XII

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Ella, estaba allí, sentada a la par de un hermoso piano, deslizaba sus manos sobre él. Yo solo me permitía observarla, preguntándome ¿Podría ser, algún día, su inspiración? ¿La persona para la que lleva a cabo su canción?
Ella, solo Ella, era capaz de sacarme una sonrisa con una hermosa melodía.
Ella, y nadie mas que ella, lograba hipnotizar me con nada mas que una mirada.
Hoy será diferente, me acercaría y uniría nuestros destinos, me acercaría y la llenaría de besos y caricias. Lentamente disipe la distancia que nos separaba y le susurré:

-¿Podría ser yo, algún día,la razón de esa hermosa canción?

A lo que ella respondió:

-Tú, y solo tú, serás la razón de todos mis pensamientos y canciones.

El Cuaderno que el viento se llevóDonde viven las historias. Descúbrelo ahora