9. Aparición

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Sting PDV:

Después de haberme empotrado a Rogue contra la mesa del comedor ordené a los criados que recogiesen todo.

Salí del comedor y me dirigí otra vez a la sauna, necesitaba relajarme, no sé qué me estaba pasando.

Me desvestí, dejé la ropa tirada por donde cayó y me metí en el agua caliente.

- Ah... - suspiré.

- Ah... - suspiró.

- ¡¿Quién anda ahí?! - grité sobresaltado.

- ¡Ji, ji, ji! - rió una voz dulce e infantil - Qué miedica eres, Sting.

- ¡¿Quién coño eres?!, ¡Muéstrate!

- ¿Podrías dejar de gritarme así?

Una mano se posó en mi espalda. Me giré en posición de defensa y delante mío me encontré una niña pequeña que sonriendo me dijo:

- ¡Hola, Sting!, ¡Me alegro de conocerte!

- ¡Guardias!

- ¿Por qué les llamas?

- ¡Quita! - la intenté apartar con la mano, pero no conseguí tocarla, no porque no la alcanzáse, sino porque mi mano cruzó su cuerpo... Su cuerpo espiritual.

- ¡Ji, ji, ji!, ¡Exacto!, ¡No soy humana! - dijo la niña sonriente.

- ¿Qué sucede alteza? - preguntó un guardia.

Miré a la niña, que todavía seguía sonriéndome de manera juguetona pero a la vez, pícara.

- Nada... Puede retirarse. - respondí mosqueado.

- ¡Ji, ji, ji! - seguía sonriendo.

El guardia se retiró y nos quedamos la niña y yo solos en la sauna otra vez.

- ¿Qué quieres de mí? - pregunté.

- ¿Yo? - preguntó inocente la niña - Nada. Sólo he venido para verte.

- ¿Qué quieres?, ¿Dinero?, ¿Sirvientes?, ¿Tierras?

- ¿Yo?, ¿Para qué?

- Todo el mundo quiere poder, es lo único que mueve este mundo.

- Por eso estoy aquí exactamente.

- ¿Por el poder?

- No. Por tu visión sobre el mundo.

- ¿Cómo?, ¿Que me vas a dar lecciones tú a mí niñata? No me hagas reír.

- Lo sé todo sobre ti. Todo.

- Sorpréndeme.

- Sientes cosas por ese sirviente tuyo, el que responde al nombre de Rogue, por eso estás tan confuso y es la razón por la que estás ahora aquí.

- No es cierto. - respondí tajante.

- Lo es y lo sabes.

- ... - callé.

- Bueno, déjame presentarme: Me llamo Shino y vengo más allá de lo que tu conciencia es capaz de imaginar. Encantada.

- Tch... - refunfuñé.

- ¡Ji, ji!, ¡Qué mono estás enfadado!

- Olvídame.

De repente noté una mano sobre mi mejilla. Intenté apartarla de nuevo. Pero no conseguí nada.

- Tranquilo Sting, estoy aquí para ayudarte.

- ...

- ¡Ji, ji, ji! La verdad es que eres más guapo de lo que me imaginaba, pero con esa cara de enfadado que traes siempre pierdes mucho... Es una pena.

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⏰ Última actualización: Sep 30, 2017 ⏰

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