Primer union.

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Cuando Serena abrió los ojos, Darien estaba sentado a su lado, la cadera rozando la suya, la mano izquierda en la cama entre la extensión de sus muslos. Se movió ligeramente, y el cabello suave en su brazo rozó la parte interior de su muslo.
Ella lo miró.
—Claro, el orgasmo fue fantástico. Ahora déjame ir.
Darien echó la cabeza hacia atrás y se echó a reír.
Ella apretó los dientes.
—¡Deja de reírte de mí, cabrón!
Su sonrisa brilló cuando él le devolvió la mirada. Señalando la luz brillante que bailaba en la habitación, dijo,
—La luna aun sigue alta en el cielo. Hora de tu siguiente lección.
Los músculos de su estómago se estremecieron de anticipación.
—¿Qué lección?
Darien no respondió. Se levanto de la cama, se arrodilló en el suelo y simplemente hundió el rostro entre sus piernas. Cuando inhalo, una mirada de intenso placer apareció en su rostro.
—Hueles caliente, amor, caliente y fundida. — Él deslizó su lengua entre los pliegues de su coño lentamente. —Y tienes sabor a fuego. Caliente, el fuego de la pasión.
Los muslos de Serena se pusieron tensos, y luego temblaron.
Las esposas de acero protestaron contra los barrotes de hierro.
—¡Oh Dios!
Los músculos del estómago de Serena se apretaron cuando ella arqueó las caderas hacia el rostro de Darien.
Chupó y luego bebió de nuevo.
—Ambrosia, amor. Ambrosía pura. Tú sabor es tan bueno. No puedo tener suficiente de ti. —
Sus manos se deslizaron debajo de las nalgas y se la llevó más cerca de su boca.
Gimiendo, Serena sacudió sus caderas, presionando su clítoris contra la lengua lisa de Darien.
Cuando él frotaba los dientes contra su doloroso clítoris, sollozaba. Cuando lo pellizcó, ella gritó y movió más sus caderas.
Darien chupo más, dibujando su clítoris con la boca, apuñalaba y giraba con su lengua flexible. Cuando él la pellizco otra vez, Serena tuvo otro orgasmo. Por eso, cuando ella apenas dejó de temblar, él rodó sobre la cama, se tendido boca abajo entre sus piernas, y comenzó de nuevo.
Jadeando entre sus gemidos, Serena apretó los dientes y miró a su cuerpo, viendo la cabeza de Darien subir y bajar entre sus muslos, su cabello plateado un sorprendente contraste con su pelo púbico negro. La barba corta de su patilla raspaba contra la delicada piel de sus muslos internos.
Su lengua lamió y chupó. Ella quería cerrar sus muslos alrededor de su cabeza y asegurar su cara con su mágica lengua entre ellos para siempre.
Darien levantó la cabeza y la miró fijamente a los ojos.
—Tu sabor es mejor que el del mejor vino. —Cerró los ojos y respiró hondo. —Por los siete
infiernos, nunca he olfateado o probado algo como tú. Nunca tendré suficiente. —Bajando la cabeza, lamió mas humedad de sus lisos pliegues.
Serena giro e inclino sus hombros fuera de la cama. Cuando había estado tan mojada? Cuando había disfrutado tanto? Por qué este hombre la afectaba tanto? Una vez más, Darien chupo su dolorido clítoris entre sus dientes y lo estimulo. La cama entera se sacudió cuando Serena se corrió de nuevo. Los latidos de su corazón aumentaron, su respiración se acelero dando tumbos, los mechones de pelo le caían en los ojos, Serena levantó la cabeza y miró a Darien.
Él le sonrió y luego su mirada se volvió hacia su clítoris.
—Eres hermosa aquí, Serena, suave y más sedosa que la rosa roja más delicada, aún dulce y caliente, tienes el sabor de la pasión y mis labios y lengua lo ansían. Ven a mí de nuevo, amor.
Aliméntame con tu dulce miel.
Darien bajo su boca y empezó de nuevo. Serena gimió y levantó las caderas hacia su boca.
Apoyándose en sus antebrazos, Darien vio a Serena retorciéndose cuando otro orgasmo recorría su cuerpo. En la ultima hora, gemidos y aullidos surgían de su boca, pero ni una palabra de amor o perdón. Maldita sea, era testaruda. Tenía que gustarle, por lo menos un poco. En los últimos seis meses, el la observo mirándolo fijamente mas de una vez. Él no pudo haber leído las miradas furtivas de forma incorrecta. Serena se sintió atraída por él. Él estaba seguro de ello. Qué hará cuando la libere? Se quedara? O huirá de mí también? Quiere decir que significo tan poco para ella como los otros hombres en su vida? Ella me ve como una amenaza para su libertad? Qué voy a hacer si no puedo convencerla para que se quede?
Darien cerró los ojos. Juró que nunca se vería envuelto de forma permanente con cualquier mujer, y aún así Serena se las arregló para entrar en su corazón. Ahora, no importa lo mucho que lo intentara, no podía sacarla.
Cuando sus intentos agradables y cuidadosos de enamorarla no tuvieron ningún efecto, encerrarla en esta sala y esposarla a su cama había sido su último recurso. Pero no podía mantenerla encadenada en la cama para siempre. Sólo tenía una opción, redoblar sus esfuerzos para satisfacerla sexualmente a tal punto que fuera físicamente incapaz de marcharse.
Cuando el orgasmo de Serena terminó y su cuerpo tembloroso se relajo, Darien deslizó dos dedos dentro de ella y empezó a chupar su clítoris. Una vez más, los músculos de sus caderas temblaron.
Darien se sentó en la cama y le quito las esposas, liberando sus tobillos. Volviéndose hacia ella, una vez más se extendido entre sus piernas, deslizó sus manos debajo de ella y la llevo a su boca.
Ella cerró los muslos alrededor de su cabeza, empujó el sexo en su cara, y monto su boca y su lengua hasta que otra vez se corrió.
Cuando las piernas de Serena se soltaron de sus hombros y la sacudieron con otro orgasmo,
Darien se deslizó sobre su cuerpo y la besó. Las horas que pasó tocando a Serena, regalándole orgasmo tras orgasmo, lo llevo al límite de su control. En este momento, sus bolas eran de color rojo con la necesidad, y su polla parecía a punto de explotar. El necesitaba estar dentro de ella, pero él simplemente no podía tomarla, así, sin su consentimiento, a pesar de que estaba completamente a su merced.
Darien arrastró su lengua por encima del hombro y el cuello de ella y luego la miró a la cara fijamente. Tenía que pedir permiso para continuar, incluso si sus bolas explotaban.
—Serena, quieres que pare? Quieres que te libere?
Flotando en un mar de emociones y sensaciones físicas cuando otro orgasmo recorrió su cuerpo, Serena apenas se dio cuenta que las caricias de Darien pararon y que él estaba hablando con ella. Poco a poco sus sentidos regresaron, y ella parpadeó. Darien estaba tumbado sobre su cuerpo sensible y hormigueante mirándola fijamente a los ojos. Su boca se movió nuevamente.
Qué estaba diciendo?
Su cerebro empezó a trabajar, y las palabras fueron registradas. Parar? Ahora? Estaba loco?
Acabo de experimentar el sexo más caliente de mi vida, y ni siquiera ha puesto la polla dentro de mí. Él no puede parar, no ahora.
—Si paras ahora, voy a arrancarte el corazón—, gruñó Serena. Levantando la cabeza, ella capturó la boca de Darien con la suya y chupo la lengua de él en su boca. Al mismo tiempo, se empujo contra él una vez. La cabeza de su polla se deslizó a lo largo de los pliegues empapados de ella. Con las piernas libres, las levantó y envolvió alrededor de su cintura.
Darien gimió y entró con una sola embestida.
Gimiendo en su boca, Serena enrollo su lengua con la de Darien y cerró los músculos internos alrededor de su pene. Era tan largo, tan grueso, tan duro! Se sintió estirada, completamente llena.
Una vez más contrajo sus músculos. Ella sintió la sacudida de su pene.
La boca de Darien dejó la suya para arrastrar un camino de mordiscos desde el cuello hasta el hombro.
Cuando Darien empezó a chuparle el pecho, Serena exclamo.
—Eres tan duro como una piedra empujada dentro de mí. Eres tan bueno. —Ella sacudió sus caderas, y él entro más profundo. Ella gimió. -Follame. Ahora. Duro y profundo.
Levantando la cabeza, Darien miro fijamente su rostro.
—Mi ramera, mi hermosa putita apasionada. Te amo. —Luego comenzó a mover sus caderas.
Cuando la polla se deslizó fuera, sus músculos se relajaron. Entonces él la empujó nuevamente, y sus músculos tuvieron que estirarse para acomodar el grosor de su pene cuando él la lleno, repetidas veces.
Serena movió sus caderas y trató de igualar su ritmo, pero él no cooperaba con sus embestidas directas y uniformes. En cambio, él empujaba sus caderas contra las de ella, con círculos y balanceos irregulares. Era el mejor sexo que jamás había experimentado. El soporte de las cadenas protesto cuando se deslizó contra los barrotes de la cama de hierro.
—Maldita sea, Serena, Te amo,— resoplo Darien en su boca. El descanso su peso total en ella, levantó ambas manos y soltó las esposas.
—Ahhhhhhhhhh—. Creció rápidamente la sensación de hormigueo en los brazos, pero ella lo ignoró y enterró sus manos en su grueso cabello. Entonces las deslizo por su espalda para acariciar su culo musculoso. Clavando las uñas en cada nalga.
—Más duro. Más hondo. —Ella gimió. Ella le mordió el cuello.
Con el placer / dolor del mordisco de Serena que atravesó sus músculos directamente a su ingle, Darien jadeó y se hundió más fuerte, empujando a Serena sobre el colchón y embistiendo su polla tan profundamente como pudo. Estaba húmeda, suave y más apretada de lo que él soñó posible para una mujer con experiencia sexual. Sus músculos internos agarraban con fuerza su polla, sacudiéndolo, tratando de ordeñarlo hasta dejarlo seco.
—Demonios, estas tan mojada. — él mordisqueo su cuello. — Estas tan apretada y resbaladiza.
Así mismo, aprieta mi pene más fuerte. Ordéñalo, Serena. Haz que me corra. Quiero explotar dentro de ti, llenarte con mi orgasmo.
Él aumentó el ritmo.
Ella apretó sus piernas alrededor de su cintura y trató de empujarlo más profundamente dentro de ella.
Darien la besó de nuevo. —Ahora, amor, no aguanto más. Voy a explotar.
—Sí, — gimió ella. —Córrete. Dentro de mí. Lléname.
Darien pego sus dientes al lado del cuello de ella. —Mía, eres mía, Serena.
El metió su polla dentro de ella tan profundamente como pudo, su cuerpo se tenso y luego se estremeció. Con un gemido, se desplomó sobre ella.
Todo el cuerpo de Serena cantaba. Su clítoris súper sensibilizado, por las constantes lamidas y chupadas de Darien, sentía como si un millar de pequeñas agujas afiladas, se rozaban contra él.
La fricción causada por cada golpe de su pene, inflamaba sus delicados músculos internos, hasta que quedaban bien húmedos. El pelo suave de su pecho rozaba sus pezones doloridos, estimulándolos y excitándolos.
Serena rodaba su cabeza de un lado a otro. Su cuerpo parecía a punto de explotar.
— Me voy a correr. Oh Dios, es tan bueno!
Por último, Darien se hundió en ella con tal fuerza que su cabeza tocó la cima de la cama.
Cuando el calor empapo los músculos que sujetaban firmemente su pene, se derritieron en olas intensas de placer que fluían por su entrepierna, y Serena abrazó a Darien para anclarse frente a la tormenta de éxtasis que se extendía por su cuerpo.
Parecía que un año después, Serena dejó caer sus piernas de la cintura de Darien y se acurrucó en su hombro. Nunca había estado tan sexualmente repleta y satisfecha en toda tu vida.
Con un suspiro, Darien rodó sobre su espalda, tirando de ella hacia él.
Serena puso su cabeza sobre su corazón. Exhausta, se acurrucó contra él, acariciando el suave, cabello oscuro de su pecho.

Noche Calurosa (FINALIZADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora