Capítulo 23

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Como si mi vida se hubiera detenido en el tiempo, caminé sola de vuelta a mi casa, dejándome botada en medio de la calle... Viendo la camioneta de Karlie marchar para no volver a verla nunca más.

En mi interior se revolvió todo, una mezcla asquerosa de tristeza y miedo. Me quedé parada en el ante jardín y lloré sin sonido alguno o tal vez me quedé sorda y ya no oigo lo que pasa a mi alrededor.

Le dije adiós... A esa chica, a la que fue mi chica... Le dije adiós y me siento completamente miserable, rota, sin sentido, sin vida... Peor que antes, peor a cuando a penas sobrevivía a mi soledad.
Soy libre, sí... Lo sé, pero soy libre gracias a ella y ahora la perdí... Y lo peor es que la perdí para siempre.

— ¿Taylor? —volteo a ver y es mamá quién me habla.
Esta parada viéndome cómo me pierdo en mitad de este mundo, se me ha perdido la aguja de mi brújula, siento que solo quiero dormir para toda la vida.

— Llévame adentro mamá... Por favor...

Ella se acerca y me coge del brazo derecho, el izquierdo lo tengo inmovilizado con un cabestrillo. Camino con cuidado y piso el césped sin que me importe mucho. Entro a casa y pareciera que no fuera mía. Las cosas están en el mismo lugar pero se siente extraño. Hace tanto que ya no estaba aquí, hace tanto que solo estaba en el otro mundo, donde Karlie me protegía y me amaba.

Mi madre me lleva hasta la cocina y me sienta en una silla, yo no he dejado de llorar en todo el camino hasta aquí y me duele, porque cada lágrima me contradice totalmente con lo que le dije a Karlie.

— No te obligaré a que me cuentes lo que sucede... Pero me duele verte así, dime qué puedo hacer hija... Por favor —y mi madre llora en silencio.

La estoy mirando y esta vez no sé qué más decir, ¿Qué debiera decir? ¿Debería soltarle todo el odio y tristeza que llevo dentro? No es momento de hablar, creo que esto es demasiado para mí.

— No... Puedo... —contesto ahogándome con sollozos—, no puedo decir nada... Estoy demasiado mal mamá...

— Está bien —asiente y acaricia mi cabello— ¿Quieres ir a tomar una siesta? Te llevo a tu...

— Dejame aquí un momento mamá —digo abatida. No tengo fuerzas ni para levantarme de esta silla.

— ¿Te preparo un café? Hija... —estoy preocupando a mi madre más de lo debido, está asustada... No sabe qué hacer conmigo y siento repudio hacia mi misma por eso.

— Gracias mamá —acepto y seco mis lágrimas.

Ella me sonríe y besa mi frente, se dirige a poner agua en el hervidor y enciende el televisor.

— Necesito ruido, está muy silencioso —comenta sonriendo.

Yo asiento con la cabeza y me dejó estar con la espalda pegada a la silla. Tomó aire y la punzada en el hombro me reclama a que no llore, cada sollozo, cada suspiro me deja con dolores en la herida.
Recorro las sensaciones en mi piel mentalmente y en seguida me doy cuenta de la herida que me hice a conciencia, la que se quedará para siempre, la que está ubicada en mi costilla y se dibuja en ella unas lindas y perfectas bocas besándose. Quiero volver a llorar otra vez.

Mi primer tatuaje... Qué estúpida he sido. Un tatuaje es tan importante, un tatuaje es una marca y yo hice una de esta relación sin saber todavía.
¿En qué mierda estaba pensando?

Mamá pone el endulzante sobre la mesa, el café y dos tazas. El agua aún falta que hierva y me quedo ensimismada mirando la televisión, las imágenes de los comerciales pasan por en frente de mí vista y no tomo atención a nada en particular... En nada...

Gracias a ti [Kaylor Fanfic] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora