Estás enamorado.

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— ¿Creen que Evans acepte?— Preguntó James desde su cama. Sus pies estaban sobre el respaldo, y jugaba a atrapar una snitch.

Peter, a su lado, aplaudía.

—Probablemente ni siquiera pueda descubrir el mensaje. — Dijo Sirius. Su voz sonaba un poco amortiguada por la revista de motocicletas que tenía prácticamente frente a su nariz.

Remus se encontraba con la mirada clavada en un libro de Historia de la Magia, pero al parecer también les prestaba atención a sus amigos, porque dijo:

—No subestimes a Lily. Ella es muy inteligente, Canuto.

—Lunático tiene un punto. — James se acomodó las gafas en el puente de la nariz. Una vez más, su mano se cerró en torno a la pelotita dorada.

Peter exhaló y se enderezó sobre la silla.

— ¿Sabes, James? ¿Qué pasa si nadie viene?

—Oh, Colagusano. — Dijo Sirius. Bajó de repente la revista, sobresaltando al muchacho. — Pobre, pobre e inocente colagusano. ¿No sabes que es eso de lo que todos estaban hablando hoy?

—Oí que algunos de Hufflepuff querían colarse. — Murmuró Remus. Su mano se movía rápidamente sobre un pergamino y su mirada saltaba entre el libro y lo que estaba escribiendo.

—Que se colen. — Sirius abrió los brazos, como queriendo abarcarlo todo. —Todos son bienvenidos.

James se incorporó de una y se volvió perezosamente hacia el pelinegro.

—No lo dices en serio.

— ¿Por qué no?

—Slytherins. — Añadió Peter, con simpleza.

—Ah, esas cosas. — Sirius ladeó la cabeza con una expresión de asco y superioridad. —Pues no, ellos deberían saber que no están en la lista.

Peter arrastró la silla hasta su lado de la habitación, haciendo un ruido sordo con ella. —Lo que sea.

Sirius observó en silencio a cada uno de sus compañeros, con impaciencia.

James se levantó algo tambaleante y tras aflojarse un poco la corbata, se dirigió hacia la puerta y salió.

Atrás, Black lo miraba atónito.

— ¿Qué le ocurre a éste chico?— Preguntó ácidamente.

Remus frunció el ceño y levantó la mirada.

—Sirius, eres un pelmazo. ¿No te das cuenta?

— ¿Darme cuenta de qué?

—James. — Volvió a hablar Peter. La luz de la tarde marcaba sombras y ángulos exactos para hacer que su rostro luciera más joven. Como el de un niño de segundo año. —Está enamorado.

James metió las manos en los bolsillos mientras bajaba las escaleras hasta la sala común.

A su alrededor, todas las personas sonreían y le alzaban los pulgares. No era nada extraño que lo hiciera, después de todo el chico estaba en lo más alto de la escala de popularidad en su año para los leones, y rápidamente se había convertido en tema de conversación de las diferentes casas.

James Potter, a sus quince años, había salido con más chicas que Peter, Remus y Frank juntos durante toda su vida.

Estas solían soltar risitas bobas cuando él pasaba, ¡E incluso las más grandes le guiñaban el ojo!

Era terriblemente satisfactorio.

Una vez abajo, su mirada de paseó ociosamente, barriendo a cada persona que se encontraba en la sala común.

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⏰ Última actualización: Sep 17, 2017 ⏰

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Just one dance, Evans (Jily)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora