Capítulo 3

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Camus:

Veo a Milo muy animado, parece ser que le alegró mucho que yo haya aceptado ir. Todo lo estoy haciendo por él, cometí muchos errores y sé que a Milo fue al que más le dolió, espero y con  esto al menos olvide aquél sufrimiento que le causé.

Aunque nunca se lo diga, le agradezco el hecho de siempre estar a mi lado, apoyándome, a pesar de las discusiones que tengamos, él siempre me perdona.

Aún recuerdo el día que lo conocí...

      *Flash Back*

Tenía 3 días de haber llegado al santuario, como no conocía a nadie, me la pasaba paseando por el lugar o entrenando.

Una tarde el patriarca, de nombre Shion, organizó un "día de campo" con la excusa de que teníamos que convivir entre todos.

-¡Oye! -Un niño de cabellos rubios se acerca a mi- ¿Quieres jugar con nosotros?

-No, pero gracias.

-Bueno. -Se queda pensativo- Por cierto, me llamo Shaka -Me ofrece su mano en modo de saludo-.

-Camus -Estrecho su mano-.

-¡Un gusto conocerte!, Bien ¡Adiós! -Da media vuelta y camina hacia los demás-.

Después de que Shaka se fuera, decidí sentarme debajo de un árbol a leer un libro que había encontrado en el templo de Acuario, "Propiedad de Degel" decía la primera página, parecía ser el diario del antiguo Caballero de esa casa.

-¡Ven aquí manzana!

La voz de un niño interrumpió mi lectura, miré hacía los lados y no vi a nadie, seguí leyendo.

-¡Manzana ven aquí!

Volví a escuchar la misma voz, ésta vez miré hacia arriba, dónde un niño de cabellos morados se encontraba parado en la rama del árbol intentando tomar una manzana. <¡Qué tonto!, le habla a la fruta como si le fuera a responder>.

-¿Sabes qué no hablan, verdad? -Le dije-.

-¡Claro que lo sé! -Estira su mano para sujetar aquella fruta- ¡Si! ¡La tengo!

Un crujido se escuchó, la rama del árbol cayó y el niño igual, ambos cayeron en mi pierna.

-¡Ahh! -Grité ante el dolor- ¡Eres un tonto!

-¡Tonto tú! -Me respondió- ¡Me duele la mano!

Todos llegaron hacía nosotros, ayudaron al niño a sentarse y después quitaron la rama de mi pierna, intenté moverla pero el dolor era demasiado fuerte.

-No llores Milo -Le dice el patriarca al niño mientras observa su mano- Sólo fue una torcedura, no es grave.

-Si, ¡No seas llorón! -Habló un niño de cabellos castaño claro-.

-¡Callate Aioria! -Dice el tonto de Milo-.

Cuando el maestro Shion revisó mi pierna, dijo que estaba fracturada. Me llevaron a un hospital para que me pusieran yeso.

Luego de esto, le ordenaron a Milo cuidar de mí, al principio no nos agradó la idea pero al transcurrir los días, su actitud cambió, comenzó a ser bromista y a lanzarme cosas a la cabeza cada que lo ignoraba por estar leyendo.

Una tarde salimos a dar una vuelta por el santuario, él me ayudaba algunas veces a empujar la silla de ruedas cuando se me cansaban los brazos.

-¡Oye Camus! -Me dijo-.

-¿Si? -Lo miré-.

-¿Somos amigos?

-Supongo que sí.

-¡Que bien! -Sonrió- ¿puedo firmar tu yeso?

Asentí, sacó un marcador de su bolsillo y comenzó a escribir una frase. <¿Ya lo tenía planeado?.

-"Corazón de Hielo" -Leí en voz alta-.

-Vi que subrayaste esa frase en tu libro favorito.

-¡Gracias!

Desde ese día nos hicimos inseparables, era el único que me entendía y con el que me sentía yo mismo.

       *Fin de Flash Back*


-¿En qué piensas Camie? -La voz de Milo me regresa a la realidad-.

-En el día que nos conocimos.

-¿Cuando por mi culpa te fracturaste una pierna? -Ríe-.

-Sí.

-¡Oye!, ¿Y recuerdas todas esas veces que me congelabas las manos por tocar tu cabello?

-Claro, por más que te decía que me molestaba, tú seguías haciéndolo.

-Pero... gracias a eso, Shion se dio cuenta de tu gran poder y te eligió como Caballero de Acuario más pronto de lo pensado.

-Sí. -Guardé silencio unos minutos y después le regalé una sonrisa- ¡Gracias, por todo!

-De... nada. -Me mira sorprendido- ¿Qué te pasa?, desde ayer has estado muy raro. ¡Tú no eres Camus! ¿Dónde dejaste a mi Camie?

Me sujeta de los hombros y siento mis mejillas arder, <<¿Por qué?>>.

-¡Jaja!, te sonrojaste -Se burla-.

-¡Claro que no! -Desvío la mirada, huyendo de esos ojos burlones- Debemos planear todo para el viaje.

-Sí, tienes razón.

-Vamos a hablar con el patriarca.

Corazón de HieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora