Entre el Cielo y el Infierno

CAPITULO X

"Todos buscamos a alguien cuyos demonios se entiendan con los nuestros..."

Dorian

He pasado lo que resta de la tarde en mi habitación, procesando toda esta información. Hay algo que dijo Afrodisio que no tiene sentido... ¿Mi Padre sabía de todo esto y aun así me envió para la Tierra?? No tiene sentido, y es en lo que he pensado toda la tarde; el sonido de la puerta me saca de mi estado

—Si piensas que me he olvidado de tu pequeña broma, pues te diré que estas equivocado. –le sentencio a Mason antes de que entrara.

—De verdad siento que exageras, además ya te desquitaste con mi ojo.

—Si supieras que se ve mejor que como te lo había dejado, así que... ¿Que quieres?

—Solo vengo en paz, eres mi mejor amigo y sabes que no lo hice a propósito,–de verdad no le creo–estaba ebrio y cuando estoy así simpre hago estupodeces, lo sabes muy bien–buen punto, tiene razón–así que como ofrenda de paz, vengo a preguntarte a ver si querías salir a un club nuevo que abre esta noche cerca de aquí.

–Pues te dire queee... NO. Tengo algo más importante que hacer esta noche. Y no estoy de humor para otra estupidez tuya.

–Ya te dije que perdoon, además ¿qué es más importante que salir con tu mejor amigo?

–Es un asunto que debo arreglar con mi Padre, no te diré más. –con esto último dicho, salgo de mi habitación para luego tomar las llaves de mi auto y dirigirme a un solo lugar... Ese en el que puedo pensar bien las cosas, un lugar muy escondido en el bosque con un lago cristalino. Necesito idear un gran plan para acabar con Él.

Ya llevo mas de media hora manejando y casi llego, debo organizar mi mente. Al llegar me estaciono en el lugar de siempre, no muy lejos del lago. De verdad que este lugar es muy hermoso, me recuerda los días felices en mi hogar.

Me siento a la orilla de la laguna a ver como la tarde cae. Ahora bien debo pensar... Debo investigar bien como empezó todo esto ¿cómo es posible de que haya existido un Ángel Negro y que de ella dependiera la estabilidad de nuestro mundo? Y lo peor del caso es que, gracias al destino, estoy unida a ese místico Ángel Negro y ahora piensa que soy un estupido acosador.

—¡Gracias DESTINOO!!–grito de manera irónica. Es de noche, la luna con su resplandor y las estrellas se encuentran en su mayor punto; mi instinto despierta en el momento que escucho el ruido de unas ramas, me levanto de inmediato para mirar alrededor en busca de un posible enemigo de mi Padre; despúes de tanto buscar decido dirigirme al sitio de donde se produjo el ruido, al acercarme se logra escuchar como un tipo de brisa muy fuerte que solo un animal con enormes alas podría producir.

Camino un poco más y distinguir la formas de unas enormes alas blancas pero lo que más me soprender es ver la figura de una mujer de cabellos dorados; con cada movimiento parecía estar practicando para una lucha pero esto no hacía que perdiera el toque angelical que parecía poseer.

Al verla mi corazón empezó a latir cada vez más rápido, se veía la fuerza que tenía con cada ataque que realizaba... Mis ojos no pueden dejar de admirarla, su belleza es algo sobrenatural la verdad; vuelve a realizar un ataque pero esta vez lanza unos de sus cuchillos en mi dirección pero logro esquivarlo.

—Tienes buenos reflejos. ¿No te basta con acosarme a través de mensajes??–me pregunta de manera irónica.

—No tengo motivos para acosarte. Solo pasaba por aquí y bueno hubo un sonido que me llamó la atención así que quise investigar que era, pero ya lo descubrí–digo señalando sus alas, la cual las esconde.

—Veo que ya descubriste mi pequeño secreto, aunque aquí no soy la única que los guarda, cierto Dorian? O prefieres que te llame Príncipe de las Tinieblas??

Cómo lo supo? Me mira esperando una respuesta. — Vaya pero que inteligente eres–digo mientras me acerco un poco.

—Detente! No te me acerques. No sé a que has venido o por qué me sigues, pero te recuerdo que tú no tienes tanto poder aquí así que no me retes, porque no dudaré en devolverte al sitio donde perteneces. –me sentencia.

—Ay Angelito, créeme que si quisiera atacarte ya estarías muerta, pero no, contigo tengo otros planes. Muy pronto lo sabrás, estamos unidos por el Destino...–y en movimiento rápido me encuentro frente a ella y se queda inmóvil porque no lo esperaba, con mi mano lentamente acaricio su suave rostro lo que hace que se produzca una chispa en mi interior, algo único— así que no será muy fácil apartarme de tu vida.

Con esto último, me desaparezco en dirección a mi auto. Llego al sitio donde lo dejé, lo enciendo y conduzco hacia la ciudad. Me estaciono en el garage de la casa y ya es como la 1 am. Entro a la casa y no hay ninguna señal de Mason por algún lado, no me preocupo porque de seguro debe estar todavía en esa fiesta.

Subo a mi habitación y al abrir la puerta me encuentro con una silueta negra.

—Hola, hijo...