Estoy muy enfadada. Demasiado. Bueno, no, para ser sinceros no es enfado.
No estoy enfadada contigo, Harry. Ni si quiera te guardo rencor por abandonarme, ni te culpabilizo. No. Pero me da impotencia saber que todo fue por ti.
Sí, Harry. Todo fue y es por ti. Todo. Hasta el estar escribiendo estas cartas como método de escape. No tiene sentido, jamás vas a leerlas, para qué me molesto. Para qué me esfuerzo en alguien que se fue, que nunca va a volver solo por que le amé más de lo que nunca creí que fuese a sentir por nadie.
Tal vez deba de quemar estas cartas. Convertirlas en cenizas, ver como se consumen con el fuego, y como se va eliminando las pruebas de mi amor por ti. Pero nunca desaparecerás, Harry. Nunca. Hasta el ultimo resquicio de mi cuerpo te anhela.
Yo te extraño, aunque no me guste admitirlo. Te extraño, mucho. Y te quiero, mucho también.
Pero no, debo de olvidarme de ese amor. Debo de olvidarme de ese capítulo de mi vida, y quemar el libro entero para cerciorarme de que he pasado de página de verdad.
Debo de quemar nuestra historia de amor para conseguir quererme a mi misma.
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Cartas de amor a alguien inexistente.
Teen FictionNo tengo nombre. No soy de ningún lado, ni tengo familia. No tengo una edad determinada ni un pasado bonito. No me gusta leer, ni el cine; ni si quiera me gusta la gente. No estoy viva, pero tampoco muerta. No soy nadie.
