Capítulo 58

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Una vez más ______(tn) no había asistido a clases. – ¡Mierda Luke deja de pensar en ella!- cada vez que ella llegaba a mis pensamientos, mi voz interna me reprendía. Pero me era completamente imposible sacarla de mi mente.

—Hemmings— cerré la puerta de mi casillero para poder ver quien era quien me llamaba. Era el idiota de Chuck.

— ¿Qué quieres?— le pregunte de mala gana, ganas para partirle la cara me sobraban.

—Es _____(tn) — dijo agitado seguramente venia corriendo.

—Chuck — dije con fastidio —No estoy de humor si y mucho menos si se trata de ella…— me di la media vuelta.

—Se irá…— escuche que decía a lo lejos

—Que le vaya bien— dije sin detenerme

—Tú no entiendes ¿cierto? Ella te necesita— me detuve y regrese hacia él.

— ¿Para qué? ¿Apostaron de nuevo?— pase mi mano por mi cabello con desespero —No me interesa nada relacionado con ella, me da lo mismo si me necesita o no, le deje muy claro que no la quería cerca de mí. — me miraba con rabia y puedo jurar que yo a él también.

—Perfecto— miro hacia abajo y luego volvió a subir la mirada —En dos horas se va del país— rebusco en su mochila y saco un sobre blanco, me lo lanzo y por reflejo lo atrape. —Yo me aleje cuando más me necesitaba y tú fuiste el único que estuvo ahí con ella, créeme ella no jugó contigo. — se dio la media vuelta dejándome en medio del pasillo con él sobre blanco en mis manos.

Lo mire y al ver su letra el coraje me inundo y con ambas manos la arrugue haciéndola una bola de papel que terminaría en el primer basurero que me encontrara.

Me acerque al basurero y mire una vez más la bola de papel. Se iba del país, tal vez seria lo último que sabría de ella. No pude hacerlo. Guarde la bola de papel en un bolsillo de mi chaqueta. Regrese a mi casillero y deje los libros, no tenía ganas de entrar a clases.

Llegue a casa, estaba vacía. Últimamente parecía que nadie vivía ahí. Sophie seguía resentida, ya que un par de veces más le grite por constantemente preguntarme por ______(tn) al igual Jason Nunca les había hablado de ese modo, pero tampoco nunca me había sentido así de destrozado, así de dolido. Y ellos no podrían entenderme por más que quisiera.

Me deje caer en el sillón central de la sala mirando hacia la apagada televisión. Eche la cabeza hacia atrás viendo el techo, tratando de organizar mis pensamientos. Metí mis manos a los bolsillos de la chaqueta y nuevamente sentí la bola de papel. La saqué, la extendí y nuevamente leí el Luke que había con bolígrafo rosa. Ella sabía cuánto detestaba que usara esa tinta incómoda para leer. –Vamos Luke ¿Qué puedes perder?- mi mente me animo a leerla, ya no podía sentirme peor así que rompí el sobre por uno de los costados, para sacar la hoja blanca doblada en tres ahora también arrugada. Tinta negra abarcaba más de la mitad de la hoja.

Sé Mio. (Luke y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora