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— ... Lo lamentó, ahora si me lo permite iré a ver a otros pacientes. — dijo antes de salir por la misma puerta que entró.

Le tuvo que contar la verdad, le dijo que había perdido a su bebe, creyó que iba a llorar pero lo único que el menor hacia era mirar sus piernas que estaban cubiertas por unas sabanas blancas.

(Afuera, en la sala)

— ¡Tú! — dijo mientras se acercaba y lo apuntaba con su dedo.

— ¿Yo?

— ¡Maldito desgraciado, por tu culpa Juuzou se encuentra en este lugar! — lo empujó con bastante fuerza, provocando que diera unos cuantos pasos para atrás.

— ¿Pero qué te pasa, idiota? — le devolvió el empujón teniendo los mismos resultados, pero antes de que llegara a más el Doctor salio de la habitación con una expresión neutra.

— ¿Cómo esta él y mi hijo? — preguntó Kaneki acercándose al hombre, Ayato simplemente se quedo en su lugar esperando la tan obvia respuesta.

— Mire, no le voy a mentir, perdieron el bebe.. — le informó soltando un suspiro pesado, viendo como el albino se llevaba sus manos a su boca.

Ayato bajo su cabeza para mirar el piso mientras mordía su labio inferior, le pego una leve patada al aire chocando su pie con el piso, se acerco a ellos un poco más calmado.

— ¿Puedo pasar a verlo?

— Ahora no es el momento, además, tengo que hacerle unos estudios para ver si no sufrió un gran daño por esto. Y si me lo permiten, iré a dejar esto. — dijo antes de irse.

Ayato suspiro frustrado antes de irse de allí sin antes chocar su hombro de manera bruta con el de Kaneki, ninguno se llevaba bien y eso era obvio.
Ambos estaban enamorados del mismo chico, solo que uno si había conseguido quedarse con este, esa era otra razón por la cual Ayato desea matar a ese idiota del parche.

Pero, hay veces en que las cosas pueden salir bien a tu favor.

Todo Por Un MensajeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora