Ahora no... 4

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A pesar del poco tiempo que el padre de Lloyd pasaba con su único hijo, nunca había pasado ausente en los cumpleaños del niño. Siempre estaban juntos en ese día 18 de agosto, en el cual iban a los lugares que el niño siempre quería ir con sus padres, ya sea el parque mega monstruoso, el acuario, o cerca de los Montes glaciares a jugar con la nieve. O dar paseo por los pantanos tóxicos.

Eran los 10 años especiales del niño y éste estaba feliz, pues su padre le había dicho que lo llevaría a conocer el templo de Yang, no muchos pueden ir ahí. Al ser un lugar sagrado al igual que el monasterio del sensei Garmadon como las ruinas del monasterio del sensei Wu, son lugares que no cual quiera puede acceder.

Y ahora el joven Lloyd estaba emocionado por ir. Y era tanta su emoción que se había levantado temprano para alistarse y preparar todo. Era tiempo de vacaciones, y aunque en poco tiempo se terminarían, él no desaprovecharía el momento.

Dadas las once de la mañana, Lloyd corría desesperado en la sala de su casa mientras veía su programa favorito por la pantalla plana.

Era un sábado y sus padres recién se levantaban. Misako tenía su regalo ya listo y Garmadon también, nada podía arruinar esto. El sonido de la puerta resonó en los oídos de Lloyd, se preguntó quién vendría a esas horas y fue abrir, en esos momentos el padre de Lloyd bajaban por las escaleras.

—hola niño, ¿está tu papá? —un señor de cabellera roja apareció en la puerta junto con otros individuos que el niño no conocía.

—¿y usted quién es? —pregunto con duda Lloyd.

—¡Chen! —la voz del padre de Garmadon impidió que el otro sujeto dijera su nombre.

El llamado Chen apartó al niño y entro como si nada a la casa, confundiendo al niño que miraba como entraban esas personas, noto que eran varios como seis.

—¡alístate Garmadon! ¡Que hoy nos vamos a vivir la vida en grande! ¡Iremos a un nuevo casino que acaba de abrir en lomas, en dónde vivo y quiero invitarte! 

Lloyd sabía su padre tenía dinero y que ese tipo de amigos solo te buscan para una cosa, para que tú gastes todo.

—¿en verdad? ¡Déjame me alistó y vamos enseguida! —Garmadon mostró una verdadera sonrisa de felicidad mientras subía rápidamente a su habitación a cambiarse ya que estaba en piyama.

—oiga señor, ¿en dónde llevará a mi papá? —Lloyd se acercó al señor que platicaba con los otro tipos de algo de que hay viejas bien buenas en ese casino.

—oh no te preocupes niño, tu papá va a divertirse un rato —le sonrió de modo pervertido que el niño no entendió.

—pero mi papá me llevaría hoy al templo sagrado de Yang... —el niño lo veía enojado, haciendo un puchero.

—¿te llevará a ese lugar aburrido? Con razón siempre nos dice que eres una molestia... —miro con fastidio al niño.

—¿qué? ¿De qué habla? —el niño sentía dolor, del mismo cuando su padre le dices esas palabras.

—si, dijo que tenía a un niño molesto que no lo deja hacer lo que él quiere, y qué es en VERDAD irritante —Lloyd para ese entonces comenzó a llorar.

—¡eso no es verdad! —limpiándose rápidamente sus lágrimas, el niño enfrentaba a ese señor.

—sera mejor que te vayas a una iglesia, ya que es el lugar donde la gente irritante y que no sabe divertirse suele ir, tu padre nos pondrá las bebidas para embriagarnos y así deje de ser un perdedor. Por lo que vete, vete a molestar a otro lado —los señores que estaban ahí comenzaron a reír en compañía de Chen.

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