Capítulo 11

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Le tiendo la mano a Sergio y le indico donde sentarse. Me aproximo a él y me siento a horcajadas encima de él, subiendo mi vestido por mis caderas, dejando al descubierto un poco mi culo y empiezo a besarle nuevamente. El responde a mis besos acariciándome la espalda y esta vez baja un poco más. Me toca el culo directamente y pasa sus dedos suaves por el bajo del vestido. Sube con total rapidez mi vestido, dejando mi culo libre. El tanga aprisiona mi clítoris, algo que hace que muera en placer, deseando sentir una corriente más intensa. Sergio toma entre sus manos mi culo y me acerca el cuerpo a su polla, la tiene totalmente erecta y mi clítoris por fin agradece un roce más lascivo. Inicio un movimiento circular por encima de su pantalón, indicándole que estoy ardiendo en placer, él continua besándome y sin dejar de tocar mi culo, acerca su mano derecha a la parte delantera de mi vestido. Me acaricia por encima de la tela, haciendo que mis pezones se tornen duros ante su tacto. Con rapidez deja libre mi pecho izquierdo y sin pensarlo lo toma con sus labios y comienza a besarle, morderle y acariciarle. Gimo entregada a su boca cuando de repente siento que la mano de juan se posa en mi cuello, empezando así una caricia suave que va aproximándose a mi pecho derecho. Gimo aún más y respiro con dificultad. Estoy caliente, excitada, entregada a estos dos hombres que están haciendo que sienta un placer extremo.

Sin pensarlo, juan hace hacia un lado mi cabellera y desata la parte de arriba de mi vestido, dejando totalmente al descubierto mis pechos. Se acerca y comienza a besar mi espalda, me retuerzo hábilmente arqueando mi espalda, a lo cual Sergio aprovecha para jugar regocijándose en mis pechos. No para de besarles y de acariciarles. Atrapa mis pezones entre sus dientes y hace lo mismo con los dedos. Siento que voy a explotar

- mmm… por Dios – digo agitadamente, dejando en claro que me siento más viva que nunca y que deseo que no paren

- ponte de pie nena – dice juan. Hago caso a sus palabras y al levantarme mi vestido cae directamente sobre mis pies. Salgo de el con los tacones aun puestos, a los cuales estoy a punto de hacer a un lado pero juan deja clara sus intenciones, quiere verme desnuda y con ellos puestos. Sergio aun sentado, me toma por las caderas, acercando mi culo a unos centímetros de su cara. Me muerde un lado y doy un respingo por la sorpresa y también por el placer al sentir sus dientes sobre mi piel. Lentamente, mientras juan juega decidido con mis pechos, Sergio decide librarme del tanga. Quedo por fin totalmente desnuda frente a los dos, sintiendo como me acarician con las manos y me devoran con los ojos

- nena, me tienes muy excitado, deseo follarte ya – me besa de nuevo y me ordena que me ponga de rodillas frente a Sergio. Me encanta cuando me da órdenes en la cama, es tan varonil y me hace sentir tan suya – vamos, demuéstrale a Sergio lo que sabes hacer con esa boca tan provocativa que tienes – y noto como Sergio mira excitado mis labios carnosos.

Bajo la cremallera de su pantalón, mientras él se quita la camiseta. Juan aun de pie a mis espaldas, ya ha hecho lo mismo con su pantalón dejando libre su erección  y se toca la polla con suavidad, deseando follarme ya, aunque disfrutando un poco más del espectáculo. No puedo quejarme de los dos espécimen que tengo conmigo, tienen unos abdominales que dan ganas de lamer y unas pollas que hace que cualquier mujer se saboree por ellas. Meto la mano por el pantalón de Sergio y noto que su polla está más que lista para salir a jugar. Al tenerla frente a mí, me abalanzo como una leona tras su presa, comenzando así a comerla instintivamente, sin dejar un solo espacio sin lamer y succionar

- mmm…que boca tienes Andrea…sigue…sigue – dice Sergio mientras echa hacia atrás su cabeza, dejándose llevar por el momento, disfrutando de mi lengua que juega con su glande duro

- eso nena, demuéstrale lo loba que puedes ser – dice juan mientras se arrodilla a mis espaldas, sin camiseta y con la polla en la mano. Se acerca a mi oído y me susurra – ahora te voy a follar y vas a seguir chupando esa polla con más ganas aun. Vamos a ver qué tan preparada estas para mí – y sin más previo aviso, introduce en mí su polla bien dura y mojada, que se confunde con mi sexo que está aún más mojado por toda la excitación. Ahogo mi gemido con la polla de Sergio en la boca, no sin dejar de disfrutar el cómo juan se mueve dentro de mí. Sabe muy bien que hacer para que explote en placer. Siento como rápidamente se acerca el tan anhelado primer orgasmo y comienzo a chupar con más vicio. Juan sigue embistiéndome, chocando fuerte contra mi culo, introduciendo bien al fondo su polla, cuando de repente siento como llega ese momento del clímax y dejando libre la polla de Sergio, grito de placer sin parar de pedirle a juan que me folle

Cuestión de lujuriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora