La fuga

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Me liberó de las cuerdas que me tenían atado, y me enseño como tenía pensado escapar.

Cristina lo tenía todo preparado. Un plan increíble que superaba al mío con creces, cuidado hasta el más minimo detalle.

Esa misma tarde, cuando los voluntarios, voluntarias y trabajadores salieron al exterior para realizar las actividades psiquicas convencionales, los dos corrimos lo más rápido posible hacia la valla de madera, aproximadamente de dos metros de altura, dispuestos a saltarla.

Como ella había imaginado, había algunos guardias de seguridad procurando que nadie intentara salir, cosa que a mí me preocupo.

—Rápido, pasame una piedra. —dijo la chica.

—¿Para qué quieres una piedra?—pregunté alarmado.

—Tú pásamela. Cuándo aceptaste acompañarme, te dije que tendrías que hacer lo que YO quisiera.—dijo, remarcando el "yo."

—Va... vale.

Cristina cogió la piedra y la lanzó contra la valla, haciendo que algunos tablones temblaran, cosa que alarmó a los guardas, que se acercaron a ver que pasaba.

Rápidamente, la chica empezó a correr, cogió impulso y saltó sobre los hombros de un guarda, alcanzando la cima de la valla y consiguiendo traspasarla. Impresionante, consiguió saltar sobre los hombros de un guarda ¡Los hombros de un guarda!

Yo me quedé alli, pasmado ante la herocidad que Cristina acababa de cometer. No me di cuenta de una cosa: 
Los guardas me estaban mirando.

Los dos se arrojaron encima mío, por segunda vez consecutiva, pero esta vez no me dejaron inconsciente. Me cogieron por los sobacos y me llevaron a la dirección del manicomio, donde me echaron una reprimenda.

~~~~~~~~~~~~~~II~~~~~~~~~~~~~~~~~
Un mes más tarde

—¡Jonhson, por fin te veo!—dijo una voz.

Miré hacia atrás, y vi que era mi amigo Juan.

Unas lágrimas de alegria surcaron mi rostro, definitivamente, echa de menos a todos mis amigos.

—¡Juan, cuánto te he echado de menos!—dije emocionado.

—Pues no te preocupes, porque no vas a volver aquí.

—¿¡De verdad!?

—Si me respondes bien a una pregunta, no—dijo Juan.

—¿Vale?

—Pues muy bien, ¿sigues teniendo ordenofobia?

—No, ya no tengo ordenofobia. Pero si 
le tengo pánico a los manicomios.

                               Fin

Espero que os haya gustado la historia, porque a mí me gustó bastante escribirla.

Palabras: 2.410

Ordenofobia: Pánico incontrolable al orden. Fobia muy extraña de contraer.

P.d: Maldito wattpad, me borró todos los guiones largos. (Ya los he reescrito)

Sr. Jonhson [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora