Alphonse es contratado por un misterioso hombre para que organice un grupo de cacería con el fin de matar a un ser siniestro en un mundo paralelo al nuestro.
Alphonse, también conocido como «El Capitán del Mar», contrata a cinco cazadores experimen...
De repente Akasha desaparece y los dos hombres caen al piso, pero el capitán aún se encuentra inmovilizado, ningún músculo de su cuerpo responde a su voluntad. Una ráfaga de viento los envuelve, es Akasha que inútilmente trata de leer la mente de Liam, pues no logra levantar el sello que posee: el sello que ha colocado el Rey. Akasha se acerca a Liam y posa sus manos sobre su boca para ejercer su poder de sanación. El capitán solo puede observar las delicadas manos que aparecen de repente para luego desaparecer. Liam vuelve en sí.
─¡¿Cómo puede este hombre volver a hablar?! ¡¿Acaso le ha vuelto a crecer la lengua?! ─se pregunta atónito el capitán sin poder mover sus labios, continua totalmente paralizado presenciando el espectáculo más grotesco que haya visto en su larga vida como cazador.
Nuevamente la ráfaga de viento los envuelve. Akasha empieza a interrogar a Liam. Su voz se escucha como si fueran varias voces con diferentes tonos hablando al unísono.
─¡Liam, dime dónde está el hombre para el que trabajabas!
─No lo sé mi señora, hace año y medio que me retiré de ese trabajo ─contesta Liam agachando su cabeza.
─¿Tú sabes quién soy yo? ─pregunta Akasha, esta vez intrigada.
─Creo que es la esposa del hombre para el que yo trabajaba. No estoy seguro, solo sé que unas imágenes extrañas vinieron a mi mente cuando una calavera me sujetó en medio de la oscuridad. Luego vino ese conocimiento a mí y supe que el capitán debía ayudarla.
─ajajajajaja ─la carcajada de Akasha estremece las paredes del castillo─ es mi Rey que utilizó esa calavera para comunicarse contigo; ¡ahora sé que está vivo! ─dice la reina mientras su sensual silueta comienza a emerger de la oscuridad.
─Mi señora, quisiera pedirle un favor... ─dice Liam a punto de llorar.
─Ya sé lo que quieres Liam, el sello que tiene tu mente lo colocó mi Rey para que no pudieran dar con él, pero tus demás pensamientos son un libro abierto para mí. Debiste servirle muy bien a mi Rey para que te trajera hasta aquí, por eso te perdonaré la vida.
─Mi señora... el capitán...
─ajajajajajaja ─lo interrumpe Akasha con otra estruendosa carcajada─ tu capitán ayudó, pero dejó a uno de mis hijos muy herido, y eso no lo puedo perdonar ─En ese momento del techo insondable del castillo baja una ráfaga de sombras que envuelven a los cazadores.
El implacable sol de la mañana despierta a Liam y Alphonse de un profundo sueño.
─Capitán, ¿Qué estamos haciendo...? ─la pregunta de Liam se ve interrumpida por una horrorosa visión: las manos y los pies de Alphonse han desaparecido.
─¡Qué está pasando! ─grita Alphonse observando los muñones de sus piernas y sus brazos.
─¡No lo sé Capitán, no recuerdo nada! ¡No sé ni siquiera dónde estamos! ─contesta Liam levantándose del piso sintiendo que su espalda se destroza.
─¡Alguna bestia nos debió joder, su espalda está destrozada! ─le dice Alphonse a Liam─ ¡Pero yo tampoco recuerdo nada! ¡Maldita sea!
─Lo más extraño capitán... es que usted no está sangrando... es como si le hubieran cauterizado las heridas...
─¡Y yo qué saco con eso! ¡Maldita sea, preferiría estar muerto!
El celular de Liam empieza a vibrar en ese instante; Liam lo saca de su bolsillo y ve un mensaje de su esposa:
─Amor ¿Cómo estás? Tengo mucho miedo, esta mañana fui al banco a retirar plata para el mercado y me encontré que tienes un saldo de dos millones y medio de dólares... Por favor, retírate de lo que estés haciendo, no importa que tengamos que devolver ese dinero, tu vida vale más para nosotros. Te necesitamos.
Liam no recuerda absolutamente nada, no sabe de dónde proviene el dinero del que le habla su esposa, siente que su corazón se agita y le contesta con otro mensaje:
─No te preocupes estoy bien. Ya terminé la cacería, voy para la casa.
Luego observa a su alrededor y ve una carretilla muy convenientemente situada a unos pocos pasos de él. Va corriendo hacia ella y ayuda al capitán a subirse. Les espera un largo camino, antes de llegar a la cabaña del guardabosques, abrazados por el inclemente sol de Mazatzal.
FIN
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