Capítulo IV.

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Sí, así es, querer no es querer a otra persona, es quererte a ti misma, la otra persona solo es un complemento.
El amor no es un sentimiento, soy yo.
Ese fue mi pensamiento durante todo el día, cuando llegué a mi casa, cuando fui al colegio, solo decidí enfocarme en quien era yo.
A partir de ese momento me puso una misión en esta vida, mi misión era ser feliz, no para las demás personas, sino para mí.
Mi misión era quererme a mí, ser mi propia alma gemela.
Solo quería vivir para mi, no para nadie más, encontrarme para después encontrar mi complemento.
Aunque para ser sinceras sabía que ya había encontrado mi complemento, era ese chico, Santiago, era la persona correcta pero en el momento equivocado.

Solo debía esperar y enfocarme en mi, ya no importaba lo demás, incluí ya no importaba en matrimonio de mis papás, al fin y al cabo, yo debía seguir, ellos se irían, pero yo me quedaría.

Esa tarde hablé con mi mamá, le conté todo, ella me dijo que saldríamos adelante, así como lo hemos hecho.
Mi mamá era una mujer fuerte, era alta y hermosa, era mi ejemplo a seguir y me conformaba con tenerla a ella.
Me dijo:
-Victoria, estoy tan orgullosa de ti, ya no eres una niña, eres toda una señorita, sigue así, gracias a Dios por darme una hija como tú.
Esas palabras me reconfortaron tanto.
No estaba bien del todo, pero no estaba del todo mal, estaba saliendo de algo difícil y me sentía orgullosa por eso.

Mi verdadera alma gemela.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora