CAPÍTULO III

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"Que suave es el tacto de un Ángel, y tan cálida la piel de un Demonio."

Dorian

Primer día en esta ciudad y llego tarde a clase, es increíble. No es que me importe mucho, de hecho me da igual. Entro, y la Preparatoria es más grande de lo que pensaba; atravieso el gran corredor en busca del aula en el que tengo clase, después de estar perdido un rato, logro conseguirla. Toco la puerta y un señor de lentes y casi calvo aparece, me imagino que es el profesor.
—Llegando tarde el primer día.
—Disculpe, no volverá a pasar.
—Esta bien, pase.

Al entrar me fijé en una rubia que estaba buenísima; así que me senté en el puesto delante de ella. Pero al estar allí sentí una rara sensación, la que nosotros los demonios percibimos al estar en presencia de un ángel. Y mientras el aburrido profesor explica su aburrida clase me presentaré. Primero mi nombre es Dorian Thomson, me mudé aquí a HavenHill's hace una semana junto a mi amigo Mason, y si se preguntan si soy un demonio, la respuesta es si al igual que mi amigo, y no saben lo divertido que es. Lo malo es que siempre hay Ángeles estorbando y molestando.
Termina la clase y salgo del salón, al salir no puedo evitar ver a la rubia junto a dos personas, se ve tan perfecta y sus ojos son como un trance.

—Que tal la clase?— alguien me pregunta.
—Ah... Que?— digo y veo que es Mason.
—Que cómo estuvo tu clase?
—Aburrida. A quien se le ocurre poner matemáticas a primera?
—Me imagino.
—Que mal que estés en otra sección.
—Aunque no es tan malo. Aquí las chavas están guapas, ya le puse el ojo a una.
—Tu no cambias, ni porqué nos mudemos.
—Claro. Y tú no te has fijado en ninguna.
—Si, pero cuando me senté cerca me dio una vibra extraña...como si no fuera de este mundo.
—Claro.... Que tal si vamos a la cafetería por algo?
—Ok, vamos.

Llegamos a la cafetería y pido una Coca-Cola mientras que Mason pide una mini pizza, pagamos y nos sentamos en una mesa desocupada.

—Que haremos esta noche?— me pregunta.
—Ni idea. Yo pensaba ir a atormentar algunas almas.
—Que te parece si vamos a una fiesta?
—Fiesta?
—Una de las chicas guapas de mi sección, me ha invitado a una fiesta que habrá en su casa esta noche.
—Y me imagino que irás.
—Por supuesto.
—Entonces me apunto.— digo mientras oigo el timbre— Nos vemos a la salida.
—Ok.

Nos levantamos y cada quien se va por su lado, esta vez no me pierdo para llegar al salón; me siento de último y un puesto después se sienta la rubia. Comienza la clase de Ciencias y trato de prestar un poco de atención pero simplemente me distraigo y sigo sintiendo esa rara sensación. Me fijo bien en la rubia y sus ojos son de un azul como el Cielo, algo que nunca había visto, veo que habla con la misma chica con la que la había visto antes, creo que debe ser su amiga; se ríe y voltea, y la luz del sol se refleja en ella y distingo un resplandor que sale de ella. ¡LO SABÍA! De repente el salón queda en silencio y todos me ven, creo que lo he dicho en voz alta.

—Algo que quiera compartir con la clase, Sr. Thomson?— dice la profesora de ciencias que se parece un poco a la de registros de Monsters Inc.
—No nada.
—Continuemos. Cómo les decía, para este año deben realizar un proyecto que abarcará toda la nota de ciencias, al final del año deberán presentarlo frente a un jurado.— dice. Acaso me vio cara de científico? El lado bueno es que no habrán exámenes.

La tarde pasa tan lento, que siento que no se acabará. Después de dos clases, soy libre y me dirijo a mi carro, un Shelby plateado con franjas azules, veo que Mason está sentado encima del capó; ya montados enciendo el auto y salimos del estacionamiento, veo la hora y son las 4:50.

—A qué hora es la fiesta?— pregunto.
—A las 8.
—Ya que es temprano, por qué no vamos por unas hamburguesas?
—Ok. Me parece bien, así matamos el tiempo.

Enciendo la radio y observo el paisaje mientras me dirijo al Hill's Mall, vivir aquí no es tan mala idea, lo único malo es que es muy tranquilo, le hace falta un poco de diversión.
Llegamos y aparco el auto en un puesto cerca de la entrada. Nos bajamos y nos dirigimos a la feria. Damos una vuelta y hacemos fila en un lugar llamado American Diner, allí la comida se ve muy buena, después de un rato llegamos donde a la caja.

—Bienvenidos a American Diner, que desean?— nos pregunta la cajera.
—Me das dos hamburguesas dobles con todo. — digo.
—Para llevar o comer aquí?
—Para llevar.
—Sabor de la bebida?
—Las dos con Coca-Cola.
—De acompañantes tenemos papas, aros de cebolla y biscuits.
—Una con papas y la otra con aros.
—Ok, algo más?
—No más nada.
—Serian 1800$— dice y saco mi tarjeta para pagar.— su orden estará lista en 30 minutos.
—Ok.—Mientras esperamos, nos sentamos en una mesa que por suerte conseguimos desocupada.—Hoy hice un gran descubrimiento...— comento ya sentados en la mesa.
—Ah si? Y cuál es?— pregunta Mason.
—Hay un ángel en mi sección.
—Quieres decir que conseguiste a una chica súper guapa.
—Es guapa.... Pero de verdad es un ángel.
—Aja si, como no.
—No estoy bromeando.— digo, en eso volteo y allí está, sentada en una mesa.— Si no me crees míralo tú mismo, estás a tres mesas atrás.
—Wao....
—Es todo lo que dirás?
—Y que quieres que diga?
—Bueno.....
—Orden 56 Orden 56
—Esa es la nuestra— dice Mason.
—Vamos.

Nos levantamos y nos dirigimos a donde estan nuestras hamburguesas, las retiramos y caminamos al auto, ya adentro conduzco hasta la casa; llegamos y estaciono en frente, entramos a la casa y dejo las hamburguesas en la cocina.

—Que hora es?— pregunto.
—6:30.
—Bueno, entonces iré a darme una ducha.
—Ok.

Subo hacia mi habitación y cierro la puerta, me quito la ropa y entro en la ducha. Tardo como media hora allí, salgo y me dirijo al clóset a buscar ropa para luego bajar a comer.

Entre el Cielo y el InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora