Capítulo 3.

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Mucho tiempo imaginé lo que sería de mí si la chica de la que estaba enamorada me correspondiera; haría todo por hacerla feliz, porque si ella lo era, yo también. Su felicidad significaba todo para mí.

La amaba con cada parte de mí.

Así que si su felicidad era Trevor, el chico con el que había perdido su virginidad, entonces yo la apoyaría.

Notaba como Lauren y él eran aparentemente felices, pero la sonrisa de ella casi nunca llegaba a sus ojos. Notaba como el la veía; repasaba su mirada por cada curva de su cuerpo mientras que yo no podía apartar la mirada de sus ojos.

Pero pensé que ella era verdaderamente feliz, así que callé todo lo que sentía y pensaba.

Por otro lado, yo conocí a una chica; era bastante simpática, tenía buen sentido del humor y parecía preocuparse por mí. Nos volvimos amigas y le confesé mis sentimientos por mi mejor amiga.

Ella citó una frase de Frida Kahlo:

"Donde no puedas amar, no te demores"

Después me dijo que esa frase, aunque estuviera correcta, le hacía falta algo y, comprendí lo que quería decirme hasta mucho después.

Un día, Lauren me marcó y me dijo que necesitaba verme urgentemente, que me necesitaba. Por cómo hablaba supe que había estado bebiendo.

Pero yo la amaba y eso significaba ser débil ante ella, así que accedí aunque tuviera miedo de lo que pudiera decirme.

Esperé unos veinte minutos hasta que escuché que alguien tocaba a mi puerta. Le abrí y vi que sus ojos estaban enrojecidos. Sólo con verme ella me abrazó.

Correspondí su abrazo como si fuera a sanarle aquello que le corrompía por dentro el corazón.

No importaba que tuviera que sufrir por ella también; cargaría con su dolor con tal de verla bien.

—¿Qué pasa?— le dije cuando ambas llegamos al pequeño sillón. Ella intentó calmarse un poco para poder hablar.

—Trevor ha terminado conmigo...—Era horrible que sintiera cierto alivio pero no podía evitarlo. De alguna manera sabía que eso pasaría tarde o temprano. Él no la amaba y lo sabía.

—No se ha acabado el mundo, Lolo. Eres una mujer hermosa y si él no supo verlo, ya habrá alguien más que verdaderamente vea en ti lo maravillosa que eres—ella empezó a llorar como si aquellas palabras le hubieran hecho un gran daño.

La abracé y ella siguió llorando sobre mi hombro.

Cuando se calmó pude darme cuenta de que se estaba quedando dormida. No sabía si era porque estaba cansada o era por el alcohol. O tal vez ambas.

—Nadie me quiere por quien soy—dijo ella adormilada.

—Yo lo hago, Lauren— le dije mientras le acariciaba el rostro tiernamente. Ella sonrió un poco.

—Sé que lo haces Camz... Yo también te quiero— mi corazón se aceleró y pensé que ese era el momento de decirle la verdad.

—No entiendes. Yo te amo. Te amo y quiero estar contigo, quiero poder abrazarte, besarte y cuidarte. Quiero ser más que sólo tu mejor amiga—ella entrecerró más los ojos y por un momento pensé que se quedaría dormida.

Pero ella se acercó a mí y me besó.

Y no necesité que ella dijera lo que sentía porque con eso no necesitaba más palabras.

Pensé que era todo; ella por fin me había correspondido.

Pensé que mi suerte había cambiado.

No dijimos más, tan sólo nos quedamos abrazadas y vi como ella empezaba a respirar tranquilamente.

Ella se había quedado dormida entre mis brazos y por un momento pensé que habíamos nacido para estar juntas. Me sentía completa al tenerla de esa manera.

Fue como un sueño que se había hecho realidad.

Pero alguien dijo que las pesadillas también eran sueños.

Y se convirtió en una pesadilla cuando al día siguiente desperté y no la vi.

Lo único que pude ver fue un mensaje de Lauren diciéndome que había salido porque Trevor le había pedido que hablaran. Dijo que le pedía otra oportunidad.

Entonces dejé de pensar sobre el amor como si fuera cuestión de suerte.

De repente empecé a pensar que el amor era como una adicción; porque a Lauren le hacía mucho daño pero no podía alejarse de él.

Pensé que el amor era la adicción más fuerte y dañina que existía.

Pensé que ser adicta al amor significaba también ser adicto al dolor.

Un dolor que lamentablemente no te mataba, sino que te destruía, pero te dejaba lo suficientemente consciente, te dejaba todavía respirando, para que pudieras volverlo a intentar una vez más.

Espero les esté gustando el mini fic que estoy haciendo.

Gracias por leer.

ADICCIÓN (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora