Nuestro amor no comprendido. (Jeff the Killer x Ticci Toby) (Editando ♡)

Para servirle.

Narra Jeff

— ¿Por qué le tendría miedo a un mapache? — Maldito mocoso, no sabe lo que le espera.

— Deberías ser igual que tus amigos y correr de miedo al verme. —

— Ellos no son mis amigos. — Parecía molesto, pero parecía no querer pelear.

— ¿Los odias? — Pregunté curioso guardando mi cuchillo.

— Eso no te importa — Vaya que estaba molesto, su cuello se empezo a mover de forma violenta.

— S-si-siem-pre e-estan f-fa-sti-ti-diando. — Estaba empezando a tartamudear.

— Tranquilo viejo, mira me caes bien, ambos odiamos a esos dos y solo por eso te dejare vivir — Dije sonriendo, su cuello dejo de moverse de esa forma.

— ¿E-eso es todo? ¿Ahora somos amigos y and-aremos por a-hi tomados de la mano? — Dijo con un notorio sarcasmo en sus palabras.

— No te consideres tan afortunado. —

— Además, no creo que deberías estar solo por estas partes del bosque, por que la próxima vez que nos veamos puede que no este de buenas. — Dije con una sonrisa y antes de escuchar una respuesta de su parte me puse a correr rumbo a la pequeña cabaña donde vivía.

Narra Toby

Ese tipo es raro, ni siquiera se su nombre pero no lo necesito para saber que Masky y Hoodie le temen, ¿Que pasaría si les digo que hable con él?, probablemente no me hagan caso como siempre o solo me insulte por "mentir". En este momento no quería volver a la cabaña, ellos estarían esperándome. Me senté en el suelo debajo de un árbol, desde hace un rato la lluvia habia cesado dejando un olor a tierra mojada por todo el bosque. 
Ví las dos hachas en mis manos, bañadas en sangre y cubiertas de tierra.
Tal vez mañana será un mejor día.
Levanté la mirada hacia la luna brillante, era lo único que me llenaba de paz en estos días. Solo tenía eso, los árboles, el viento, el cielo sobre mi cabeza y el suelo bajo mis pies. Estaba tan aburrido, tan solo, los compañeros que me habían tocado no se importaban por mi, pero no sabía que esperar que unos asesinos seriales. Baje la mirada a mis pies. Tal vez debería dejar todo esto, tener una vida normal, como todos. Levanté la mirada y lo ví frente a mi, tan alto como siempre, sin expresión como siempre, aun así podía sentir su sonrisa, podía ver cómo él me aceptaba y borraba todo pensamiento que alguna vez tuve sobre irme. El me hacía quedarme, siempre estaría a su lado, para servirle.