Saque otro cigarrillo, esperando el ultimo bus que pasaria por esas horas.
Era el segundo en ese día, nunca había fumado tanto en tan solo día. Mi cuerpo acostumbrado solo a medio cigarrillo.
Pero la cólera que me había causado ese mocoso pudo conmigo. Y pensar que tuve un poco de consciencia pensando en él cuando estuve en su casa.
Porque aquella hermosa y fácil mujer se me había lanzado encima ni bien había llegado a trabajar, vestida con un hermoso babydoll, y una suave y sedosa bata abierta mostrándome ciertos lugares de piel.
Y no me hubiese importado nada al verla así, me hubiese valido poco el que ella tuviera un marido. Me hubiese importado una mierda que aparte de mi, haya mas servidumbre observándonos.
Pero pensé en que ella era madre, con apenas un chiquillo a su lado, que pensaría su hijo si la viera así?.
Pero al parecer, me había preocupado por nada.
Sonreí furioso, ese chiquillo podría ser un simple mocoso, pero de Estupido no tenia nada, lo mismo que su madre de santa.
Lo confirme cuando me enfrento de aquella manera.
Estaba decidido, debía largarme cuanto antes de aquel lugar, y para eso necesitaba un trabajo urgente.
~•~•~•~•~
Desperté temprano, y me aliste rápidamente. Unos jeans gastados y un polo gris que ya llevaba tiempo sin usar. No era de mis favoritas. Pero quizá me serviría para ir a trabajar.
Tome una polera gruesa que usaría terminando mi labor. Debía terminar rápido ese día, si quería conseguir un trabajo en cualquier otro lugar.
Observe como la casa se pronunciaba imponente a diferencia de otras, esa familia si que tenia dinero.
Sonreí, era increíble la suerte que tenían algunos.
Ingrese dispuesto a acabar rápido con todo. Ubique la pequeña cabaña que se extendió en una esquina de todo aquel gran patio.
Ingrese, necesitaba colocarme las prendas de trabajo.
-Mr. Oreo-
Alce la vista a aquella voz, esa ridícula y chillona voz logro asustarme y mas aun su presencia.
-Que haces aquí?- pregunte, el menor viéndome totalmente rojo.
Se giro, dándome la espalda, mire incrédulo al niño y luego me mire a mi. Los dos somos hombres? Que vergüenza tenia el verme, si teniamos lo mismo?.
-Mr.Oreo?- pregunte confundido-Que es eso? Y porque no estas en el colegio?-
-Es mi gato, lo estoy buscando- respondió aun sin mirarme, dándome la espalda-le dije a mi madre que me sentía mal, así que no fui, podrías...porfavor, cambiarte?-
Mire mi cuerpo, ciertamente de no ser por mis boxers estaría totalmente desnudo, me aliste lentamente, nadie tenia porque apurarme.
-Oreo?- volví a preguntar, sonriendo sarcástico, mientras terminaba de colocarme el enterizo de trabajo, ese nombre de animal era horrible.
-Que?- dijo esta vez encarandome- me gusta esa galleta-
Solté una carcajada, ese niño era un verdadero caso.
Salí de aquel lugar, dejando al menor dentro. No me importaba si buscaba un gato, un perro o a una rata, ese era su problema, no el mio.
-Señor Kang-
Gruñi fastidiado ante el llamado, a este paso no acabaría rápido.
-Que?- el tono de voz totalmente alto, debido a la molestia.
