Tomé una decisión importante, cambiar, no porque no me gustara quien era, sino porque quería aprender, así que no lo llamaría "cambiar", lo llamaría "aprender".
En esta parte me olvidé de todo, de todos, solo estoy yo, primero empecé a analizarme, seguí el consejo que una amiga me dio, me paré frente a un espejo y me hice una serie de preguntas como "¿quién soy?¿qué quiero?¿Para qué estoy aquí?", parecen simples preguntas, pero créanme que no lo son, son las preguntas que mas tardamos en responder, ¿y saben por qué?, porque creemos que solo existe una respuesta para esas preguntas, pero no es así, no desde mi punto de vista, creo que les damos una nueva respuesta a esas preguntas cada día y ni siquiera nos damos cuenta.
Así es, a partir de ese empecé a ver los pequeños detalles que nunca había tomado en cuenta, dejé de rechazarme y empecé a quererme, dejé de esperar de las demás personas y no porque sean malas, sino porque no podía esperar de los demás sino esperaba de mí.
Era un viernes por la tarde, decidí cortarme el cabello, decidí aprender cada día más, aprender de las experiencias que he tenido, recordé cada palabra que me ha dicho mi maestro de Érica y TLR, cada día se abre una etapa y se cierra otra.
Esa semana tuve un examen de ética, nuestro pase de examen era decir la frase "QUIDQUID RECIPITUR AD MODUM RECIPIENTIS RECIPITUR" que significa "lo que se recibe se recibe del modo del recipiente", mi maestro no quería que solo nos aprendiéramos la palabra, quería que la entendiéramos.
Eran tan fácil de entender, "no esperes más de lo que das", a veces somos Tan egoístas que queremos lo mejor pero no damos lo mejor, ¿En qué nos hemos convertido? Tenemos tanto talento y a veces lo desperdiciamos, a veces pensamos que estamos aquí en vano, nos hacemos de menos y debemos mejorar, debemos abrir los ojos y ver quién en realidad somos, debemos encontrarnos, solo ser nosotros sin miedo, desgraciadamente en eso vivimos, en miedo...
