Al salir el sol un profundo dolor invadía la cabeza del castaño, internamente maldecía haber tomado en exceso. Más por otra parte lograba aliviar un poco su dolor, al menos lograba olvidar todo al sumergirse en los efectos del alcohol y caer dormido sin tener aquellos ojos azules en su mente.
-Mi cabeza-apenas podía articular una palabra-Maldito dolor-con un poco de esfuerzo y una gran jaqueca se levantó de su cama.
Con pasos lento mientras sujetaba su cabeza se dirigió a la cocina, de uno de los cajones logro sacar algunas pastillas mientras buscaba en la alacena un vaso. Al tenerlo a su alcance lo lleno con un poco de agua y bebió de él. Lo único que deseaba era que el medicamento hiciera su magia y le quitara esa enorme jaqueca, sin más que decir decidió tomar un poco más de agua.
-Al fin despiertas-resonó una voz logrando que el castaño escupiera el líquido de su boca-Sabes eres muy pesado, deberías ponerte a dieta. Me costó mucho trabajo llevarte hasta tu cama-
Con algo de temor el castaño solo volteo a ver para saber quién era el dueño de aquella voz, sus ojos se abrieron como dos platos al ver de quien se trataba. Se trataba del mismo niño que había llegado a su casa por la noche, eso simplemente lo hizo gritar a lo cual el pequeño cubrió sus oídos.
-¡¿Quién diablos eres?!-pregunto asustado-Lo sabía, sabía que no debía tomar tanto vino. Creo que me volví loco, o quizás solo sea una alucinación. Probablemente un efecto secundario del medicamento-
Mientras Hiccup pensaba mil y un cosas, el pequeño niño castaño logro sentarse en una de las sillas de la barra. Cansado de ver sus gestos y escuchar sus locas teorías este libero un gran silbido, captando así su atención.
-Vaya que eres un paranoico-comento con cansancio-Y aparte ebrio ¿Qué diablos te paso?-
-El que debería hacer las preguntas aquí soy yo-trato de reponer su postura-¿Quién diablos eres? ¿Cómo llegaste aquí?-
-Eso es muy fácil-comento con una gran sonrisa-Soy tú-
Un silencio se había provocado con la respuesta del niño, pero no paso mucho para que Hiccup soltara una gran carcajada. Era algo loco lo que estaba escuchando, pues a pesar de que tenía un gran parecido con el castaño era una idea descabellada.
-Si claro-seco una lagrima de su ojo-Y yo soy el emperador de Roma-
La aptitud del hombre simplemente molestaba al chico, pero era algo que ya esperaba.
-Puedo probar que soy tú-comento un poco molesto.
-¿Así?-se cruzó de brazos-¿Cómo?-
-En tu barbilla tienes una cicatriz que te hiciste cuando eras muy pequeño-señalo su barbilla-Yo tengo la misma, mira-
-Eso cualquiera puede saberlo-levanto una de sus cejas-Además ese tipo de cicatrices cualquiera se las puede hacer-
Aun cuando el pequeño castaño le daba miles de explicaciones Hiccup seguía sin creerle nada, ya que gran parte de ello lo sabía la prensa debido a sus múltiples entrevistas.
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Another me
FanfictionLa vida para muchos puede ser una aventura o algo inesperado, lamentablemente Hiccup no piensa de esa manera. Pues tras tener una vida exitosa se ha vuelto rutinaria y aburrida, sin embargo puede que algo extraordinario logre un cambio en su visión...