II

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2 de julio de 2018

-Vas a flipar. ¿Adivina a quien vi hoy por la playa?

-¿A quien? jajaja.

-A Pablo Del Agua.

-¿¡QUE?! ¿Pero qué hace ahí?

-Yo que se. Estaba con sus padres y dos niños pequeños que serán sus primos o algo.

-Joe, vaya suerte que tienes.

-Yaa, a ver si lo veo por la noche.

-Y si lo ves que vas a hacer ¿ir a hablar con él? Si en tu vida hablaste con el, solo te entra de vez en cuando en las fiestas. No se como te puede gustar por eso, de verdad.

-JAA, habla la que le gusta Oscar.

-A ver no, eso es distinto, él y yo estamos hechos el uno para el otro.

-Si. y Pablo y yo también. ¿Qué tal por ahí? Cambiando de tema radicalmente.

-Nada nuevo, lo de siempre mucho calor y eso.

Conseguir un arma nunca fue tan fácil. De repente las calles se llenaron de gente con pistolas escopetas y cuchillos tal mente parecía que estábamos en estados unidos. Hacerme con cuchillos y puñales fue lo más fácil, te encontrabas uno en el suelo cada veinte metros. Cogí una pistola común de un hombre de mediana edad tendido en la nieve medio congelado. Pero con eso no era suficiente así que uno de los días que menos había conseguido y que por lo tanto más enfadada estaba, divise un rifle con muy buena pinta que poseía una chica más o menos de mi edad. La seguí e investigue durante medio día o así, hasta que me di cuenta de que no era muy espabilada así que la amenace con mi pistola y no se negó ni un segundo a darme mi preciado capricho.

10 de Julio de 2018

-¿También hace tanto frio en Madrid?

-Si, hace dos horas hacia treinta y seis grados y ahora dos.

-Val, esto no es normal, estamos en pleno verano... Yo tuve que salir del agua que estaba en la playa. Y no traje ropa de abrigo nunca pensé que la iba a necesitar.

-Pues cómprate algo porque cada vez va a ir a peor. ¿Viste lo que están diciendo en la tele?

Otro de mis problemas más o menos resuelto es el de la gasolina. Dando vueltas por los alrededores de Benidorm encontré una gasolinera medio escondida con un dependiente escondido detrás del mostrador tapado con mantas, viendo las noticias con interferencias y tomando un café caliente. Entre despacio con la pistola por delante de mí, al verme el cajero se asustó y empezó a llorar. Me dijo que llevara todo lo que pudiese porque así no vendrían otros saqueadores posiblemente más peligrosos que yo. Guarde la pistola rápidamente y corrí hacia los estantes con productos. La verdad es que me sorprendió lo surtida que estaba así que decidí coger otro tipo de cosas. Me decanté por productos de higiene y limpieza. Cargué en la furgoneta mi nueva mercancía, sin colocarla, la verdad es que estaba todo bastante desordenado. Cuando me disponía a recargar el depósito de gasolina oí al dependiente decirme que si tenía suerte la gasolina aún no estaba congelada. Recargue el depósito hasta arriba, después cogí cuatro cubos de quince litros cada uno y los metí en un compartimento del maletero. Antes de irme a saquear nuevos comercios decidí volver a entrar a comer algo caliente en el microondas de la tienda y sentarme con el dependiente a ver las noticias por si había alguna novedad, o por que verdaderamente fue una de las pocas personas que me dio pena o porque realmente no hablo con nadie para no tener que abrir mi corazón y ayudar. Si toda la gente fuese como yo el mundo se iría a la mierda, pero como lo son hace tiempo que ya lo estamos.

El mundo fríoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora