Hay barreras en el amor que no solo se basan en la clase del ámbito social, sino también en el linaje de una persona, más cuando esta persona a los ojos de tu padre no es "digno" para ser parte de la familia.
Así fue como lo descubrió Todoroki al te...
Luego de aquel ajetreado día de clases, las incontrolables hormonas de la joven pareja parecían querer ir a revolotear a otro lado, las ansias del Alfa no cesaban queriendo tomar nuevamente a su amado, como si aquella tarde en el cuarto de materiales de Educación Física no hubiese bastado, no hubiese sido suficiente para saciarse, mientras que el Omega trataba de calmar al contrario para que nada se viese notorio después de todo, todos estaban ajenos a su relación, lo mantenían como su dulce e íntimo secreto, por lo demás Midoriya debía seguir tratando de sostener su mentira personal lo que más podía con el collar antimarca el cual, molesto como siempre le picaba el cuello, aún así debía aguantar hasta llegar a casa y lograr ocultar a la vista de todos aquella cicatriz de mordida incluso, de su madre, pero un insistente Shouto terminó por cambiar sus planes totalmente y entre tantas súplicas y muestras de afecto terminó por ceder hasta encontrarse en los territorios de la familia Todoroki, algo que simplemente lo hacía mantener nervioso y asustado como nunca, después de todo, sabía que el dueño de casa, Endeavor no disfrutaba para nada sus visitas, menos su presencia. "Pupilo de All Might", ni siquiera por su nombre le llamaba y era que el resentimiento que sentía hacia el héroe rubio era implacable y de alguna mínima forma, sentía que se desquitaba con el.
-Todoroki-kun... porfavor a-aquí no
Intentaba con un esfuerzo inmenso apartar al de cabellos bicolor de sus encimas.
-¿Porqué no?, no hay lugar mas privado que mi habitación
Soltó el Alfa a medida que insitía con los besos al cuello de su pareja, dando mordidas y lamidas.
-Si, pero...
Ese "Si, pero..." que buscaba el pecoso era una mínima señal de conciencia y autocontrol hacia su novio en que no había ninguna privacidad en aquella casa, cuando Enji Todoroki llegaba a casa nada era privado, las paredes tenían oídos, los cuadros tenían ojos, menos en habitaciones con puertas cerradas y ya casi en una ocasión son descubiertos, era como si al hombre de fuego le irritase que alguien ajeno estuviese en sus territorios fuese quien fuese.
-Midoriya estamos solos, mi viejo no llegará hasta en la noche y mi hermana esta dando clases particulares, la casa es toda nuestra
Murmuró Shouto para ahora despojarse de su ropa y de a poco ir quitando la del contrario, el peliverde finalmente terminó por ceder a aquellos impulsos no sin mantenerse alerta, lo que menos deseaba en esos momentos eran que fueran descubiertos.
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