Desperté atado a un palo. Estaba en una especie de sala de estar/comedor enorme hecho de piedra y madera. Miré a mí alrededor y vi a mi viejo amigo.
"vaya, vaya, vaya. Mira quien despertó."
Vi a Iraida atada a mi derecha mirándome con cara de '¿en qué rayos nos metiste?'.
Luego de eso decidí empezar a planear nuestro escape. Hice mi mejor esfuerzo para hacerle entender que ganara tiempo, pero no soy nada bueno en charadas.
Milagrosamente, logró entender el mensaje y empezó a dialogar con el... lo que sea que fuera.
"¿y ustedes que son?" dijo "Jamás había visto ninguna criatura como ustedes" Cuando dijo 'ustedes' no entendía a que se refería hasta que miré con más detalle alrededor me di cuenta que no había uno de ellos; sino 2, 3, 5, 10, 50... al menos cientos de criaturas parte caballo, parte toro y parte humano, pero claro, no todos eran iguales, algunos tenían cabeza de caballo, torso de toro y piernas traseras, cosa bastante desagradable a la vista. También estaban los de cala de caballo y cabeza de toro, pero yo me quedo con mi modelo estándar.
"¿Quiénes somos?" dijo la bestia "somos los cazadores de bosque, las sombras de la noche Nosotros somos ¡Las bestias de la naturaleza!"
Mi cabeza estaba trabajando a toda potencia, intentando encontrar una salida. Iraida podía cortar la cuerda con alguna de sus muchas opciones, si es que no se las habían quitado claro.
"¿No se supone que esta es la parte donde dices el nombre de la tribu?" Dijo Iraida continuando la conversación "porque 'Bestias de la naturaleza' no cuenta como nombre"
Había varias salidas del comedor, era imposible saber cual guiaba al exterior; si lográbamos salir tendríamos que jugar a la suerte.
"Uh pues claro que..." decía inseguro el, al parecer, líder de las criaturas "¡reunión del la corte!" gritó, y rápidamente se armó un circulo a su alrededor
"¡Onijes!" Gritó "somos los Onijes" Cuando escuche eso casi no aguanto la risa. Obviamente acababan de decir lo primero que se les ocurrió, pero me sorprendía que no tuvieran nombre hasta entonces.
Seguí pensando. Tal vez alguna distracción o algo...
"Muy bien suficiente charla" dijo el Onij (no puedo ni decir el nombre sin pensar en lo ridículo que se vería la típica placa de empleado diciendo 'hola me llamo Onij') "llévenselos"
Un par de Onijes que si tenían cara y brazos humanos agarraron el palo al que estábamos atados, sin duda no era una forma lujosa de viajar.
En eso entró otro Onij el cual no pude ver muy bien
"hay una armada acercándose señor, llegaran en una hora" dijo refiriéndose a su líder.
"Lleven a nuestros invitados al calabozo, los demás, prepárense para destruir a los invasores" dijo con una sonrisa en la cara, como si de una actividad recreativa se tratara.
Todos salieron corriendo, (o galopando?) probablemente en busca de sus armas, a excepción de los que nos estaban cargando.
Nos llevaron a la cima de una torre una torre y nos dejaron ahí, Luego se fueron por donde entraron.
Iraida cortó la cuerda con una pequeña navaja.
"¿Alguna idea de cómo bajar?" Me preguntó.
"Dame un segundo..."
Mire alrededor. Estábamos muy alto como para saltar a menos que algo amortiguara la caída. La puerta parecía una opción muy obvia, probablemente nos estarían esperando.
Aún tenía mi mochila, revise rápidamente y me di cuenta que, aunque habían sacado todo lo de valor o que sirviera como arma habían olvidado algunas esferas de cristal con un humo blanco adentro
"Lotería" dije sacando nuestro boleto de escape.
"¿Como rayos olvidaron eso?"
"Probablemente lo confundieron con canicas, o no creyeron que fuera importante"
"¿Bueno y ahora qué?"
"Esto puede acabar muy bien o muy mal, pero creo que no hay otra opción"
⚫️ ⚫️ ⚫️
"¿Lista?" Le pregunté a Iraida.
"Siempre"
"3..."
"2..."
"1..."
Lanzé uno de los congeladores a la puerta, la cual se convirtió en hielo sólido al instante.
Iraida, con una cuchilla hecha con una botella rota, no tuvo problema para hacer añicos la puerta.
"¿¡Pero qué-!?" Gritó un guardia que pasaba por ahí antes de ser convertido en estatua de hielo.
Corrimos lo más rápido que pudimos, sin saber a dónde iríamos a parar, pues el lugar parecía un laberinto.
Luego de un rato, llegamos a un callejón sin salida.
"Perfecto" dijo la poco optimista chica "no hay salida"
-no me digas- pensé, pero no teníamos tiempo para pelear por tonterías.
"Solo... Demos media vuelta" lo que parecía una buena idea, si no fuera porque en ese momento una pared se levantó del suelo bloqueando el paso.
"Eh... ¿Que?" No podía creer nuestra suerte.
"Genial, una trampa"dijo Iraida, una vez más recalcando lo obvio.
"Ajj, tiene que haber una salida..."
"Como sea, revisa si hay algo por allá" dijo señalando con la cabeza el lado opuesto del cuarto.
Miré alrededor, la sala estaba mayormente vacía, pero tenía unas piedras sobresalientes en una pared. Tenían algunas palabras pero estaba tan mal escritas que era casi imposible entender algo.
A duras penas logré entender algo:
Ńhø tôkęń lz lãmpâråš
Fuí directo a revisar las lámparas que había alrededor. No tenían nada especial, eran focos de luz en una base con forma de bastón. Se me concurrió desconectar un par de ellas. Gran error.
Al principio me sentí estafado, no paso nada, pero cuando estaba apunto de irme escuché un sonido de piedras frotándose, como si algo se estuviera abriendo.
Miré la puerta con esperanza las cuáles se desintegraron al darme cuenta que lo que se había abierto no era la puerta, si no varios agujeros en la pared. Cualquiera que vea suficientes películas debería saber que parará después, pero para los que no...
De los orificios empezaron a llover ráfagas de flechas, la verdad parece que mi muerte tiene que ser, por fuerza, que me desangre horriblemente mientras tengo una flecha en mi rodilla...
"¡Iraida cuidado!" Un poco tarde, una flecha pasó rozandole la oreja.
Voltee la mesa dónde estaba la lámpara para usarla como escudo, rompiendo un par de cosas. Me sentía como un genio, hasta que me di cuenta que también venían flechas por el otro lado.
Esquivé como pude, aunque mas bien parecía que intentaba ganar un juego de baile.
Cuando por fin pararon de llover flechas estaba exhausto.
Iraida se me acercó con una sonrisa en la cara.
"Buenos pasos de baile" dijo riendo. Nunca vi a nadie al que se la borrara la sonrisa tan rápido...
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La Última Esperanza
AdventureLlevo varios años intentando sobrevivir en medio de este caos; nadie sabe con seguridad lo que pasó, a excepción de una persona. Persona que, según lo que he descubierto, está muerta. Pero todavía hay esperanza: quien sea que sepa lo que pasó dejó u...