Comenzó con movimientos básicos, sumamente sencillos. Yo solo me limitaba a verla y a tratar de memorizar la rutina. Para finalizar comenzó a agregar pasos un poco más complicados. Termino con una sonrisa retórica. Solté una carcajada y me pare a un lado de ella. Quien comenzaba nuevamente con la rutina. Tarde a lo mucho tres segundos en seguirle el paso. La frustración en el rostro de Micaela no se hizo esperar. Cosa que me indicaba que iba bien. Ella se detuvo y yo continúe hasta terminar.
— ¿Estoy dentro?— le pregunte cuando termine
— ¡Vamos _____ (tapdo)!— volteé hacia las gradas y era Jake el que había gritado, solo comencé a reír al igual que los chicos a su lado.
—Sí, sí fue lindo— dijo cruzándose de brazos —Pero lo siento cariño, no entras— abría y cerraba su mano como despidiéndose.
—Entiendo que tengas miedo de que llegue a ser mejor que tu— tenía que provocarla para que me dejara entrar
— ¿Mejor que yo?— fingió indignación —Si claro— agrego con sarcasmo
—Micaela no eres la única que puede decidir quién entra y quién no— Volteé hacia atrás de mí, y me encontré con la entrenadora de las porristas. —Es buena… ¿por qué no quieres que entre?— le pregunto
—Si Micaela ¿por qué no quieres que entre?— agregue
—Todas estamos de acuerdo en esa decisión, ______ (tn) no entra— afirmo con mucha seguridad — ¿Cierto chicas?— les pregunto con una mirada de ‘Si me contradicen, mueren’ Todas se miraron entre sí, poniéndose de acuerdo sobre qué decir. Excepto sus ‘clones’ quienes en automático corearon un ‘Si estamos de acuerdo’.
—No— todas voltearon -incluyéndome- hacia dónde provenía la voz de la valiente chica que había contradicho a Micaela — Es buena y debería de entrar— opino… Caitlin.
—Cállate si, eres nueva no tienes derecho de opinar aquí— le dijo furiosa
— ¡Micaela!…— la reprendió la entrenadora
—Si yo también creo que debería entrar— agrego una rubia y después de estos más votos a mi favor se escuchaban a coro.
—Entonces no hay nada más que decir, ______ (tn) está dentro— informo la entrenadora y se dio la media vuelta.
—Pero Stacy…— la siguió Micaela después de mirarme furiosa, solo le sonreí victoriosa. Micaela caminaba desesperada tras de la entrenadora.
—Gracias chicas— les dije seriamente, si había que agradecerles pero tampoco quería que pensaran que estaba tratando de socializar con ellas. —Gracias Caitlin.
—No es nada, eres buena merecías entrar— dijo como si nada, me acerque a las gradas y tome mi bolsa.
Camine un poco alejándome de las zanahorias y volteé hacia las gradas donde todos me miraban esperando noticias. Con una enorme sonrisa puse ambos pulgares hacia arriba indicándoles que había entrado. Seguido de esto todos se pusieron de pie y gritaron fuerte mente ‘¡He!’ Todos bajaron corriendo hasta llegar a mi lado.
— ¿Y por qué quieres ser porrista?— pregunto Chad
—Para que preguntas idiota, si tú le diste la idea— le regaño Chuck
— Yo solo lo dije por su grito del partido.
—…pero ¿algún plan debes de tener no?— pregunto Ryan mientras que Chuck solo negaba con la cabeza
—Algo así…— sonreí.
Caminábamos hacia el estacionamiento cuando Micaela se paró frente a nosotros, cruzándose de brazos con sus enormes pompones de color naranja con blanco.
— ¿A dónde crees que vas cariño?— pregunto con toda la hipocresía del mundo.
—A mi casa— le conteste usando el mismo tono
— ¿Qué no era que querías ser porrista? Ahora a entrenar— me indico
— ¿Ahora?— pregunte con asco, la verdad no tenía ganas de quedarme
—Si ahora, el siguiente partido es en unos días y no dejare que lo arruines— bien ahora que lo pienso ya no quiero ser porrista. –Valdrá la pena- mi perversa mente me motivo.
—Entonces… nos vemos chicos— me despedí
—Suerte— me abrazo Chuck y deposito un beso en mi frente.
Más vale que valga la pena, porque no es nada sencillo, llevábamos una hora completa sin dejar de practicar las mismas rutinas. Ya me las había aprendido al derecho y al revés pero Micaela insistía en seguir practicando. Seguramente solo lo hacía para hartarme y que saliera huyendo, y tengo que aceptarlo que si lo pensé al inicio. Pero ahora no le daré el gusto.
La formación era un triángulo, la punta obviamente era Micaela las dos siguientes eran Stef y Kate. Las ‘señoritas’ No tengo vida propia ya me copiare de Selena. Las tres siguientes no tengo ni la menor idea de cuáles eran sus nombres ya que Micaela se refería hacia ellas como ‘Tu’. Y finalmente las últimas cuatro eran otro par de ‘Tu’, Caitlin y finalmente Yo.
Caitlin discriminada por ser ‘la nueva’ y yo por simplemente ser odiada por Micaela.
— ¿______ (tn)?— pregunto Caitlin algo insegura
— ¿Si?— le conteste mientras seguíamos con la estúpida rutina.
— ¿Tu… tú tienes algo con… con Chuck?— volteé a verla sin detener mis movimientos.
—Así es— le conteste segura y vi como bajaba su cabeza ¿Desilusionada? —Una muy buena amistad— agregue y rápidamente dirijo su mirada hacia mí —…Es como mi hermano— aunque hubiera sido divertido decirle que Chuck y yo salíamos, para cobrarme lo que me había dicho y que ahora de verdad tuviera motivos para decirme que no me metiera en su vida, no lo hice. A Chuck le interesaba. Y además de no ser por ella, mi plan de entrar a las porristas hubiera sido frustrado. Digamos que le estaba pagando el favor.