"La interrupción, la incoherencia, la sorpresa son las condiciones habituales de nuestra vida. Se han convertido incluso en necesidades reales para muchas personas, cuyas mentes sólo se alimentan de de cambios súbitos y de estímulos permanentemente renovados. Ya no toleramos nada que dure. Ya no sabemos cómo hacer para que el aburrimiento de fruto."
Se encontraban sentados en "Caravan" una de las cafeterías favoritas de Louis en todo Londres.
"Niall" Sus ojos estaban llorosos e hinchados, con un color rojizo "Tengo miedo. No quiero hacer esto, no podré hacerlo" Negaba con su cabeza desesperado, conteniendo sus lágrimas.
Niall le miraba con angustia "Claro que podrás hacerlo. Tú eres fuerte, ¿no es eso cierto?" Se acercó hacia el castaño y lo envolvió en un cálido abrazo "Ya has salido de varias, seguro que podrás con esta. Confío en ti, y sé que no eres débil."
"Se trata de Harry, yo no podré hacerle esto. Yo... Todavia lo amo". Susurró débilmente y bajando la mirada, como si no quisiese que escuchara alguien más esa confesión. Niall rodó los ojos. "Después de todo no puedes seguirle amando. Louis, jugó contigo y te dañó fuertemente. ¿No te das cuenta? Él no te ama de verdad, solo eres su diversión. ¡Reacciona!"
Louis frunció el ceño. "Oye, tu no lo conoces. No sabes nada acerca de él" Se alejó del abrazo de su amigo un poco molesto.
"No hay que ser un genio para saber como fue contigo. Louis, debes de darte cuenta de que el amor no resta, no duele, no traiciona. Al contrario"
Louis carraspeó. "No me importa, yo lo amo." Intentó soñar firme y rudo pero su voz era un poco débil en estos momentos.
"Hay veces en las que tienes que entender que hiciste todo lo que estaba en tus manos, diste todo lo mejor de ti, pero ya no hay más por hacer" El rubio se puso de pie y dejó un par de billetes, los suficientes para pagar la cuenta. Y salió de aquel lugar, dejando solo y más triste a Louis.
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Louis llegó a su apartamento alrededor de las 2:00 am, con bastantes copas pasadas, no tenía ni una jodida idea de como es que había llegado sano y salvo, si a esas horas las calles de Londres eran muy peligrosas.
Recuerda muy vagamente haber tomado un taxi, donde el conductor amablemente lo subió abrazado y le obsequió su cazadora al bajar, también recuerda haber intentado charlar con el conductor, quizá sobre alguna tontería, puesto que no recibió respuesta alguna más que una risa ronca y profunda bastante familiar que hizo erizar la piel del castaño. De ahí en adelante, durante el resto del camino no comentó nada más y se absorbió en sus propios pensamientos.
Abrió la puerta de su habitación y se lanzó en su cama, llorando, como siempre y cubriéndose de los pies a la cabeza con una sabana.
A las 9 horas después, despertó con un tremendo dolor de cabeza intentando recordar lo sucedido de hace unas horas anteriores. Pero en su mente ya no quedaba nada, únicamente esa risa.
No creía en la posibilidad de haber imaginado a Harry, no creía en la posibilidad de echarlo tanto de menos al grado de tener algún tipo de flasheo.
Recordó la cazadora y fue por ella a donde sea que la había aventado. La halló debajo de su cama, la tomó rápidamente y con fuerza la olfateó tratando de encontrar un perfume familiar que le devolviera la vida y las esperanzas.
Desgraciadamente no obtuvó ningún resultado. No tenía nada de algún perfume. Se encontraba sin escencia. Y su corazón, volvió a apagarse.
Al meter sus manos en el bolzillo sintió algún tipo de papel mal doblado. Curioso le sacó y se percató de que era una nota, escrita en un papel color verde, con el siguiente mensaje:
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Criminal; larry stylinson.
Diversos"Estoy enamorado de un criminal. No llores que todo estará bien. Amo a este chico."