Respuesta

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¿Habrá límite para el dolor?

Verte por la pantalla del televisor u oír tu voz en las conferencias vía Internet no calman el dolor. A pesar de ser casi un adulto no puedo controlar por completo el vacío que invade mi pecho. 

Aun así, mi orgullo nunca me dejará decirlo. 

—El lunes tengo el día libre, Yuuri; así que podemos hacer lo que desees. 

Observé como mi amante arreglaba el bolso de viaje mientras sostenía unasonrisa. Unas horas atrás habíamos recibido una llamada de Yakov, donde este lesolicitó su presencia en Rusia para enseñar a los nuevos estudiantes que participaríanen las próximas competencias.

—¿Lo dices en serio? No me gustaría que nuevamente faltes a tus practicas solo por el hecho de vernos.

Y otra vez me encontraba rechazando su cariño. Era inevitable el no sentirme incómodo por toda la importancia que me daba. Además, ¿cómo podía decirme esas cosas? A mí, a alguien tan insignificante. 

No supe en que momento sucedió, pero cuando levanté la vista ya lo tenía cerca mío. Dejó caer su peso en la cama donde me encontraba mientras sus dedos viajaban por la palma de mi mano hasta llegar a entrelazar nuestros dedos. El lunes se cumplirían dos años desde que me convertí en amante del pentacampeon mundial, Víctor Nikiforov.

—¿Te hace feliz la noticia, Yuuri querido? —mencionó esto último sonriendo de lado.

—Si eso no se interpone en tu trabajo, estoy feliz, Víctor.

Noté como me devolvió la mirada extrañado por el tono de mi respuesta, casi como un niño al escuchar que Santa Claus existía. Por supuesto, Víctor había empezado a notar mi alejamiento, pero decidió respetar mi privacidad hasta que yo estuviese listo para hablar. Suspiré con pesadez y dejé de prestarle atención a Makkachin para dirigir mi mirada hacia él.

—¿Qué sucede Vict-?

Sus profundos ojos callaron mis palabras. ¿Desde cuándo Víctor lograba a causar este estremecimiento en mí?

—Ese día cumpliré todos tus deseos, Yuuri. —me guiñó, sonriendo triunfante.

Si supiera cuanto lo amo, sé que él regresaría siempre a mis brazos.

—Lo siento... —escuché a través del celular— No sabía que le vuelo se retrasaría, me dijeron que esto no volvería a ocurrir.

—No te preocupes, Víctor. De todos modos, mañana tengo examen de química y teniéndote aquí era casi seguro que no lograría estudiar nada. —mentí— Estaré bien, solo regresa con cuidado.

—Regresaré por ti.

¿Cuantas veces volvería a pasar por esto?, ¿me lo merecía?

¿¡Por qué duele tanto!?

Apreté con fuerza mi pantalón mientras cortaba la llamada. Las lágrimas empezaron a recorrer mi rostro, una y otra vez sin querer detenerse. Sentí el cuerpo temblar y un dolor incrementándose en mi pecho. Los colores fueron opacándose y poco a poco mi capacidad de sentir se extinguía. Si tan solo Víctor estuviese aquí.

¿Por qué mi alma se siente destrozada?

Deseaba que el tiempo se detuviera y la distancia desapareciera. Me sentía tan frágil; como si el mismo infierno me hubiera alcanzado. Amo a Viktor, no puedo darle otro significado a todas las emociones que me inundan cada vez que estoy cerca de él; sin embargo, soy un maldito por no poder luchar la soledad de no tenerlo junto a mí. Siento los ojos cansados, mi cuerpo cae de golpe sin miedo a lastimarse. Sin importarme como despertaría, me mantuve en el sofá. Exhalé dejando salir mi último deseo en forma plegaria. 

Perdóname por irme de esta manera.

—Soy un idiota, Víctor, perdóname...

—¡Basta! No lo digas como si fuera una despedida... espera un poco por favor, la ambulancia llegará pronto...

No le di una respuesta, tan solo me limité a rozar nuestros labios mientras la sangre fluía de mi cuerpo sin que nadie la pudiera detener.

¿Será tu turno de esperarme? 

Solté un jadeo, mi respiración se entrecortaba.

—Te amo...

Es tu culpa. ¿Por qué tienes que ser tan cálido conmigo? 

—¡No me dejes solo! ¡Quédate a mi lado, Yuuri! Te lo suplico... no te vayas...

Todo se volvió oscuro. Ya no podía ver sus ojos ni podía escuchar su voz. Mi propio egoísmo fue el culpable que ahora mi vida se fuera de las manos de Víctor, pero no me arrepentía.

Esto es lo mejor para él. Víctor ya no tendría que lidiar con mi penosa existencia.

Fue mi decisión apuñalarme y no daría marcha atrás.

「 Te amo, Víctor. 

.

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"—Creo que llegué muy tarde. Perdóname, mi amor, te extraño''.



La última oportunidad // VictuuriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora