Lali Esposito, una chica tímida e insegura de si misma cambia todo lo que era al regresar a su país natal. Durante su camino se topa con Peter Lanzani, un chico engreído y molesto la mayor parte del tiempo. Las cosas se complica cuando los padres de...
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Metí otra palomita a mi boca. El sabor amargo ya empezaba a hartarme.
Ver a mi hermana probarse vestidos de las princesas me estaba cansando, esta niña era demasiado aburrida.
- Mamá, este lugar me esta empezando a dar ansiedad- Me lleve una mano a la mi cabeza y la empece a sobar.
Antes de que pudiera decir una palabra salí de aquella tienda y tome una gran bocanada de aire para después dejar que saliera de mi boca.
Era la tercera vez que venia a los parques de Disney y siempre era lo mismo, mi mamá llevaba a la misma tienda a mi hermana cada maldito año. Estaba segura de que ya tenia todos los vestidos de esa tienda. Sentía como si esto fuera la tradición de mi familia.
- Hola- susurro alguien en mi oído.
Me sobresalte y escuche una risita.
- Peter, me asustaste.
- Lo se.
Lo mire atonta.
-¿Qué?
- Nada- negué .
- Ven, vamos- me tomo del brazo.
Me llevo hasta un juego mecánico donde había unas grandes montañas llenas de nieve artificial. Antes de que empezara aquel juego nos contaron una leyenda. Al terminar nos llevaron a una área donde vendían llaveros y diferentes objetos relacionados con el juego.
Nos sentamos en un carrito, nos pusieron un cinturón y después empezó la diversión. Durante todo el camino me la pase gritando y al parecer ya había dejado sordos a los chicos que se encontraban una silla adelante de mi.
Cuando salimos del juego Peter no paro de reírse de mí lo que resto del camino. También me obligó a subirme a muchos juegos más. Estaba segura que si me subía a otro terminaría vomitando.
-Peter, te juro que si me obligas a subirme a otra montaña rusa vomitare, pero esta vez en ti- le advertí.
- Okay, tranquila.
Después de eso el resto de lo que duramos en el parque nos la pasamos riendo, comiendo, observando desfiles y subiéndonos a juegos( sin incluir las montañas rusas). Salimos agotados y cansados. Nuestros padres le habían comprado a Bautista, Yeyo y a Luz gorras de Mickey Mouse.
Llegamos al hotel y al tocar la almohada me quede dormida.
***
Me desperté de golpe al sentir que alguien me sacudía levemente los brazos.
-¿Qué paso?- le pregunte a Peter con voz adormilada.
-Ven- me tomo de la mano.
-¿A donde vamos?- pregunte.
- Es una sorpresa.
Antes de salir de la habitación agradecí haberme dormido con la ropa de ayer. Salimos del hotel y yo solo seguí a Peter. Pasamos por un bosque para después llegar a un hermoso lago.
