Yoongi O Yoonji (Yoonmin)

4.Ellos

Insólito, así  se podía describir el escenario en el que de encontraban.
Sentados en la buhardilla de la gran mansión Kim, rodeados de miles de cajas embaladas y con una tablet frente a ellos mirando algo en esta.

—¿Cuanto se demora una persona en conseguir ropa? Me estoy aburriendo—, Yoonji y Jimin habían llegado a la lujosa residencia en Gangnam hace poco más de media hora. Tiempo en el cual Jimin pudo conocer mejor a los padres de Taehyung, ya que antes apenas los veía de pasada; Yoonji habló con su primo acerca de ciertos planes y ayuda que requería en esos instantes.

—Conseguir ropa casual para chica no es muy facil, noona— Jimin continuaba comiendo de las papitas que tanto amaba sin despegar la vista del aparato electrónico que reproducía una película muy interesante— solía acompañar a mi prima cada vez que iba de compras, yo cargaba sus bolsas y ella me pagaba por horas, un trato justo—, sin embargo, fue la mirada confusa de la chica la que le hizo aclarar su punto.

—Como sea, está demorando más de lo debido, solo le pedí algo sencillo, nada ostentoso ni llamativo.

—No cariño, una prima mía no puede vestir algo que no sea Gucci—, la voz de Taehyung se escuchó desde la puerta, Jimin y Yoongi giraron hacia el chico ahora pelirrojo que estaba acompañado por un sonriente joven cargado de bolsas.

—Hola Hoseok hyung, ahora sabemos porqué se demoró más.

—Hola Jiminnie, Yoonji noona, Tae me llamó para encontrarnos en el centro comercial y que le ayude a comprar algunas cosas, nunca pensé que iba ser ropa para Yoonji.

— Vamos a cambiarte Yoonji, tenemos mucho que hacer y tú, Jiminnie, también deberás alistarte. Hoy será el gran día.

Taehyung tomó a Yoonji del brazo y la arrastró sin cuidado alguno hacia el piso anterior dejando a su novio y mejor amigo solos en aquella habitación. Hoseok le sonrió en grande a Jimin y con una palmada en su espalda lo animó a caminar en la misma dirección, bajaron juntos hasta el tercer piso y entraron a una habitación que por toda la decoración en negativo dio a entender era de Taehyung.

Cinco conjuntos estaban cuidadosamente extendidos sobre la cama de dos plazas y solo uno de ellos fue señalado por el mayor.

—Este es el que llevaras ahora, aquel lo usarás en la noche y el último lo usarás mañana, son órdenes de Tae— explicó Hoseok tomando asiento en uno de los sofás de cuero negro que habían dentro de la habitación.

—Todavía no tengo idea de lo que haremos exactamente hoy.

—Te casarás 

El conjunto cayó sin cuidado sobre sus pies, era una broma, si, tenía que serlo. Jimin recogió el atuendo y lo acomodó nuevamente sobre la cama antes de volver su incrédula mirada al mayor. Hoseok le sonrió como solo él  podía hacerlo y le hizo un gesto con la mano para que se cambiara de una vez.

—No es gracioso, hyung.

—No será real, Jiminnie, solo estarán ustedes dos como la pareja de jóvenes rebeldes que se fugaron para casarse y cumplir su amor eterno; Tae y yo firmaremos como testigos. Eso es todos, y claro que los espías de tu "suegra" estarán ahí para presenciar todo y luego informar a su jefa que su hija se acaba de casar y compartió todos sus bienes con un joven desconocido.

Jimin suspiró y tomó de cuenta nueva el conjunto de la cama, comenzó a desvestirse dando la espalda a su hyung que jugaba algo en su móvil. Se iba a casar con Yoonji, en menos de una hora se encontraría firmando los papeles del registro civil y formalizando algo que hace pocos días realmente comenzó; en definitiva no se sentía preparado para ese gran paso. Su madre siempre le hizo saber los deseos de que sentara cabeza y casara con una buena mujer que le diera nietos saludables a futuro, su padre solo quería que terminara su carrera y consiguiera un que trabajo que le de suficiente para vivir cómodamente con su mujer que, por supuesto, conocería en el trabajo; ya se imaginaba la decepción plasmada en sus rostros cuando se enteren que ya se había casado sin terminar la universidad y con una chica que nunca le daría hijos porque su naturaleza masculina no se lo iba a permitir, además que nadie le aseguraba que no iba a quedar viudo a las pocas semanas de casado. "Ok, Park calma que exageras"