Mi vida,mi héroe.

Capítulo 2

Me enteré de casualidad. Mi abuelo hablaba con mi madre sobre algo en el salón de mi casa. Yo bajaba muy contenta porque mi abuelo me había regalado el vestido de la princesa de mi película preferida. Terminaba de bajar las escaleras cuando unas palabras se quedaron totalmente en mi cabeza
" Se está muriendo Kathe y eso no podemos remediarlo ni, tu ni los médicos,ni nadie. Deja de hacerte daño,por favor Kathe la niña te necesitará y no podrá verte así"
Tras escuchar esas palabras,me pregunté y qué pasará con papá,y si muere qué pasará con su alma y ,sobre todo,y si nos olvidamos de el. Mi mayor miedo era olvidar a alguien,olvidar su cara,su aspecto y sobre todo,olvidarlo a el como persona. Mi padre era mi héroe. Esa persona que se tropezaba una y mil veces en una piedra y se levantaba con una amplia sonrisa en su bonita y redonda cara. Era la persona con unas ganas de vivir inmensas,te contagiaba con su espíritu de positividad y con él podías mirar la vida de otra manera. De una manera diferente. Cuando digo héroe me refiero a que hacía lo imposible para que todo saliera bien en mi familia.
Tras unos largos años finjiendo que no pasaba nada en mi familia que mi padre acudía de casualidad al médico cada dos meses para ( un simple reconocimiento médico para el trabajo) y  de aguantar yo sola el sufrimiento de que mi padre se estaba muriendo poco a poco me entumecia,me disminuía,me hacia débil,yo era pequeña pero desde aquel día que escuché la palabra cáncer algo cambió en mi ,algo me cambió me volví fría,distante siempre me apetecía estar sola y todo aquello me hacía recordar mi mayor miedo "si se va mi padre,se va mi vida". Mi madre no tenía intención de decirme nada de la enfermedad de mi padre e intentaba hacer vida normal. Celebré mi primera comunión y pasaron los años tal vez tres .Y un día decidí hablar con mi madre. Yo ya no era tan pequeña tenía 14 años y sabía qué le estaba pasando a mi familia así que decidi poner fin a esta mentira a esta vida pararela que estabamos haciendo todos por separado y que ninguno se atrevía a desmantelar
Nos encontrábamos en la cocina haciendo un pastel de chocolate con nata y fresas. Era mi preferido. Mi madre estaba cortando las fresas y yo poniendo el chocolate en la tarta y decidí acercarme a ella para hablar de lo que tanto llevo pensando y llevando yo sola. La miré a los ojos y vi que ella no estaba,que su alma no estaba conmigo en ese momento,sus ojos no eran los mismos que hace tan solo unos años. Le acaricié la cara y con tan solo ese gesto ella se derrumbó en un mar de lágrimas. Necesitaba que supiera que yo estaba con ella,que podía contar conmigo y que a esto le ibamos a poner solución como sea.