Chapter 5

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Llamada:
—¡Hailee! — entre sollozos, exclama Sam — ¿C-cómo estas?

—¿Sam? ¿Qué pasa? Estoy con Edward.

— Nada, solo quería saber si podrían venir.

Mire a Edward con preocupación y él me vio confundido. Pero creo que no le tomó tanta importancia pues después de enviarme su mirada regreso a comer sus hot cakes.

— Si, vamos para allá. ¿Pero todo bien?

— S...te-te necesito.
Y de ahí cuelga.

¿Sam llorando? Me quedo pensando hasta que Edward pasa su mano sobre mi cara para volver a la realidad.

— El grandioso y extremadamente guapo Edward llamando a la fea de Hailee, uno, dos, tres...

— Tenemos que ir con Sam — digo, haciéndole caso omiso.

Ed me ve confundida sin preguntar nada y agarra el último bocado de su plato.

Subimos al cuarto y yo agarro mi ropa de ayer ya que en la casa de Edward no tenía más que mi pijama. Salgo del cuarto y me visto en el baño, mientras que él se vestía en su habitación aunque no tardo más de 5 minutos ya que sólo consistía en ponerse una camisa.

Salimos del cuarto y nos subimos a su carro. No nos dirigimos la palabra hasta qué pasa una canción en la radio que Ed no pudo resistir en cantarla. Solté una risilla pero se desvaneció al pensar en Sam de nuevo. Ella no llora y me preocupo mucho por ella.

— Y...¿que pasa? — pregunta Edward al fin dirigiéndose a mi. Y no es porque estoy enojada o triste sino algo preocupada por lo que no le he prestado atención a el. Aunque pensándolo bien, aún debo darle su merecido por haberme llamado fea. Es la verdad, pero no debió de recordármelo.

— No lo sé, por eso no te he estado hablando, lo siento.-digo.

— Te entiendo, no te preocupes — dice buscando mi mirada pero yo seguía perdida.

Después de 15 minutos, llegamos a la casa de Sam. Me bajó con Ed y él pone un brazo alrededor de mi hombro, algo que me hizo tranquilizarme. Tocamos a su puerta y nadie abrió. Tocamos de nuevo e igual. Agarre la manija de la puerta y al hacerla a un lado, se abrió.

Buscamos a Sam y la encontramos en la sala, sentada sobre su sofá. Su cara estaba pálida y no se veía bien. Su cabello estaba despeinado y enredado, este cubría una parte de su rostro. Sus ojos estaban hinchados y la escuchaba llorar. Me acerqué a ella de la manera más rápida que pude, corrí hacia ella y la abrace. Pude sentir como ella correspondía al abrazo y lloraba aún más fuerte, supe que no estaba bien desde que me marcó. Empece a llorar junto a ella, siempre ha sido así; duele ver como ella sufre y me hace llorar, me hace sentir mal por no estar con ella a veces y no sé cómo repararlo. Edward nos atrapó entre sus brazos mientras yo solo sujetaba a Sam, no puedo dejarla ni soltarla hasta que ella pueda tranquilizarse y contarme.

Estuvimos así durante varios minutos, ella seco sus lágrimas con el suéter que tenía y suspiraba entre sus sollozos. Ed me estaba abrazando y yo esperaba a que Sam hablara, prefiero esperar y no obligarla a contarme.

— ¿Quieres hablar sobre lo qué pasa? — preguntó acercándome a ella y zafándome de los brazos de Ed. — Si no quieres, sabes que no hay problema, estoy aquí para lo que necesites — pause y agarre su mano — Siempre — le di una pequeña sonrisa y ella me la devolvió. Se quito el cabello de la cara y dejo al descubierto su mejilla colorada, colorada por una marca de un golpe. Al percibirlo, quite mi mano de la suya para poder tocar su mejilla. Ella bajo la mirada sin decir nada. Eddy estaba viendo, se le veía preocupado.

— ¿Fue...Ian? — pregunte pues fue la primera persona que cruzo mi mente. Era la persona con la que estaba ayer con Sam en la fiesta.

— Si — respondió aún sin alzar la mirada, estaba a punto de llorar de nuevo.

— Hey, no vayas a llorar. Estoy aquí. — tome de nuevo su mano.

— No se que haría sin ti, mejor amiga — dice abrazándome.

— Puedes contarme lo que quieras y te entenderé, somos hermanas pero tú de otra madre — me reí un poco e hice que ella sonriera. Ella volteo a ver a Ed y le dio una sonrisa, la cual él respondió.

— Sabes que cuentas con nosotros — le dijo Ed.

— Si... Bueno... les diré lo qué pasó... — pausó y tomo una bocada de aire. — Bueno, cuando ustedes se fueron de la fiesta, unos minutos después, me sentí sedienta por lo que decidí ir a tomar algo y seguir bailando. Al llegar a la barra, pedí un vaso de agua al chico que estaba ahí, perdí de vista a Ian y lo estaba buscando pero al mismo tiempo, el chico de las bebidas me había dicho algo, solo que no le preste atención y asentí con la cabeza haciéndole saber que si, pensando que me había preguntado algo sobre el agua. Me entrego el vaso y yo me lo tome, lo tome todo sin darme cuenta de que era alcohol, claramente sentí el sabor y al buscar a Ian me tropecé con Peter, me desmaye y... — pausó pues lo había dicho un tanto rápido y necesitaba tomar aire antes de seguir — y...Peter me llevo al cuarto de Adriana para que descansara y al momento en que Peter me ayudaba a pararme, llego Ian... me jalo lejos de Peter y no me dejo hablar, me trajo a la casa y empezamos a discutir, al final solo rompimos, dijo que jamas me había amado y que ya se había conseguido alguien mejor, a alguien que realmente ama, le iba a responder diciéndole que imbécil es y al empezar la palabra sentí una cachetada de parte de él y sonido seguido, la puerta azotarse. Yo...yo — empezo a llorar de nuevo. La abrace. — Yo lo quería Hailee, todo lo que vio fue un mal entendido, ni me dejo explicar que es lo que me había pasado y porque Peter estaba conmigo — dijo entre su llanto. — Aún así es un imbecil no quisiera verlo de nuevo, me estaba engañando, por más que me duela aceptarlo él nunca me quiso.

— Sam, él no te merece. Tu lo querías y duele decírtelo, pero si el realmente te quería no te hubiera lastimado y te hubiera escuchado. — le dije frotando su brazo con mi mano.

— Es un imbécil — murmuró Ed,con la mandíbula tensa. Se paró del sillón para ir en busca del imbécil pero Sam se levanto y lo agarro del brazo antes de que saliera.

— No, no, no...solo...no. Esta bien, algún día íbamos a terminar, ya habíamos tenido algunas peleas, esto iba a ocurrir. — dice con la cabeza gacha.

— Te vuelve a pasar algo y... ¿Me permites matarlo a golpes?-preguntó Edward.

Yo me levante y me puse a lado de Edward.

—¿Y me permitirás ayudarlo? — Alce la mirada hacia Edward, mi bendita estatura solo llega a sus hombros. — Edward ya supo cuánta fuerza tengo, y eso que no lo hice con intención de pegar duro.

Sam asiente y ríe un poco.

— ¡Hey! Entonces...¿Mejor? — pregunte ahora a lado de ella y dándole un leve codazo.

— Te quiero mucho Hailee, gracias — dijo y me dio un abrazo.

— Al parecer nadie me quiere aquí — dijo Edward causándonos risa.

— No, la verdad es que no. Te detestamos y solo queríamos hacerte sufrir al ver películas de romance.

— ¡Que consideradas! — dice Ed sarcásticamente.

— Gracias por todo— dijo Sam, sonriendo mientras nos abrazaba a los dos.

Me despegué de ellos y ellos hicieron lo mismo, yo me acerqué al sofá.

— No quiero que llores así que creo saber como dejaras de llorar — dije mientras agarraba una almohada del sofá. Ed y Sam se voltearon ver rápidamente sabiendo lo que iba a hacer. Le lance una almohada a Ed y está golpeó su cara. Sam empezó a correr y yo agarré la otra almohada para defenderme. Empezamos una guerra de almohadas y Sam estaba feliz al igual que Ed y yo.

Son los mejores amigos que puedo tener, siempre estaré con ellos, pase lo que pase. Los quiero mucho, y son súper especiales e irreemplazables. Pueden ser algo tarados, sin cerebro, locos, raros pero aún así los quiero como son.

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