Capítulo I

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Nadie sabe lo que el día de mañana pasará, tu vida puede de cambiar de un momento a otro y eso fue lo qué pasó.
Soy una adolescente de primer semestre, mi nombre es Victoria, soy una chica común corriente, bueno, eso pensaba, como toda adolescente contaba con problemas, pero nada que no pudiera resolverse.

Victoria
Hoy desperté, con la misma rutina, me levanto, voy al baño, me lavo los dientes, me peino, me maquillo y voy al Instituto, sin hacer algo fuera de lo común, solo es un día normal.
Llegué al Instituto penando que sería lo mismo de siempre, pero no, todo iba normal, hasta que llegue tarde a mi clase de TLR y me quedé afuera junto con mis amigas (Jupiter, Sofi, Ivanna y Ximena).
Ximena estaba muy preocupada, incluso más que yo, me decía:
-¡Victoria! Vamos a entrar, hablemos con el profesor.
Yo le dije que no, que era mejor esperar, pero estaba en lo cierto, si entrábamos en la segunda clase nos dejaría entrar pero me dejé llevar por mi pensamiento, pero no me arrepiento, de todo error se aprende y aparte, en ese tiempo que estuve afuera sucedió algo fuera, fue tan bonito. Yo me encontraba con Alexander y en eso, pasó un chico, un poco más  alto que yo, con piel blanca, anteojos. Hubiera jurado que lo conocía de antes, pero no era así, él llamó tanto mi atención, iba discutiendo con el profesor, llevaba una arrogancia del tamaño del mundo pero era algo que lo hacía tan atractivo.

Otra cosa inesperada pasó, me di cuenta que las historias de amor perfectas no existen. Las Historia de amor de los cuentos, de las películas son ficticias.

En fin, acabaron las clases de TLR y volví al salón, le pedí al maestro que me dejara entregar las actividades y él accedió, un peso se me quitó de encima. El día paso y la imagen de ese chico no podía desaparecer de mi mente, estaba tan feliz.
Ese mismo día fue al asilo y me encontré con una sorpresa, ese chico iría, lo vi, hicimos un círculo y se puso a mi lado, por Dios, estaba tan sonrojada, no podía ocultarlo.
Mi amiga Sandy me dijo:
-Anda, Victoria, actúa normal.
Juro que no podía contener la emoción.

Mi verdadera alma gemela.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora