03. Fotos

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Jungkook POV.

-Disculpe señor, pero no quiero responder a sus preguntas.

Terminé la leche y antes de morder una galleta, su mano junto a una servilleta se aproximó a mis labios y la pasó por dicho lugar delicadamente. Mi corazón se aceleró por el gesto y ya me estaba derritiendo de pies a cabeza.

-Soy Min Yoongi o solo Yoongi, creí habértelo dicho hace un rato. Juro que estás muy curioso sobre este hombre y dudo equivocarme, así que seré directo con algo que no me atreví a preguntarte desde que noté tus ojos delineando mi cuerpo cuando comencé a frecuentar el lugar donde trabajas- miré sus ojos gatunos y pequeños, expectante por la interrogante que vendría- ¿Qué edad tienes?

-Dieciocho -respondí para entablar una conversación y dejar de tener la apariencia de niño de seis- ¿Por qué deseas saber?

-Porque soy bastante mayor como para que te fijes en mí.

-No me fijo en tí.

Una risa suelta llenó toda la estancia y penetró en mi cabeza. Estaba jugando con un hombre experimentado que se mofa de mí descaradamente. Fruncí el ceño y abulté los labios, me comenzaba a incomodar y no creo que me dejaría salir amablemente a las cuatro de la madrugada. Así que esperé a que retomara su postura seria, aunque una sutil sonrisa permanecía pegada a sus finos y rosados labios.

-Supongamos que eso es cierto, entonces te diré que me disculpo por haber mirado un par de veces a un niño como tú -mis mejillas se colorearon y bajé la mirada, escapando de la suya- Te noté un par de días luego de ir a tomar el delicioso café que sabes preparar y no pude evitar pensar que serías perfecto para uno de mis trabajos.

¿Qué trabajos?, ¿Acaso sería un proxeneta?. A cada minuto me encontraba más nervioso.

-Piensas cosas raras, pero de seguro estás errado. Soy un artista, Jungkook, tal vez no conoces mis obras pero soy escritor y también incursiono en la fotografía, por eso me fijé en ti pero mis planes acaban de ser destruidos por tu corta edad.

-¿Qué planes?

-Quería que posaras para mí, hace un tiempo que busco un físico que cumpla mis antojos para hacer una serie de desnudos, pero acabo de descubrir que te falta un año para ser mayor de edad. En otras palabras, eres aun un niño.

-¿Qué edad tienes tú?

-Treinta y uno, lo que significa que tendré que conseguir otro modelo.

Había acertado en cuanto a su edad, pero no veía venir su oferta auto-descartada. No podía creer que él se fijara en mi cuerpo y mi rostro para pensar en que sería un buen modelo.

-Y...y si digo que acepto -volvió a reír en mi cara cuando yo era sincero y una corriente de electricidad recorría mi cuerpo- Estoy hablando en serio, no te burles.

-No me burlo, Jungkook...es solo que creo que tal vez digas eso porque te atraigo de alguna manera, agradezco que estuvieras dispuesto pero soy formal y en el contrato debe aparecer tu edad y por tanto mi representante legal pedirá el consentimiento de tus padres.

-¿Crees que lo hago por eso? -esta vez reí yo, aunque en parte era real su suposición.

-¿Por qué más sería?, en caso de creerte te diría que no lograrías nada en mi, he hecho ese tipo de fotografías antes y verte desnudo no me descolocaría para nada.

-Está bien, búscate otro, me da igual...¿Ya me puedo ir?

Señaló la ventana y miré entendiendo que no, aun no salía el Sol. Tomó la vajilla y la llevó al fregadero para con agilidad lavarla. Su propuesta me daba vueltas en la cabeza, no importa si él es profesional, pero la idea de aparecer sin ropa ante él me encantaba. Me daría el lujo de ser observado y fotografiado por su lente y posteriormente, quedar guardado en una carpeta en su ordenador. Tendría que convencerlo, lo necesitaba al menos así.

Secó sus manos y salió del lugar, yo le seguí para verlo dejarse caer en un gran sofá negro. Solo ahí me percaté de que sus preferencias en cuanto al decorado no varían mucho con respecto a su vestimenta. Me senté a su lado sin moverme y pude saborear la vista de su cuello tirado hacia atrás en el respaldo, su nuez de Adán se movió un par de veces de arriba a abajo antes de hablarme con la vista fijada en el techo.

-Puedes dormir hasta que amanezca- dijo incorporándose y mirándome de soslayo- ¿Estás bien? Te ves tenso.

-Puedo hacerlo, si el contrato es para pagarme olvídalo porque no necesito dinero; que trabaje medio tiempo no significa que lo necesite.

-Esto no es un juego...no puedo hacerlo.

-¡Ah! -dio un brinco por mi reacción y abrió los ojos todo lo que pudo para mirarme- Me exasperas, si deseas hacerlas públicas no importa, en septiembre cumpliré diecinueve.

-¿No desistirás cierto? -negué y el rió- Es interesante que un adolescente desee mostrarse sin ropa, pero supongo que lo quieres porque tú deseas que te mire...está bien, el sábado te esperé a las diez de la mañana fuera de "Paris".

-¿En serio? -asintió.

Me quedé dormido en el mullido sofá hasta que unas manos me despertaron. No había sido un sueño, Yoongi estaba ahí aun. Restregué perezosamente mis ojos y le miré. Me indicó donde estaba el baño y allí me arreglé un poco, como era de esperarse su baño estaba reluciente, lleno de toallas blancas y olor a vainilla.

Me llevó a la entrada y abrió para mí la puerta del copiloto de su elegante auto con asientos de cuero.

-Te llevaré a tu casa, tus padres deben estar preocupados, olvidé decirte que les avisaras -informó pisando los pedales y saliendo de un barrio con casas enormes y aun más caras que la mía.

El viaje fue rápido y en media hora ya estábamos abriendo la verja de mi casa y mis piernas se convirtieron en gelatina por temor a lo que mis padres harían, sobretodo mi madre. Yoongi tocó el timbre y yo me sujeté a las tiras de mi mochila, como aferrándome a la vida, porque podría morir en manos de mi loca progenitora.

-¡Jeon Jungkook! -efectivamente ella salió de primera y me golpeó el brazo -¡¿Dónde te metiste?! -agarró mi brazo apretándolo por encima de codo- ¡Despídete de ese trabajo porque no irás más!, y este hombre quién es -no respondí, deseando que Yoongi mi salvara, al parecer se percató de mis súplicas mudas.

-Buen día, señora -hizo una venia y mamá soltó el agarre y lo analizó con la mirada- Mi nombre es Min Yoongi, siento traer a su hijo a estas horas sin avisar, pero ayer en la tarde al salir de su trabajo se desmayó y lo llevé a mi casa.

-¿De qué lugar se conocen? -cuestionó ella.

-De "Paris", soy un cliente fijo de ese popular lugar.

Luego de la tormenta, Yoongi introdujo algo en el bolsillo izquierdo de mis pantalones del colegio y se marchó. Mamá me arrastró dentro y llamó a mi padre que fue a darme como desaparecido a la policía y esperó a que él llegase sentada frente a mí roja de furia.

Papá llegó y ella comenzó a gritar todo tipo de cosas hasta llegar a los golpes conmigo, ignorando a mi padre y evitando su afán de alejarla de mí. Cuando se me dio la oportunidad, corrí a mi habitación y me eché a llorar sobre la cama.

El calendario en mi pared marcaba en un círculo de marcador rojo el día de mi cumpleaños. Faltaban solo dos semanas para que mis ahorros abandonaran su escondite y pudiera escaparme lejos de casa. Me dolían las mejillas por sus manos marcadas y las piernas y el torso por el cinturón que tenía escondido en donde se sentó ella.

Recordé la mano de Yoongi dejar algo en mi ropa y enseguida encontré un papel doblado en dos. Lo abrí y encontré un número telefónico, supuse que era el suyo y conecté mi celular al cargador de inmediato, cuando estuvo cinco largos minutos cargando, lo encendí aun conectado al cable y busqué la aplicación de mensajería.

¿Eres Yoongi? Bueno, solo quería preguntarte si unas marcas oscuras no arruinarían tu trabajo.
11:38 am

Sí, soy yo. ¿Te golpearon? Está bien, no importa. El sábado
pasaré por tí en donde acordamos, sé que te castigaron pero,
sé que eres un niño rebelde y escaparás solo para mostrarme
tu cuerpo en un intento de seducirme.
11:43 am

El hombre de gris [YoonKook/KookGi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora