II

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Nico se mantuvo en su sitio, el hijo de Hades se quedó esperando que en cualquier momento su hermana apareciera frente a él, pero ella había desaparecido, perdió a la única persona que amaba. Algunos se empezaron a acercar aún con temor de que los Primordiales regresaran, de reojo pudo ver como las cazadoras se refugiaban en su cabaña. — ¿Estás bien? — preguntó Quirón arrodillándose frente al hijo de Hades, Nico solo asintió, no quería llorar frente a todos, aunque la mayoría no parecía prestarle mucha atención.

El viejo centauro esbozó una fugaz sonrisa, mientras colocaba su mano sobre el hombro del chico, — ¿Estás sangrando? — preguntó Quirón observando el brazo izquierdo del chico, quien tenía un corte sobre su brazo.

— Will, puedes venir por favor — dijo el centauro, un joven rubio se le acercó para revisar la herida que tenía sobre el brazo, aunque Nico no recordaba el momento en que se había lastimado, aunque en esos momentos no le interesaba demasiado su estado de salud.

— ¿Ella era tu hermana? — preguntó el chico, Nico levantó la mirada pensando que el rubio haría alguna broma sobre su hermana, aunque se dio cuenta que estaba equivocado, este si se veía de verdad preocupado.

— Si — respondió Nico desviando la mirada, no quería hablar de su hermana temía que no tendría la energía suficiente para evitar llorar y menos frente aquel chico.

— Voy a estar bien — murmuró Nico poniéndose de pie, quería alejarse de todos, para su fortuna ninguno de los semidioses parecían muy interesados en acercarse, la mayoría prefería alejarse del camino que tomaba el hijo de Hades. El chico siguió el mismo camino que había tomado junto con su hermana y Thalia para entrar en el laberinto.

No entendía cómo es que todo se había complicado, de nada había servido todo aquel viaje que habían hecho para ir a hablar con las Moiras, tantos riesgos que tuvieron en aquella misión no sirvieron para nada.

— Perdoname Bianca — murmuró Nico dejándose caer en el suelo. Todo pasó tan rápido, no le dio tiempo de reaccionar, de intentar salvarla. Había tantas cosas que nunca le dijo a su hermana, siempre pensó que tendría más tiempo para hablar con ella para arreglar su última pelea.

El chico se puso de pie de inmediato al escuchar unas pisadas a su espalda.

— ¿Qué quieres? — espetó molesto ante la interrupción de aquella chica.

— No quería molestarte pero se ve que necesitas hablar con alguien — respondió la joven intentando sonar lo más tranquila posible, — Soy Hazel, hija de Plutón.

Nico se quedó por un momento en silencio, sin saber qué responder, era aquella chica lo más cercano a una familia, — Sé que has perdido a tu hermana, y no quiero sustituirla, pero quiero que sepas que puedes contar conmigo — dijo Hazel sabía que al ser hijos del gobernante del Inframundo no eran muy bien aceptados entre los semidioses, ella ya lo había vivido cuando llegó al campamento Júpiter, no se quería ni imaginar lo que estaba sufriendo aquel chico, Hazel dio un par de pasos esperanzada de poder abrazar a su medio hermano, Nico dudó por un momento pero no se opuso.

— Tuve que protegerla — dijo Nico rompiendo en llanto, quería volver en el tiempo y ser él quien tuviera aquel destino, su hermana no lo merecía. Hazel por su parte se mantuvo en silencio sin dejar de abrazar al chico, sabía que nada de lo que dijera aliviaría el dolor que estaba sintiendo.

— Creo que deberíamos regresar al campamento, veré que uno de los nuestros revise tus heridas — dijo Hazel, aunque Nico le echó una mirada de furia. — Por favor, solo quiero ver que ninguna de tus heridas sean de gravedad, después de eso te buscaré una tienda para que estemos solos.

Percy Jackson el Héroe de la Caza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora