2.

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-Tome mi mano señorita.

Susurre mientras veía tu cara, la cual reflejaba confusión.

-¿Sientes algo extraño? Hmph... ¿como que será?

Pregunte mientras acercaba mi cuerpo a tu diminuta persona, colocando mi boca en tu oído. Lentamente bese tu lóbulo.

-¿Se siente mal señorita? Su cara está ligeramente enrojecida.

Coloque mi mano en tu frente para sentir tu temperatura, caliente.

-Sin duda te sientes mal.

Me acerque más pero pusiste tus manos en mis pectorales.

-¿No estas mal? Pero, tu rostro está rojizo...

Toque tu mejilla pero quitaste mi mano en cuanto lo hice.

-Quizás cogiste un frío... deberíamos regresar inmediatamente a tu habitación.

______

-¿Te has recuperado?

Asentiste.

-Podemos cancelar la lección si gusta.

Inmediatamente negaste.

-Entendido, entonces, tome asiento por favor.

Moviendo tu pomposo vestido te sentaste.

-Bien, coloque ligeramente el pie en el pedal y presione.

Pude ver cómo tocaste la tecla incorrecta y la melodía se perdía mientras mi mano se adentraba en tu vestido y colocaba el pequeño vibrador en tu dulce feminidad.

-Oh vaya, tienes que ser una buena chica, de lo contrario será imposible completar la lección de hoy...

Tragaste duro y, con tu manos temblorosas, volviste a tocar.

-Hmph, tu rostro se ha vuelto a enrojecer, ¿será que en verdad estas enferma?

Negando, intentaste seguir con la melodía.

-Por favor, se consciente de la melodía, tus pies van atrasados con el pedal.

De nuevo, tu intento por seguir tocando fue torpe.

-¿Hay alguna razón por la cual no pueda pisar el pedal correctamente?

No contestaste.

-Será que, ¿esta fallando por el hecho de qué hay algo dentro de usted golpeando fuertemente?

Negaste, reír por tu inocencia y ternura.

-De acuerdo, vuelve a repetir esta pieza.

Gemiste.

-¿Que pasa? Has dejado salir una voz extraña... ¿te encuentras bien?

-Tu cintura se está moviendo... como si estuvieras empujando algo hacia adentro.

-No tienes que hacer esa expresión si quieres podemos...

Me interrumpiste.

-¿Que no me detenga?

Me sorprendí pero una sonrisa se asomó por mi cara.

-Mi mano... ¿quieres mi mano?

Sudor empezó a correr por mi frente y sentía como mi corazón palpitaba rápidamente.

-Eres una señorita con una mala actitud, la lección de hoy se ha estropeado.

Mordiste tu labio lloriqueando de placer.

-Puedo follarte aquí, encima del piano, ¿o prefieres que tengamos una fiesta en tu cuarto para nosotros dos?

Lamí tu cuello.

Lust Butler ⇒j; jkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora