9

251 21 7
                                    


- ¿No has entendido nada todavía?- niego con la cabeza mientras me froto los ojos, el sueño que tengo es incomparable. - Los haré yo, pero debes de tratar de aprender Rene, vienen exámenes. - Kiam me mira un momento antes de ponerse a hacer números en las hojas sueltas que están esparcidas por la mesa. Yo me acomodo en el sofá y caigo en los brazos de Morfeo.

Despierto sobresaltada, toco mi rostro que está lleno de lágrimas, y me pongo en posición fetal abrazando mis piernas, fue todo tan real como si aun tuviese su pene dentro de mi, quemando mi piel, como si aún sintiera su asquerosa boca recorrer mi cuerpo, como si viviera ese maltrato una y otra vez sin poder hacer nada, y lloro sin acordarme donde estoy, sin importarme nada.

Siento una mano tibia recorrer mi cabello despeinado - ¿Qué pasa Rene? ¿Estás bien? – escuchar su voz cálida hace que me levante de inmediato, al hacerlo, rápidamente le doy la espalda y miro mi cuerpo en busca de indicios de que me falte alguna aprenda. Suelto el aire que no sabía estaba conteniendo, en un suspiro. cuando me doy cuenta de que mi ropa esta intacta.

- ¿Qué hago aquí? – Kiam suspira antes de responder – te quedaste dormida anoche, y como tanto mi madre como yo notamos que estabas cansada decidimos prestarte mi cama, no me gusta verte así, no entiendo porque últimamente te la pasas llorando. – me doy la vuelta y miro su cara afligida mirarme con algo que puedo reconocer como dolor. Sus últimas palabras merodean por mi cabeza y simplemente no tengo nada que decir.

¿Qué estoy rota?

¿Qué mi padre mato mi cuerpo?

¿Qué mi vida es una pesadilla?

Todas esas preguntas se desvanecen mientras mi cuerpo deja de resistir y cae al frió suelo, de repente todo es paz y ya no me encuentro en una habitación rota, destruida y desolada, mirando al chico que en algún momento pensé seria mi felicidad.

Despierto en la misma cama, pero esta vez toda sudada, las pesadillas no se van aunque el lugar sea diferente, mi cuerpo se encuentra en alerta, esperando que vuelva a atacar, esperando que me haga sufrir de nuevo ojala hasta matarme.

Tomo un poco de sopa caliente cuando despierto por terceravez en el día, Kiam no está en su casa para entonces, pero si su madre quien metrata con la amabilidad y la calidez que la mía nunca ha tenido.

Evito hablar mucho sobre mí, y como respuesta a sus diversascuestionantes sobre mi salud y las pesadillas, solo agrego que tengo problemasen casa y también de salud.

Me doy un baño caliente, que me reconforta. Luego colococada pieza del roto rompecabezas en su lugar. Me miro en el espejo antes desalir hacia la sala, y no me alegra para nada lo que veo, esta no soy yo, deRene no queda nada. Una amarga risa sale de lo más profundo de mí ser, mientrasuna lágrima gorda se resbala por mi mejilla.

Es tan interesante mirarse llorar, quizás pueda ser empáticaconmigo misma. Me despido de la madre y la hermanita de kiam, francamenteagradecida por su amabilidad, salgo a la calle y me monto en el auto que mellevara a lo que alguna vez fue mi hogar y que hoy es solamente un malditoinfierno. mientras veo los arboles pasar a toda prisa intento no pensar en loavara que he sido con Kiam, merecía que me despidiera, pero no tenía el valorde mirarlo a la cara luego de que me viera tan rota y vuelta mierda. No podríacon tanto, ya no quiero decepcionarme más de las jodidas personas, ya no quierosentir, solo quiero olvidar y poder respirar libertad.

Me encuentro la casa vacía y subo a mi habitación, cierrocon llave la puerta y me tiro en la cama, sé que él puede entrar cuando quierapara eso tiene una copia, pero aun así me gusta creer que aun puedo protegerme,que tengo la oportunidad de escapar de sus garras, de mi infeliz jaula.

Despierto sobresaltada por otra pesadilla, corro hacia elbaño y devuelvo lo poco que he comido hoy, la acidez inunda mis fosas nasales ymis ojos empiezan a lagrimear. Mientras no puedo controlar los espasmos quetiene mi cuerpo, como tampoco las arcadas. Cuando al fin llega la calma mesiento tan cansada que solo me dejo caer en el piso, como la cucarachainsignificante que soy para todos. Deseando morir, ya que esta pesadilla pareceinterminable.

Caigo en los brazos de Morfeo, sin siquiera saber que es apenasel comienzo de mi martirio, una pequeña probada de lo que el destino, la suerteo Dios tiene para mí, quien sabe y solo sean planes del demonio.




Completo.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 03, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

SolaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora