Capítulo 11

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Al día siguiente me levanté algo más contenta de lo normal, parecía que la cosas iban a mejorar en mi familia y eso me alegraba un poco más. Decidí invitar a Jacke a desayunar a casa ya que tenía que darle la noticia de que aceptaba su propuesta de ser subdirectora de la ONG.

Mientras Jacke llegaba yo decidí darme una ducha y preparar algunos crepes para desayunar. Estar nerviosa no ayudaba y más si tenías una madre que se dedicaba a cocinar... No me ayudaba ni a mi ni a mi dieta... 

Una hora más tarde estábamos en la cocina desayunando Jacke y yo crepes salados con un capuccino, estuvimos ultimando los detalles de mi nuevo trabajo, además llamamos al alcalde  para comunicarle de que dejaba el puesto vacante para cualquier otra persona capacitada que tuviera la responsabilidad que necesita ese trabajo. Jacke estaba muy contento y yo también, iba a ser un gran paso en mi carrera y además podría ayudar a mucha más gente que nos necesitara y haría todo lo que estuviera en mi mano para hacer feliz a la gente que está condenada como mi padre. El me dio unos papeles para que los llevara al día siguiente firmados a las nueve de la mañana, y así empezaría mi nuevo camino.

Cuando Jacke se marchó yo me encontraba organizando todo lo necesario para empezar mañana con buen pie, y escuché un ruido que venía del jardín. Miré por la ventana y vi a mi madre llegar con el coche y salí en su busca. Salió del coche eufórica, dando pequeños saltos incluso, como una niña pequeña a la que le acaban de dar su juguete preferido.

" ¡¡Me han contratado!! ". Sin decir ni una palabra más me cogió de la mano y me subió en el coche.

"¿ Mamá a dónde vamos?

"¿ Cómo que a dónde vamos? Pues a celebrar de que hoy por fin nuestra vida va a cambiar de que vamos a poder empezar de cero las dos juntas y con la ayuda de papá seguro que nos irá perfectamente cariño. 

" No sabes cómo me alegro mamá", le di un beso en la mejilla y me tranquilicé en el asiento del coche.

Veinte minutos más tarde mi madre me sorprendió cuando paró el coche en el restaurante dónde solíamos venir cuando mi padre aún estaba con nosotras y cuando yo era pequeña: no había cambiado nada desde la última vez que estuvimos aquí (6 años). El parque seguía igual: con el pequeño tobogán rojo; con los oxidados balancines de siempre que por más que la gente se quejaba de ellos no los cambiaban y al final te terminabas acostumbrando a ellos, porque por más oxidados y viejos que estaban eran parte de los niños pequeños que cada día visitaban con sus familiares este restaurante.

" No es gran cosa, pero era nuestro restaurante preferido y quiero que las viejas costumbres no se pierdan"

"Mamá no podrías haber escogido algún sitio mejor, este es perfecto".

Entramos en el restaurante y nos cogimos una mesa que estuviera alejada de todo el bullicio de gente, nos gustaba estar alejadas de la gente en estas ocasiones.

Cuando el camarero nos trajo una botella de vino y unos aperitivos, cogimos dos copas nos servimos una cada una de un líquido rojo oscuro que no solíamos tomar pero hoy era una excepción.

" Por un nosotras juntas, por ti, por mi y por tu padre. Por nuestra felicidad y por nuestro nuevo destino que aún está por llegar".

" Por todo y por más mamá" Con lágrimas en los ojos chocamos las copas y bebimos un sorbo de ese líquido que no me agradaba mucho pero esta ocasión lo requería.

(CONTINUARÁ...........) 

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