3.

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-Es un éxito, nadie se ha dado cuenta de nuestro secreto... -susurre mientras cerraba la puerta detrás de mi.

En tu intento de recuperar el aliento me acerqué a ti.

-A decir verdad... cuando te estabas probando el vestido, casi te he follado en el acto.

Tus dulces ojos me fulminaron con un intento de verme con rabia, me reí.

-No sería mala idea que me dejaras llenarte de mi semen para que puedas sobrevivir en la alta sociedad.

Lamí mis labios.

-Es inútil que quieras actuar desentendida, date prisa y colócate enfrente del espejo.

A unos cuantos pasos te retorciste, el vibrador seguía haciendo su trabajo, gemiste fuertemente.

-Tu pequeño agujero necesita conocer la paciencia...

Lloriqueaste.

-Si tanta es la necesidad, utiliza tus dedos para para apaciguar la sed debajo de tus bragas.

Solo gemías.

-Bien, entonces supongo que puedo sacar el vibrador.

Lentamente me acerqué hacia ti elevando tu vestido, y jalando con paciencia el vibrador, gritaste cuando estuvo fuera.

-¿Te has venido solo por el hecho de sacarlo?

Tome tu barbilla y bese tu cuello.

-Ya sabes que no puedes venirte sin que yo te lo pida o te lo conceda.

Toque tu feminidad.

-Tu coño es un desastre, incluso el vibrador se ha humedecido, aunque trataste de ocultarlo es más que evidente.

Bese tu frente, y tome tu mandíbula fuertemente.

-Pero no dejaré que tengas mi polla, aún no.

Lust Butler ⇒j; jkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora