Chris era un romántico. De esos que se enternecían cuando oía a las demás parejas hablar de como se conocieron. De esos que leía libros hasta la madrugada y que le regalaba a Allen flores azules porqué le recordaba al color de sus ojos.
Mientras vivía en esa casa, fue imposible para mí no empezar a desarrollar los mismos hábitos de Chris. Esos hábitos que, principalmente, eran ver películas de amor hasta la cinco de la mañana. Pero era diferente.
Él las veía feliz. Porqué él había encontrado esa felicidad que Rachel McAdams y Channing Tatum mostraban en la pantalla. Yo no, porqué yo solo podía ver que había tenido todo eso... y que lo había perdido todo.
Fue extraño el primer mes estar sin John y sin Arthur. Mi rutina era la misma, de alguna u otra manera me levantaba siempre a las seis de la mañana para ir a al trabajo.
Solo que esa no era mi casa. No estaba John vestido para ir a trabajar mientras hacía miles de tostadas para comer con mermelada mientras trataba de peinar el cabello castaño de Arthur, al contrario, estaba Chris haciendo waffles mientras Allen se quejaba de algo o de alguien.
Y cuando volvía a casa, no estaba Arthur hablando de todas las cosas increíbles que le habían pasado mientras John sostenía mi mano sobre la mesa. Ahora estaba Chris, hablando con la boca llena mientras Allen le decía que era de mala educación.
Si me ponían a pensar un poco, esto era como una película de romance y re-descubrimiento que le gustaban a Chris, y estaba justo en la escena donde el protagonista se da cuenta de que acaba de cometer uno de los peores errores de su vida.
Y si esto era una película, siempre hay una parte donde se cuenta el inicio de todo esto. Yo ya había contado el inicio del desastre, pero no el inicio del que pudo haber sido la mejor decisión de mi vida.
¿Cómo empienzan las historias de amor? Con un golpe, con un tropiezo, con un encuentro completamente desafortunado donde una hermosa pero torpe mujer se cae en el suelo de la oficina de uno de los magnates más apuestos y misteriosos del mundo... Bueno, lo último no estoy seguro si es una historia de amor, pero hizo mucho dinero vendiéndose como una.
Mi historia de amor empezó en el verano del 2000, donde Becky, una de mis mejores amigas, hizo algo completamente estúpido.
Chris, Allen, Becky y yo estábamos en california, vacacionando. Y Becky se embriagó tanto que terminó vomitando y desmayándose en una habitación de hotel que no era la suya. Pero era la de John y de su familia.
Cuando un apuesto y adorable sujeto toca la puerta de tu habitación de hotel con tu mejor amiga entre sus brazos y restos de vomito en su camisa, tú abres. ¡Siempre abres la maldita puerta!
Y entonces, el resto de las vacaciones la pasamos con Becky disculpándose cada cinco segundos de su metedura de pata y con Chris insistiendo en que John y yo tuviéramos una cita.
La mejor decisión que hice en mi vida fue abrir esa puerta a las tres de la mañana. ¿Qué hubiese pasado si tuviera el sueño pesado y no hubiese abierto yo? ¿Qué hubiese pasado si Allen hubiese abierto la puerta? ¿Qué hubiese pasado si Becky nunca hubiese ido a la habitación equivocada y hubiese vomitado en la camisa de John?
Dios, este ser místico que la gente ha inventado y en el cual yo no creo en lo absoluto, sabe lo que hace.
La mejor decisión que hice fue abrir la puerta de hotel a las tres de la mañana. Y la peor, fue cerrar detrás de mí la puerta de mi casa.
A veces nunca te das cuenta de lo increíblemente curioso que es el destino hasta que analizas todo lo que ha pasado en tu vida. El destino quiso que Becky se emborrachara esa noche, que yo abriera la puerta y que Chris considerara que haríamos bonita pareja.
¿Por qué no me di cuenta antes? ¿Cuando dejé de abrirle la puerta a John para empezar a cerrársela justo en la cara? ¿Cuándo deje de creer qué salir con ese adorable chico qué se había quemado la piel por el sol era buena idea?
Empecé a escribir hace una semana. Todas las cosas que me habían llevado a esto. Las cosas que se habían quemado en ese hoguera que había hecho cenizas mi matrimonio. Y esa fue la primera cosa que escribí.
Había perdido la esperanza.
La esperanza de que las cosas con este sujeto salieran bien y que nuestra primera cita no fuera la última.
La esperanza de que nuestro primer año de novios se convirtiera en una década.
La esperanza de que no estuviera pidiéndole matrimonio demasiado pronto y las esperanzas de que él no me dejara en altar en medio de una crisis.
Las esperanzas de que nuestro matrimonio, el que estaba pasando por un mal momento, se recuperara.
La esperanza fue la primera cosa que se convirtió en cenizas. Se convirtió en eso desde el primer momento en que decidí buscar lo que John ya tenía en alguien más.
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The Things We Lost In The Fire.
FanfictionPhil empieza a tomar nota. Toma notas de las razones por las cuales su matrimonio se derrumbó. AU! [ CM Punk x John Cena ]