Percy Jackson El Hijo De Hades(editando)

Conociendo a mi nueva familia

     —No te preocupes Perceo, te llevaré a un lugar seguro. —dijo, desapareciendo en un destello en llamas; mientras nuestro pequeño héroe seguía dormido en brazos de esa bella mujer que lo rescató de la muerte.

     Voy a ir a mi templo secreto para cuidarlo hasta que despierte.
     «Este pequeño desprende un gran poder, seguramente es hijo de alguno de los "tres grandes"». pensó un poco sorprendida por los hechos, pero luego no le tomó mucha importancia, «sabia que ese juramento no iba a durar mucho».
     El semidios abrió un poco los ojos, bostesando y volviendose a dormir.
     Al notar esos ojos, supe que era un hijo del dios del mar; ese color de ojos lo delataban.

     Me encontraba en un cuarto un poco tétrico para mi gusto. En el cual se escuchaban gritos desde el exterior de la habitación.
     Salí del cuarto asustado por los gritos; vi hacia una puerta que se encontraba al final, de una especie de pasillo; que cada vez que intentaba acercar me , se alejaba más.
     Empecé a correr hacia la puerta hasta que pude llegar a ella, gire la manilla de la puerta, y me encontré con gabe apuntó de  matar a mi madre. Pero está vez, gabe tenía una hoz; con un lado dorado y otro de color plata, tenía los ojos dorados, este le cortó la cabeza a mi mamá con la hoz para luego sujetarla apuntando hacia mi.
     —Esto pasará con todos tus seres queridos si te metes en mi camino. —respondió una voz, que sonaba como un metal oxidado que chocaba con otro.
     Me deje llevar por la ira, para apuntar a él con odio, para  que de pronto, salieran 10 serpientes de mis dedos; 5 de hielo y 5 de agua, atravesando su cabeza, y algunas partes de su cuerpo. Para luego sentir como se dividían y se subdividían, hasta llegar a niveles microscópicos, y sentí como algo muy pequeño dentro del agua se rompió.
     En ese momento vi como el cuerpo de el oloroso gabe explotó en un cataclismo masivo.
    
     Desperté muy sudoroso, y con un poco de miedo por el sueño. Me fije que me encontraba en un pequeño bosque, que tenía varias estatuas de una niña como de 10 años, y pinturas de la misma chica pero como adulta, en el centro del pequeño bosque se encontraba un lago de ¿fuego?; que se parecía a uno que se encontraba en mi libro, «como era que de llamaba».
     —Flegete... fregona... ahhh... ya recordé es  flegetone. —dije, tratando de memorizar el nombre de el lago; ya que no quería sacar el libro, porque me debía quedar algo de lo que leí. «no se suponía que este lago debería estar en el  inframundo, ¿que hará este lago aquí? ».
     —Yo te puedo responder esa pregunta. —dijo una voz detrás de mí, yo voltee rápidamente, y me encontré con una hermosa niña; que parecía un año mayor que yo, que  cargaba puesta una túnica marró; se sonrojo un poco después que se dio cuenta que yo me la quede mirando como bobo. —Por cierto me llamó Hestia, soy una diosa menor, té preguntas, ¿porqué parte del río flegetone esta aquí?. —yo asentí sin prestarle atención; a lo de que era una diosa menor, «como una niña podía ser una diosa», pero me lo guarde para no ser irrespetuoso. —todos los ríos del inframundo empiezan en una parte de la tierra o del mar.
    —ahhh... Okey ... y ¿Usted es la señora que aparece en mi libro?. —dije, recordando a una Hestia de mi libro, y sacando mi libro, para luego leerlo. —Aquí esta que usted fue una diosa Olímpica, pero le cedió su puesto a Dioniso, el dios del vino y de la locura,¿es verdad?.
     —Si yo le cedí mi puesto, para que no se formará una guerra en el Olympo. —dijo con un poco de tristeza. —Pero no hay de que preocuparse a mi me gusta ser una diosa menor, no tengo que hacer mucho, nada más mantener la llama del hogar encendida; aunque parezca que es algo de muy poca importancia, es muy importante , ya que esa llama, significa la unión y esperanza del olympo. —yo asentí con un poco de dolor de cabeza, ya era mucha información por un día, y con el sueño que tuve hace unos momentos, ya mi mente estaba a un paso del colapso.
     —¿Dónde me encuentro?.— dije reponiéndome del dolor de cabeza.
     —Te encuentras en mi santuario secreto. —respondió ella.
     —¿Qué es eso de santuario secreto?, y ¿porqué estoy aquí si es  secreto?.—tenia más preguntas pero me las guarde.