XXII

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Una flor inofensiva,
callada y tranquila.
Descansa en el pasto
sin mostrar sus espinas.

Ella no las usa
Si no son necesarias.
Ella solo lo olvida
y se que da sin habla.

Un día
la flor explotó
y con sus espinas
a esas personas lastimó.

Ella sintió,
sintió pura liberación
y por fin,
su voz encontró.

El Cuaderno que el viento se llevóDonde viven las historias. Descúbrelo ahora