Ahora no... 8

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Lloyd desde ese momento perdió el último gramos de amor que tenía por su padre, ahora se dedicaría a olvidar todo lo ocurrido y seguir en esta última etapa de la preparatoria. 

En esta ocasión para Lloyd no le fue difícil el seguir el nuevo ritmo que tenía en este grado. Sus amigos igual no se les dificultaba y ahora lo que también querían era ir a divertirse a los antros y tomar. Cosas que según ellos los jóvenes de su edad hacen. Pero eso es lo que menos quería hacer Lloyd, sabiendo todo los problemas que le género eso a él con su padre. Beber era lo que nunca haría.

Se enteró por parte de su madre que Morro se volvería el nuevo jefe de la empresa de Garmadon y que él se jubilaría

Estaba feliz por Morro, él demostró un gran control para llevar a la grandeza la empresa que su padre dirigió.

Garmadon cuando se jubiló, noto que Lloyd pasaba menos tiempo en casa, estaba más centrado en sus estudios como en el deporte que ha estaba dominado cada vez más. Y sintió por primera vez el abandono que tenía su hijo con él.

—¿Misako... Lloyd cuándo llegara de su entrenamiento? —pregunto algo preocupado.

—Lloyd siempre llega a las seis de entrenar y apenas son las tres, así que será mejor que busques con que entretenerte... —Misako estaba lavando los trastes de la comida.

—¿desde cuándo... Llega a esas horas? —pregunto.

—mmm desde que entró a preparatoria, está a pocos días de salir. Así que espero sepas aprovechar eso.

Misako se dio cuenta, ya que la primera razón de la jubilación de Garmadon era para recuperar el tiempo que desperdicio con su hijo, lo malo, es que Lloyd le está devolviendo el mismo favor que él le dedicó por más de 15 años.

Le daba gracia que ahora los papeles se invirtieron.

Pasada las seis y media de la tarde Lloyd llegaba de su entrenamiento muy cansado, esta vez su equipo había entrenado más de la cuenta y se sentía muerto. Lo único que quería hacer era dormir y dormir.

—buenas tardes Lloyd, ¿qué ya tu entrenamiento? —pregunto Garmadon feliz al ver a su hijo.

—bien...—dijo cortante el joven mientras subía a su habitación y se encerraba en él. Dejando sorprendido a al mayor.

—pero... ¿Qué?...

—¿Ya llegó Lloyd? —Misako salió de la cocina.

—esta arriba...

—bien, ¡Lloyd ven a comer! —Misako llamo a Lloyd con un grito mientras volvía a la cocina, Lloyd bajo rápidamente mientras  tenía consigo un libro de anatomía.

—¡buenas tardes mami!

—toma hijo... —Misako miro el libro— ohhh ¿quieres estudiar para medicina? —dijo orgullosa.

—¡pues si! ¡Quiero ayudar a mucha gente, sin importar que lleve una semana sin dormir! 

—¡me alegro mucho, cariño! —Misako le beso su frente y se sentó en frente para platicar con él en lo que comía.

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