S U P E R H E R O E - Y K

c u a t r o

El domingo siguiente, Yoongi no puede ir al parque.

Es extraño no ver al pequeño niño de máscara descolorida y ojos tristes, Yoongi piensa. Se lo ha encontrado los últimos tres domingos y es sorprendente la rapidez con la que se acostumbró a la débil compañía a su lado.

Sentado a la mesa , con su familia alrededor, se imagina lo que estará haciendo el muchachito ¿Notará su ausencia? Una parte de Yoongi quiere que note la falta de su presencia, aunque sería mucho pedir y él lo sabe, quizá con suerte recuerde su nombre.

Sus primos, a su lado, son bastante ruidosos y Yoongi no puede evitar notar el contraste entre ellos y Superman. Ellos no se llevarían bien, está seguro. Probablemente Chaerin, Mino y Taehyun intentarían quitarle su máscara y lo obligarían a hablar; no son malos, simplemente diferentes. A Yoongi le agradan pero es consciente de que podrían volver loco a cualquiera.

Mastica la comida ya fría y piensa en qué estará haciendo Superman. ¿Se encontrará en el parque, de nuevo? Puede que sí, ha estado ahí varias veces; pero, por otro lado, él también suele estar ahí y ahora está en la reunión familiar más ruidosa de la historia.

¿Podrá convencer a su primo mayor, Mino, para realizar un paseo por el parque?

Veinte minutos después, el almuerzo termina y los adultos se quedan conversando amenamente en la sala de estar. Es entonces cuando Yoongi decide poner su plan en marcha.

"Chaerin, debemos ir al parque, por favor" le pide a su prima, que tiene solo un año más que él.

La niña niega con la cabeza "Hace frío, mejor miremos una película"

"No, no" dice Yoongi "Al parque, por favor, en serio necesito ir"

"¡Tae!" grita la pequeña chica con su estridente voz. Segundo después, su primo menor aparece con una hermosa sonrisa en sus labios "Yoongi quiere ir al parque ¿Qué opinas?" el niño se encoge de hombros y asiente.

Sin embargo, Taehyun se queda dormido a los pocos minutos en el regazo de Chaerin y sabe que ya no tiene a nadie que apoye su idea de salir en una pequeña excursión. Piensa en decirle a su madre pero está demasiado entretenida conversando con el resto y no se atreve a interrumpir.

Quizá no sea tan malo faltar solo un día a los encuentros no pactados, piensa él. No se enojaría. Incluso cuando no puede mantener un contacto directo con el pequeño, se nota que es tranquilo, él entendería.

Pero luego piensa en sus ojos tristes, en las pupilas que lo miran tan fijamente a través de las aberturas de la máscara descolorida; parece haber un muchacho roto del otro lado, un ser que sufre demasiado. Quizá debería ir.

Se acerca a su madre y le hace el pedido, sin embargo, la mujer niega con la cabeza y le dedica una pequeña sonrisa, "Vamos todos los domingos, Yoongi, puedes no ir un día"

Mas ella no entiende, nunca ha visto esa mirada llena de sufrimiento. Si lo supiera, lo llevaría, sin duda alguna.

Es entonces cuando ve la puerta blanca, imponente. Si se pone de puntitas de pie, podría alcanzar el picaporte, él piensa. Nadie lo notaría, nadie lo vería salir y regresaría antes de que alguien siquiera advirtiera su ausencia.

A pesar de que es invierno, unos débiles rayos de sol provocan que el clima sea más agradable. Cuando Yoongi toca el frío metal, una parte de él le grita que no lo haga, que puede esperar una semana más, que podrían descubrirlo. Pero, luego de unos segundos, la puerta se abre y él no puede contenerse. Dedica una última mirada hacia atrás, hacia la seguridad, parecida a la que dirige a su madre cuando va a alejarse demasiado, y sale a la calle.

Sabe el camino aunque duda bastante de cada uno de sus pasos. De todas formas, llega al parque unos minutos después, con el corazón latiendo fuertemente en su pecho, intentando ignorar las miradas curiosas de algunas personas que lo ven completamente solo siendo tan pequeño.

Corre lo más rápido que puede por el pasto seco, en busca de su pequeño amigo. Una ola de pánico se extiende cuando no lo encuentra donde estaba la vez anterior. ¿Acaso no está? ¿Acaso se ha arriesgado en vano?

Se detiene para tomar aire y mirar a su alrededor. Hay muy poca gente, incluso para ser domingo. No ha pasado mucho tiempo pero la brisa se hace más fresca y sus dedos comienzan a entumecerse. Su mirada recorre cada rincón, con la esperanza de toparse al pequeño pero no hay suerte.

Derrotado, se dirige a los columpios para pensar con mayor claridad. Cuando llega, cae en la cuenta de que solo uno está libre, el otro es ocupado por un muchacho con máscara de Iron Man.

"¿Superman? ¿Eres tú?" pregunta Yoongi, con emoción sobresaliendo de sus palabras, ignora cuan extraño es preguntarle a Iron Man si es Superman y se acerca rápidamente a él.

El pequeño levanta la cabeza de forma veloz y, contrario a todas sus expectativas, se abalanza sobre el mayor.

"Pensé que no vendrías" escucha que esa voz aguda y débil le dice.

Yoongi simplemente envuelve al menor en sus brazos y decide que ha valido la pena, que escapar de la aburrida reunión familiar, a pesar de todos los regaños que vendrán después, no fue un error.

"Nunca faltaría" comenta "Estaba con mi familia" se encoge de hombros "Son molestos"

Iron Man niega con la cabeza "Está bien" abre la boca para decir algo más pero se contiene "Está bien"

Yoongi quiere preguntar por su familia, pero sabe que no es lo más prudente. Alcanza la mano del niño, entrelaza sus dedos y puede sentir la calidez de los guantes que él le ha regalado; sorprendentemente, Iron Man no rechaza el contacto.

"Cambiaste de máscara" dice Yoongi, para desviar la conversación. Esta nueva máscara no parece tan vieja como la anterior, incluso los colores con más vívidos.

El pequeño asiente "¿Te gusta?"

"Claro, Iron Man, es bonita" y le sonríe.

Yoongi no está seguro, pero cree notar que la tristeza en los ojos del muchacho desaparece durante un glorioso segundo.

Poco tiempo después, puede ver a su madre, a lo lejos, buscando algo desesperadamente y sabe que ese algo es él. Antes de volver, escucha que el niño dice:

"Jungkook. Mi nombre es Jungkook"