05. Cumpleaños

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Yoongi POV.

Entramos a la sala y tomé asiento bajo su mirada curiosa. Él estaba aun de pie delante mio. Quité mi chaqueta y desabotoné un poco mi camisa negra.

-Desnúdate -le ordené y no supe en qué carajos pensaba cuando lo hice- ¿No lo harás?

Me levanté y encaminé a él, mirando su cuello y saboreando su piel sin haberla tocado aun. Al verlo inmóvil y sin intensiones de escapar de mi salvaje lujuria, tomé de su barbilla, logrando que su rostro quedara más abajo, apresando sus labios y tirando de ellos delicadamente. Agarré los suaves cabellos de su nuca y jalé de ellos, solo entonces, reaccionó siguiendo mi lengua y jugando con ella como yo hacía con la suya.

Mis manos no sabían ya dónde posarse, por lo que solas encontraron un camino en su pecho. Me separé de golpe y volví a sentarme donde antes -Desnúdate- insistí, como ya se sentía más confiado y sabía donde pararía todo, comenzó por sacarse el cinturón de cuero negro y tirarlo a algún lugar. Sin pudor alguno, contrario a la primera vez, se despojó de su camisa dejándome una vista privilegiada de su torso recuperado de los viejos golpes, desabrochó sus pantalones y los bajó solo hasta dejarme ver el borde de sus calzoncillos blancos.

Mordí mi labio cuando se colocó delante de mi y abrió mi camisa para luego acariciar mi pecho delgado y arrodillarse para dejar un camino de besos húmedos desde mis clavículas hasta mi ombligo. La erección que llevaba entre mis piernas, deseaba ser liberada pero aun era demasiado rápido.

En algún momento, ya estaba él sin absolutamente nada que le cubriera. Me puse erguido y lo agarré de la muñeca para entre besos y chasquidos llegar a mi cama y sacarme los pantalones sentado en ella. Lo invité a posicionarse en mi regazo, obediente como un pequeño niño, lo hizo.

Esta vez, era mi boca la que dejaba manchas oscuras en su dulce piel y le sacaba tenues gemidos de placer con solo eso. Entre sus dedos tomó mi cabello y lo echó todo hacia atrás dejando mi frente al descubierto.

-Me gusta más así.

Dijo llegando a mi nuca, palpando allí la zona de mi tatuaje, tratando de sentir su relieve. Lo coloqué entre el colchón y mi cuerpo, comencé a moverme entre sus piernas, provocando la fricción entre nuestros falos erectos, los cuales junté y llevé su mano allí apresada por la mía; para masturbarnos juntos.

Sensaciones indescriptibles me invadían y de momentos me sentía culpable por esta inocencia pasional que se apoderaba de mí, entre mis sábanas y la luz del atardecer que se colaba por las largas cortinas blancas del balcón en mi habitación. Llegamos juntos al clímax cuando levantó su torso para acceder a mi boca y besarme con locura. Aun sobre él, acaricié su rostro, le continué besando y mi mano viajó por todo su cuerpo haciéndole cosquillas con mis cortas uñas; hasta llegar a sus muslos y besarlos en su cara interna para jugar con su pene semi-erecto y hacerle excitar otra vez.

Los gemidos se fueron convirtiendo en gritos roncos de placer al llegar al punto en que le dilaté y delicadamente me colaba en su apretado esfínter para una vez casi completamente adentro, esperar a que se acomodara a mi presencia y aprovechando esto, me acerqué a sus labios sonrientes y juguetones para besar el lunar que tiene bajo el labio inferior y secar las lágrimas que se le habían escapado de sus hermosos ojos.

Podía escuchar el choque armonioso que creaban mis caderas al chocar con su cuerpo, tomando un ritmo más rápido y certero, abatiendo su próstata para escucharle gemir mi nombre y pedir que continúe golpeando en ese lugar. Acaricié su glande rosado e hinchado y masturbé su pene deseoso de atención, hasta hacerlo correrse en mi mano y proporcionarme aun más deseos hasta llenar su interior con mi semen.

Caí jadeante a su lado, había pasado mucho tiempo desde que llegué a un orgasmo tan placentero y me sentí tan completo. Me incorporé en la cama, descansando mi espalda en la cabecera de esta y atrayéndole a él hasta que su cabeza quedara a la altura mi hombro y rodearlo con mis brazos.

-¿Te sientes bien, Jungkook?

-Sí, gracias, Yoongi.

Sonreí y dejé un beso en su coronilla a la par que acariciaba su antebrazo y él se enredaba en mi cintura.

-¿Dónde fuiste vestido tan elegante para hacerme esperar por casi dos horas? -le cuestioné, me sentía algo celoso de que alguien más compartiera con él.

-Estaba en casa, mi familia entera fue a almorzar porque...hoy es mi cumpleaños, tuve que esperar para escapar sin ser visto.

-¡¿Qué?! Debiste haberme dicho.

Salí de la cama y dejándole atrás con una cara de entera confusión, fui completamente desnudo hasta la cocina y allí busqué uno de los más caros vinos que guardo para alguna ocasión especial. Tal como lo era esta. Con una mano agarre dos copas y con la otra la botella y subí las escaleras, sintiendo el aire envolver mis piernas, hasta llegar y encontrarlo apoyando los codos en el colchón para sostenerse.

Dejé las cosas sobre mi mesita de noche y abrí las puertas del balcón, permitiendo así que la brisa de la noche sacudiera las cortinas, dejé la luz más tenue y me acosté a su lado para tomar la botella ya abierta y entregarle una copa con el rojo líquido. Vertí en la mía y la choqué con la suya.

-¿Te gusta? -le pregunté luego de catar la bebida, el solo sonrió sobre el cristal- Aun no es tarde, feliz cumpleaños, Jungkook.

-Gracias, me has dado el mejor regalo que podría tener.

-¿Hacer el amor conmigo? No creo que sea el mejor regalo. -su semblante cambió y me percaté de que dije "hacer el amor" y no "tener sexo"- Te mereces más.

-¿Me quieres? -asentí despacio y lo próximo que se escuchó fueron sus sollozos contra mi hombro- También te quiero, y no me evites porque ya puedo hacer lo que quiera sin la autorización de mis padres, podemos estar juntos si quieres.

Sus ojos rojizos me miraban, quedé mudo por la belleza que resaltaba su rostro rojo de vergüenza y la punta de su nariz colorada por el llanto, donde dejé un casto beso.

-Aun así, no puedo, Jungkook, soy doce años mayor que tú; no quiero arrebatarte más de lo que ya te he quitado.

-Ahora no tienes escapatoria, Min Yoongi.

La noche terminó llena de más besos compartidos y sábanas revueltas con él entre mis brazos. Por una vez en seis años logré dormir sin mis medicamentos para el insomnio, su perfume natural era mucho más fuerte que cualquier droga.

El hombre de gris [YoonKook/KookGi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora