empresa familiar.
—Madre, ¿has visto a Mok? No la encuentro —pregunta el pequeño pelinegro deteniéndose en el medio de la habitación.
La mujer de tez blanca y cabello negro ondulado, levantó la vista de sus papeles para centrar sus grises ojos en su hijo. El pequeño se veía agitado y sus ojos de un gris más oscuro que el de su madre, tenían aquel brillo que anunciaba lágrimas.
—¿No está durmiendo en el patio Seung? —preguntó Soo-Yun poniéndose de pie para acercarse al niño.
—Ya, ya lo busque —respondió El pequeño pelinegro negando con la cabeza mientras sus ojos comenzaban a nublarse por las lágrimas—… su plato está lleno, no ha comido nada en todo el día —agregó con la voz algo quebrada mientras su madre lo abrazaba.
—Seguro está bien, debe de haberse escapado como la vez pasada, para seguirte hasta el colegio —dijo la mujer secando una lágrima que comenzaba a rodar por la mejilla de su hijo—. Vamos a buscarlo, puede que está en el parque jugando con otros perros —agregó con una sonrisa y solo consiguió que Seung asistiera.
Caminaron hasta el parque que estaba a unas cinco cuadras, llamando al perro perdido y preguntando a quienes se cruzaran si lo habían visto. Estuvieron un buen rato buscando y preguntando en el parque pero todo seguía igual no había ninguna señal de Mok. Finalmente decidieron dejarlo por el momento y volver a la casa tomando otro camino.
A dos cuadras del parque se encontraron con un policía que caminaba vigilando la zona y Soo-Yun decidió preguntarle.
—Disculpe oficial ¿no ha visto a un Husky siberiano, de pelaje blanco y negro con un collar azul por aquí?
El hombre miró a Soo-Yun y luego a Seung y de la nada soltó un suspiro pesado.
—¿Su perro se llama Mok?
—Si, es él, ¿Dónde lo vio? —interrumpió Seung con una sonrisa asomando en sus labios.
—Lo siento… hubo un accidente a unas calles de aquí y…
Seung simplemente no escuchó más. Era como si su cerebro hubiera dejado de funcionar y ya no comprendiera las palabras que salían de la boca de aquel hombre, sus ojos se nublaron y ya no distinguía casi ninguna imagen… pero lo peor fue ese dolor que se instaló en su interior, era como si algo importante se hubiera roto. Sintió unas cálidas manos limpiar las lágrimas de sus mejillas y el calor de un cuerpo que se pegaba al suyo. Podía escuchar la dulce voz de su madre, pero seguía sin poder entender ninguna palabra…
…
Sintió frío y se movió buscando a Mok, encontró algo suave y peludo, pero era pequeño de seguro era su peluche de perro… siguió buscando negándose a abrir los ojos y encontró una correa con una placa redonda… y entonces lo recordó Mok ya no estaba y no volvería jamás. Abrió los ojos y observó aquel collar azul con algunas manchas de sangre.
Ya habían pasado dos días, su interior todavía dolía, pero ya no quería llorar, pues creía que eso sólo haría más profundo su dolor. Miró a su alrededor y por la ventana pudo ver que ya era tarde, estaba anocheciendo. Tenía que levantarse para cenar o haría que su madre se preocupe, aunque era raro que todavía no hubiera ido a llamarlo.
Escuchó unos pasos acercarse y soltó un suspiro antes de sentarse en la cama. Unos suaves golpes sonaron en la puerta y luego se abrió dándole paso a un hombre de tez tan clara como la suya, cabello negro corto y peinado hacia atrás, y de ojos negros, quién le mostraba una tenue sonrisa.
—Padre —murmuró el niño, algo sorprendido, pues Sung-Gil estaba de viaje de negocios y no volvería hasta la próxima semana.
El hombre se acercó le acarició la cabeza y dejó un beso en su frente.
—¿Estás bien?... Lamento lo que pasó —dijo el hombre y se notaba en sus ojos que en verdad lo sentía.
Seung sintió que sus ojos volvían a llenarse de lágrimas y sin dudarlo saltó sobre su padre y lo abrazó con fuerza. Sung-Gil sujetó a su hijo y no lo soltó hasta que se calmó un poco.
—¿Volviste antes por mí?
—Claro, sé cuánto querías a Mok, no podía dejarte solo… Sé que no pasó tanto tiempo como quisiera contigo, por eso te traje a Mok y en verdad me hacía muy feliz verte sonreír con él… todos lo vamos a extrañar —Seung bajó al miradas al collar que todavía sostenía en la mano derecha y Sung-Gil lo sujetó del mentón e hizo que levantara la cabeza para verlo a los ojos—… no voy a decirte que no lo llores, pero si voy a pedirte que recuerdes todos los momentos felices que pasaste con él, no te quedes solo con lo triste de perderlo, los seres que nos amaron y a los que amamos vivirán para siempre en nuestros corazones y Mok siempre va a estar aquí —concluyó el pelinegro mayor señalando donde estaba el corazón de su hijo.
……
Con el pasar del tiempo la pérdida de Mok ya no dolía tanto, pero Seung notaba que ahora le costaba sonreír, más que antes. Le gustaba recordar los momentos felices con Mok y un día resolvió que no quería volver a sufrir como cuando lo perdió, por lo que simplemente no amaría a nadie, el amor te lleva al sufrimiento y el no aceptaría eso.
🐺🐺🐺🐺🐺
Bueno y así comienza está historia que me ha estado comiendo la cabeza desde hace días. Es mi primer seungchuchu y mi primer historia con personajes de YoI.En verdad adoro a esta pareja y cuando se me ocurrió esta historia no pude evitar escribirla.
Sé que no va a ser una historia larga pero no puedo decir van a ser tantos caps, porque no lo sé.
Las imágenes no son mías, créditos a sus creadores, no doy sus nombres porque en realidad no los sé.Solo espero que les haya gustado este inicio.
Saludos.
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Peludo Cupido #SeungChuchu
FanfictionEl corazón de Seung fue herido cuando era pequeño y desde entonces le ha costado mucho volver a abrirlo a cualquiera... pero un día todo cambio cuando encontró a un pequeño Husky... -AWWW es la cosa más hermosa que he visto -gritó aquel joven de tez...