¿Denuevo?

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Kris le muestra la carta que Suho le había enviado y lo único que ve Luhan es la letra de Suho explicándole todo y un dibujo de dos orbes, uno cubriendo el otro.

—Cuando el eclipse se produzca, Kai puede teletransportarse y llevarnos a todos a ese lugar. Es un mundo que sólo Kai conoce y que está cerca de la Tierra y de su planeta. Está justo entre ambos, y eso le ahorra mucha energía.

Luhan acaricia el papel y lo lee una y otra vez.

—¿Por qué Kai no los trae a todos aquí? ¿O por qué no nos lleva a todos nosotros allí?

Kris niega con la cabeza.

—Kai no tiene la energía suficiente para hacerlo. Y Suho todavía tiene mucho trabajo que hacer allí. Lo mismo va para nosotros. Además de aquella carta, Suho adjuntó otra en la que me decía que hay hombres todavía leales a aquel científico y que están escondidos. Suho y los demás los están buscando pero, hasta entonces, nuestro deber es hacer nuestra parte y proteger al mundo y no correr ningún riesgo derivado de traer algo de vuelta a la Tierra.

Miles de pensamientos cruzan la mente de Luhan. Hay demasiadas cosas que quiere saber...

—Un eclipse... —le recuerda Kris.

Luhan levanta la vista hacia él.

—¿Y podré ver a Sehun? ¿Podré verlos a todos ellos?

Kris sonríe mientras dobla la carta.

—Sí.

Es una oportunidad para verle otra vez. Una oportunidad para ver a Sehun de nuevo.

—¿Durante cuánto tiempo? —pregunta Luhan—. ¿Durante cuánto tiempo podremos vernos?

—Depende. Depende de lo que dure el eclipse. A veces son sólo un par de segundos, minutos...

Segundos... Minutos... Luhan traga en seco. Lo aceptará. No importa. Lo aceptará.

Luhan mira a Kris con desesperación.

—¿Y si no funciona?

Kris le dedica una sonrisa de suficiencia.

—¿Estás dudando de mis conocimientos y de los de Suho?

Luhan niega con la cabeza, riéndose ligeramente por primera vez.

—No.

Hay una mezcla de sentimientos tan intensa en el interior de Luhan que no sabe qué hacer. Una oportunidad para verlos otra vez. Para ver a Sehun...

Kris continúa mirándolo y sonríe. Le da unas palmadas en el hombro antes de girarse y alzar a Tao en sus brazos con cuidado de no despertarlo.

—Ve a descansar; ya es tarde —dice Kris mientras le desea las buenas noches y lleva en brazos a Tao hasta su habitación.

Luhan permanece sentado en silencio, junto al fuego, pensando en todo lo que Kris le ha dicho. No sabe cuánto tiempo pasa allí sentado, pero en lo único en lo que puede pensar es en que hay una forma. Hay una forma de volver a verle.

Y Luhan pasa los siguientes días como si un fuego ardiese en su interior. Ahora se alimenta mejor, ayuda en todo lo que puede en casa, se consigue un trabajo con Xiumin y Lay ayudando en una guardería infantil... Incluso Tao y Chen ayudan a veces cuando Kris les da el día libre de ayudarle a él en el laboratorio.

Luhan incluso logra ponerse en contacto con sus padres para decirles que está bien y de viaje con unos amigos. Para ellos es como si sólo hubiera pasado un día desde la desaparición de Luhan, pero para él ya han pasado años.

Es una sensación diferente, piensa Luhan. Es como si le hubieran dado una razón para empezar a vivir de nuevo. Aunque sabe que debería haberlo hecho tiempo atrás, incluso sin la información que le ha dado Kris.

Luhan cuenta los días que faltan para el eclipse, pasa cada instante observando y esperando el momento. A veces se impacienta y Tao tiene que recordarle que debe calmarse. Incluso Kris lo amenaza con sedarlo si no deja de salir corriendo al exterior de la casa a horas extrañas sólo para mirar fijamente el cielo.

Y entonces ocurre.

Son las tres de la mañana cuando Kai aparece en el centro de la habitación de Luhan. Luhan nunca había estado tan preparado y ansioso en toda su vida. Había estado esperando por este momento, este preciso momento, para verlos a todos. Para verlo a él.

—¿Y los demás? —pregunta Luhan mientras toma la mano de Kai, listo para partir.

—Vendremos en unos minutos —dice Kai—. Volveré a por Kris y el resto. Hemos decidido daros a vosotros dos unos momentos a solas primero.

Luhan no puede contenerse más y se agita entre el agarre de Kai.

—¿Sehun?

Kai sonríe mientras le devuelve la mirada a Luhan.

—Te está esperando.

Kai sujeta a Luhan y desaparece con él mientras Luhan asimila la sensación familiar de sentirse ligero de nuevo. Recuerda la última vez que se teletransportó con Kai y estaba lleno de ansiedad y falta de confianza. Pero ahora se aferra a Kai, confiando en él con su vida.

Se aparecen de nuevo y Luhan nota frío. Abre los ojos y ve que todo está oscuro. Hay una luna llena que deslumbra entre las oscuras nubes y sus zapatos están empapados ya que hay agua por todas partes.

Kai se separa de él y Luhan lo ve retrocediendo.

—No sé cuánto tiempo tenéis —dice Kai—. Aprovéchalo.

Luhan asiente.

—Lo haré. Gracias.

Kai sonríe y le hace un ademán para que mire detrás de él.

—Te veré más tarde.

Kai desaparece y Luhan inspira aire con fuerza mientras se gira. Poco a poco deja que sus ojos se acostumbren a la luz de la luna y ve que alguien está allí, de pie.

Luhan no lo ha visto durante tanto tiempo que se ha olvidado de lo hermoso que es. Al igual que él, parece débil y delgado y Luhan recuerda que le había dicho que debía comer. Pero Luhan se olvida de todo eso porque lo único en lo que puede pensar es en lo hermoso que es esa persona. Luhan lo mira, hipnotizado.

Él levanta la mirada hacia Luhan, lenta y cuidadosamente, y en cuanto sus miradas se cruzan, las lágrimas de Luhan comienzan a caer. No sabe si es un sueño. Un hermoso sueño.

Despacio al principio y corriendo después, Luhan se reúne con él, rodeándolo con los brazos.

Sehun lo abraza con fuerza, respirando contra su pelo, y Luhan se aferra a él como si se estuviera ahogando.

Ninguno de los dos rompe el abrazo. No pronuncian una palabra. Tienen demasiadas cosas que decirse, de todos modos, y no saben por dónde empezar porque temen desperdiciar el tiempo. Lo único que hacen es escuchar los latidos de sus corazones, escuchar los sollozos el uno del otro y sentir las caricias el uno del otro.

Por ahora, eso es todo lo que Luhan puede pedir. Por ahora, se siente feliz con ello.

Y en cuanto Luhan levanta la mirada hacia él, ahuecando su rostro entre sus manos y analizando cada pequeño detalle, ya no le importa si sólo les quedan unos cuantos segundos... o minutos.

Porque Sehun está con él, regalándole su sonrisa favorita.

Y a Luhan eso es lo único que le importa.

- FIN -

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