VI

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Los Dioses y semidioses salieron del campamento, el nerviosismo invadió a todos, tenían el temor que los Primordiales atacarán de pronto.

— ¿Crees qué logremos llegar al Tártaro? — preguntó Kinzie caminando junto a Zoe.

— Lo que más me preocupa es cómo vamos a rescatar a los Dioses del Tártaro — añadió Leo ignorando las miradas furiosas de Zoe y Kinzie.

— ¿Acaso tienes miedo muchacho? — exclamó Zoe viendo furiosa al hijo de Hefesto.

— Ven Leo — dijo Apolo alejando al hijo de Hefesto, no quería iniciar una pelea entre la teniente de la Caza y los semidioses.

— ¿Todo bien Nico? — preguntó Hazel, estaba preocupada por el bienestar de su medio hermano.

— No — respondió Nico en tono sombrío.

— No me agrada esto — murmuró Tritón esperando que ninguno de los semidioses logrará escucharlo. — ¿Crees que Artemisa pueda con la misión?

Apolo se mantuvo en silencio observando a donde se encontraba su hermana, la cual se había mantenido al final, lo más alejada del resto de la misión.

— Me temo que no — murmuró Apolo, el Dios temía que ellos no serían suficientes para derrotar a los Primordiales. — Lo de Percy nos ha afectado mucho.

— Debemos proteger a los semidioses — dijo Tritón, — Esperemos que cuando lleguemos al inframundo Hades quiera ayudarnos.

— Mamá ayuda.

La Diosa se detuvo de pronto, — ¿Percy? — murmuró la Diosa observando a su espalda, tratando de encontrar a su hijo.

— ¡Ayúdame! — gritó nuevamente Percy, la Diosa de la Caza no lo pensó dos veces y corrió en dirección a donde provenía aquella voz. Los gritos de su hijo fueron cada vez más fuertes pero por más que corría la Diosa no lograba llegar a donde se encontraba su hijo.

— ¿Percy dónde estás? — gritó Artemisa, estaba desesperada no quería perder nuevamente a su hijo.

De pronto la chica se detuvo observando en medio del bosque, sin lugar a dudas su hijo estaba ahí, parado justo enfrente de ella con una herida en el estómago. — Tu tuviste la culpa — dijo de pronto Percy observando con furia a la Diosa de la Caza. — No me ayudaste como me prometiste.

— Hijo, lo siento — dijo Artemisa tratando de acercarse a su hijo. — Por favor déjame ayudarte.

Pero Percy alejó la mano de su mamá, — Morí por tu culpa — rugió el joven.

Salto de Línea.

Apolo se detuvo de pronto cuando escuchó el gritó de su hermana, — ¿Arty? — preguntó Apolo corriendo en donde se encontraba su hermana.

— No debieron haber salido del campamento — dijo Ananké apareciendo frente a Apolo impidiendo que este llegará con Artemisa. Tritón de inmediato se colocó frente a los semidioses para protegerlos de algún ataque de la Primordial.

— Ustedes no van a ganar — rugió Apolo viendo furioso a la Primordial.

— De verdad creen que podrán rescatar a los Dioses del Tártaro, no deben sacrificar sus vidas por ellos. Sus amigos corren peligro — dijo Ananké observando a los semidioses.

— ¿De qué hablas? — preguntó Katie preocupada por sus amigos en el campamento.

— Un enorme ejército de monstruos se dirige en estos momentos al campamento Mestizo, tal vez con la ayuda de estos Dioses podrían salvar a los semidioses, pero en cambio están en esta tonta misión de salvar a los Dioses del Tártaro, pero todos ustedes morirán al igual que sus amigos — dijo Ananké sonriendo tranquilamente, Apolo disparó un par de flechas pero estas se detuvieron a escasos centímetros de la cara de la Primordial.

Percy Jackson el Héroe de la Caza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora